15 de octubre de 2012

El aumento del hielo antártico y el calentamiento global


En los últimos días ha sido noticia en los medios el récord alcanzado por la extensión del hielo marino en la Antártida. El 26 de septiembre alcanzó los 19,44 millones de kilómetros cuadrados siendo el máximo anterior de 16,23 millones el 20 de septiembre de 2007. La noticia llama más aún la atención cuando llega muy poco después de conocer que este año el hielo ártico había alcanzado su mínima extensión y además con un ritmo de decrecimiento mucho mayor del que cabía esperar. Una información muy clara sobre ambos procesos puede encontrarse en esta interesante nota del National Snow & Ice Data Center de Estados Unidos.

Extensión del hielo antártico el 26 de septiembre de 2012. La línea amarilla representa la extensión media del periodo 1979-2000 (NASA)
Extensión del hielo ártico el 16 de septiembre de 2012. La línea amarilla representa la extensión media del período 1979-2000 (NASA)

Tras la extrañeza que produce que en el mismo año se batan casi de forma simultánea dos récords tan antagónicos ( por supuesto el del Ártico al final de su verano y el del Antártico al final de su invierno), la pregunta inmediata que surge es sí el área antártica no está afectada por el calentamiento global tal como el aumento de hielo parece sugerir. Vamos a analizar primero algunos datos estadísticos para revisar después posibles explicaciones que permiten comprender mejor la aparente paradoja y ver como el aumento de esa superficie helada puede ser perfectamente compatible con el calentamiento.

Lo primero que cabe decir es que la reducción del hielo ártico es de mucha mayor magnitud que el crecimiento del antártico. Así, cuando se compara la extensión del primero con la media del periodo 1979-2000, puede verse que está casi un 50 por ciento por debajo mientras que el segundo, el antártico, está sólo entre el 5 y el 10 por encima de esa media. También puede señalarse que, comparando los meses de agosto, la disminución del ártico es de un 10 por ciento por década mientras que el incremento del antártico es de un 0,6 por ciento también por década y ya, globalmente, de un cuatro por ciento de disminución en el primero frente a un uno por ciento de aumento en el segundo. Queda claro por tanto que son fenómenos de magnitudes distintas y además muy acelerado en el caso ártico durante los últimos años.

Pero aunque la magnitud sea muy distinta la pregunta sigue estando ahí: ¿Por qué si la temperatura global del aire y del océano aumenta, aumenta a su vez la extensión del hielo? Aunque no existe aún una explicación definitiva si se han expuesto y se continúan exponiendo varias teorías.  A continuación me refiero a un par de ellas que parecen destacar sobre otras.

La primera está directamente unida a la existencia del agujero de ozono sobre la Antártida. Si bien su tendencia es de lenta disminución, su presencia sobre la zona es aún muy significativa. Al absorber menos radiación ultravioleta, la estratosfera antártica se enfría y ello cambia la dinámica entre las capas atmosféricas altas y bajas reforzando los ya de por sí intensos y borrascosos vientos antárticos. Pues bien, estos vientos crean zonas de mar abierto cerca de la costa donde se facilita la producción de hielo.

La segunda teoría está basada en  una mayor estabilización de las capas del océano antártico por medio de las temperaturas más cálidas. En esa estabilización juegan papeles de gran importancia tanto la temperatura como la salinidad de las aguas. El proceso, bastante complejo, está detalladamente descrito en este artículo pero se puede intentar resumir recordando primero que el océano antártico tiene agua mas fría en las capas superiores y mas cálida en las mas profundas. Si hay intercambio entre ellas por inestabilidad convectiva, como en la atmósfera, existe un transporte de calor de abajo arriba que tiende a que el hielo superficial no crezca; ahora bien, si la temperatura global aumenta, la cantidad de lluvia y nieve se incrementa sobre el área antártica de modo que las aguas superficiales se hacen menos saladas y su densidad disminuye. Entonces también los intercambios entre capas disminuyen y al debilitarse el transporte de calor hacia arriba, el hielo aumenta.

Todos los mecanismos expuestos nos dan una idea de la complejidad que tiene tanto la circulación atmosférica como la oceánica en la región antártica y por tanto la necesidad de continuar e incluso de incrementar las observaciones en la zona para progresar en la comprensión y alcance de estos fenómenos. La opinión mas generalizada entre los científicos es que la Antártida tardará mas tiempo en responder a  los efectos del calentamiento global pero que ya, en la segunda mitad de este siglo, el hielo antártico se comportará de un modo parecido a como lo está haciendo el ártico.

Sea o no así, volvemos a tomar conciencia una vez más sobre las profundas interconexiones de nuestro planeta y de como pequeños cambios –y los inducidos por la acción humana no son pequeños- son capaces de alterar significativamente de modo regional o global el escenario donde la vida humana puede desarrollarse.



Algunos enlaces interesantes:

National Snow and Ice Data Center

NASA'S Operation Icebridge Resumes Flights Over Antarctica

Opposite but unequal: Record high Antarctic sea ice versus record low Arctic sea ice




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