27 de septiembre de 2012

Recuerdo vivo de Mariano Medina


"No es a morir a lo que van los ríos a la mar"
Juan Cobos Wilkins


Ayer se celebró en la Universidad de Castilla La Mancha en Toledo un homenaje póstumo a Mariano Medina, el primer “hombre del tiempo” español e indiscutible puntal de la meteorología española.



Mariano Medina era natural del pueblo toledano de las Ventas con Peña Aguilera y a la vez también un enamorado de la ciudad de Toledo. Aunque no residía habitualmente en ella sí tenía familia allí y eran muchos los fines de semana que pasaba en la ciudad. Mariano presumía de su “toledanidad” en cualquier sitio.Es pues un homenaje verdaderamente merecido y esperemos, porque es lógico y de justicia, que el Ayuntamiento acabe dedicándole alguna de sus calles o plazas.

Aunque esta vertiente toledana de Mariano me es muy querida ya que también soy toledano y ello me permitió tener varias conversaciones con él sobre la ciudad y sus gentes, lo realmente importante para mi fue la posibilidad de aprender con él casi todo lo que sé de predicción, bien a través de sus libros, sus clases, sus intervenciones mediáticas –le escuchaba absorto por la radio ya a mis diez u once años- pero sobre todo pudiendo estar a su lado cuando junto con otro gran meteorólogo, Paco García Dana, trabajaban en la predicción de cada día.

La figura de Mariano Medina puede ser glosada desde muchos puntos de vista pero  quiero referirme hoy aquí a una de ellas que quizás sólo conozcamos los que trabajamos cerca de él. Me refiero a su papel fundamental en la transición desde la meteorología sinóptica clásica hacia la basada en los modelos numéricos de predicción, la predicción actual. Mariano era un gran especialista en esa meteorología sinóptica tanto desde un punto de vista conceptual como aplicado.Su libro “Meteorología básica sinóptica” e incluso el primero de todos “El tiempo es noticia” son de una claridad conceptual inigualable. Después, en sus clases en el INM como en algún curso de Doctorado en la Facultad profundizaba más pero mantenía siempre esa gran claridad conceptual y esa facilidad de comunicación que también le hizo ganar una merecidísima fama en sus intervenciones mediáticas mediante las que “formó” en meteorología básica a millones de españoles.

Sin embargo Mariano siempre estuvo muy atento a la evolución de los primeros modelos numéricos de predicción que empezaban a ponerse en marcha en Estados Unidos a raíz del advenimiento de los primitivos ordenadores a finales de los 60 y principios de los 70. También a la evolución de la predicción numérica en Europa que tuvo un hito fundamental en 1975 con la puesta en marcha del Centro Europeo de Predicción a Plazo Medio. Pues bien, Mariano, que en aquel momento era jefe del Centro de Análisis y Predicción, potenció significativamente en su seno una unidad de Predicción Numérica que poco a poco fue creciendo y convirtiéndose en el núcleo de lo que hoy es la predicción numérica en AEMET.

En esta línea de apuesta decidida de Mariano por los nuevos modelos y tecnologías recuerdo siempre con mucho cariño como pudo ver calculados  sus mapas del “tercer término” a partir ya del modelo del Centro Europeo y obtenidos por el sistema de proceso e información meteorológica denominado McIdas desarrollado por la Universidad de Wisconsin e introducido en el INM muy a principios de los 80 en el marco del Plan de Renovación Tecnológica”. Para los que no lo conozcan lo del “tercer término “ la expresión se refiere al tercer término de una importante  ecuación matemática en meteorología, la de la vorticidad, término normalmente despreciado en los cálculos de los modelos debido a sus pequeños valores pero que, según las investigaciones de Mariano, cobraba importancia fundamental en situaciones de fenómenos violentos y en nuestras latitudes sobre todo en los de tipo mediterráneo. Durante un tiempo el propio Mariano, y a veces también sus alumnos, calculábamos gráficamente a mano, haciendo uso de las mejores técnicas sinópticas, mapas de ese “tercer término”. Cuando uno de nosotros, Ricardo Riosalido, empezó a desarrollar aplicaciones en el recién llegado McIdas, ofreció a Mariano la posibilidad de calcular esos mapas de forma automatizada e inmediata a través de ese sistema. Mariano aceptó encantado y siempre que podía venía al Servicio de Técnicas de Análisis y Predicción a consultar los mapas obtenidos….y de paso él y yo charlábamos un rato sobre Toledo. Los mapas del “tercer término” se calcularon durante algunos años y se utilizaron  en el Centro Nacional de Predicción. La prematura desaparición de Mariano y el advenimiento de otras técnicas y productos hizo que se dejaran de utilizar quizás también prematuramente.

Pero lo que nunca desaparecerá es el recuerdo suyo en todos los que le conocimos y aprendimos con él gran parte de lo que hoy sabemos. Ni desaparecerá tampoco de la memoria colectiva de España, esa España que conoció con él al anticiclón de las Azores, el barco K, los frentes cálidos y fríos. Durante casi treinta años fue parte de nuestra familia. Ahora y siempre es uno de nosotros.

Hablaría mucho más de Mariano, de cómo era y de lo que significaba estar junto a él pero no es necesario. Como los ríos, que no van a la mar sino para fecundarla, Mariano no murió para la meteorología española sino que la fecundó y la fecunda. Ahí está el recuerdo cariñoso de aquel primer “hombre del tiempo” en tantas y tantas personas, el ejemplo de tantos aficionados jóvenes para los cuales él es una referencia básica y casi un mito y ahí estamos muchos profesionales que tanto en nuestras tareas técnicas como de comunicación y divulgación estamos, como siempre, siguiendo su camino, trabajando y aprendiendo con Mariano.

2 comentarios:

  1. Creo que lo has dicho todo y de manera impecable. Sólo dejar constancia de que gracias a él me inicié en la afición a la meteorología, Sus explicaciones claras y concisas y su vocación divulgadora prendieron mi curiosidad cuando era un pre-adolescente y disfruté con libros suyos como Iniciación a la Meteorología y La Mar y el Tiempo (ambos los conservo aún).

    Saludos

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  2. Creo que lo has dicho todo y de manera impecable. Sólo dejar constancia de que gracias a él me inicié en la afición a la meteorología, Sus explicaciones claras y concisas y su vocación divulgadora prendieron mi curiosidad cuando era un pre-adolescente y disfruté con libros suyos como Iniciación a la Meteorología y La Mar y el Tiempo (ambos los conservo aún).

    Saludos

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