29 de diciembre de 2012

Tiempos de invierno

Una tarde parda y fría 
de invierno. Los colegiales 
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales

                           Antonio Machado

Escribo estas líneas en una tarde parda de invierno con una lluvia ligera pero, probablemente, algo menos fría que en las altas parameras sorianas, en las que quizás pensaba Don Antonio cuando escribía estos versos. Tarde de invierno en cualquier caso para muchas personas que lo identifican con la escasez de luz, cielos grises y horizontes neblinosos y que a algunas les provoca una cierta nostalgia o un punto de decaimiento.  Como en el caso de hoy, a veces la situación está provocada por un frente poco activo que en seguida dará paso a una -también débil y pasajera- entrada de viento del norte. Será un viento que levantará nubes y celajes y permitirá que el brillo del sol levante ánimos...hasta la llegada del siguiente frente.



Otras veces, una imagen parecida está provocada por la presencia de un anticiclón invernal en situación casi estacionaria durante días y días. Las nieblas -y la contaminación en las grandes ciudades- permanecen sin variación y provocan ese ambiente un punto claustrofóbico y aburrido con heladas y cencelladas en las frías madrugadas. En este caso, la necesidad de sol y claridad puede satisfacerse con relativa facilidad. Basta dirigirse a cualquier zona montañosa por encima de los 1200 o 1400 metros y encontrar una atmósfera limpia y un sol radiante.

Para otros muchos, entre los cuales me encuentro, el tiempo de invierno es el tiempo de la nieve. Esa nieve que tanto añoramos en las tierras medias del interior peninsular y que se deja ver de una manera esporádica y en general en pequeñas cantidades. La escasez de borrascas atlánticas invernales ha hecho que  las nevadas disminuyan. Incluso cuando nieva, lo suele hacer a cotas mas altas, debido probablemente a que, el aire del suroeste de la parte delantera de las borrascas, tiene tendencia a ser cada vez más cálido si lo comparamos con el de hace dos o tres décadas. Además, con el aumento de circulaciones meridianas norte-sur y sur-norte, no se ven favorecidas las grandes nevadas en las montañas ni en las tierras altas, ni desde luego la permanencia de la nieve en el suelo durante bastantes días. Así que, para muchos, cada vez tenemos menos invierno.



Y para otros el invierno es el tiempo de los vientos heladores procedentes de Siberia o al menos de Centroeuropa. Ese viento seco, frío y racheado con cielos muy claros que barre, limpia y purifica el interior peninsular y que agota su poca humedad en algunas lluvias costeras mediterráneas y, si algo mas le queda, en débiles nevadas en las serranías ibéricas. Este "invierno" es más frecuente y no cabe sino recordar el pasado mes de febrero en el que varias irrupciones gélidas de este tipo dieron lugar a que se cerrara con una anomalía de nada menos que de 2,5º por debajo del valor normal de la temperatura media. Es posible que, como  consecuencia de las disrupciones ocasionadas por el acelerado calentamiento del Ártico, la Península Ibérica se pueda ver cada vez mas afectada en invierno por este tipo de "descargas" frías.


En cualquier caso, estoy seguro que dentro de estos grupos de personas con distintos gustos o fobias invernales, hay muchas que, haga el tiempo que haga, aprenden a disfrutar de cualquier "traje" invernal viendo y saboreando la vida y sintiendo su latido eterno mas allá de brumas, celajes, nieves o cierzos heladores. Para ellos -y para los que vamos recorriendo ese camino- estos cálidos versos del querido José Antonio Labordeta:

                                                                 Vendrá el invierno
                                                                 y tendrá tus labios
                                                                 los labios tenues que besan 
                                                                 con asombro
                                                                 la nieve hermosa que cubre las praderas
                                                                 como cansinos pájaros de hielo;
                                                                 vendrá el invierno
                                                                 y tendrá tus labios,
                                                                 vendrá el invierno
                                                                 y tendrá tus labios.


Que el próximo 2013 -que tan invernal parece- tenga ya un beso tenue y asombrado para todos. 


21 de diciembre de 2012

2012: un año ligeramente cálido con respecto a...

AEMET acaba de hacer público su avance climático de 2012 cerrado a 30 de noviembre. Hasta esa fecha la temperatura media del año ha sido 15,70 grados que supera en 0,69 grados la media del periodo de referencia 1971-2000 (hasta noviembre). Nos encontramos por tanto ante un año ligeramente cálido que sin embargo presentó grandes variaciones térmicas. Cabe recordar las sucesivas entradas de aire continental muy frío durante buena parte del mes de febrero lo que supuso que este mes tuviera una anomalía negativa de 2,5 grados mientras que el verano fue muy caluroso con una anomalía positiva de 1,7 grados. 

Aunque todavía no ha acabado diciembre cabe conjeturar que su temperatura media estará cercana al valor climatológico ya que, si bien la primera quincena debió tener una anomalía negativa ligera, la subida de temperaturas de estos días -que podría incluso significar el alcance o superación de algún record salvo que la niebla o la nubosidad alta lo impida- dará lugar a que el valor final esté muy cercano al valor climatológico. Si ello es así la anomalía definitiva para el año seguirá manteniéndose muy cercana a este valor de 0,69 grados al que antes hacía referencia.

En relación con esta cuestión de las anomalías respecto a determinados periodos de referencia, han surgido estos días en las redes sociales algunas dudas y comentarios. ¿Por qúe se sigue utilizando el periodo 1971-2000 cuando ya existen los datos para el 1981-2010? ¿Por qué la Organización Meteorológica Mundial sigue utilizando en sus informes climáticos el periodo de referencia 1961-90? 

Esta última cuestión tiene en mi opinión una explicación relativamente sencilla: creo que la OMM considera como periodos de referencia principales los calculados cada 30 años, dando por hecho que esa "longitud" es la mas significativa desde un punto de vista climatológico. Por lo tanto, para la OMM, el proximo periodo principal sería el 1991-2020 y lógicamente hasta dentro de unos ocho años no tendríamos el nuevo periodo oficial de comparación. Otra cosa es que la OMM admita la existencia de periodos secundarios calculados cada diez años y a ello responde el que algunos Servicios Meteorológicos entre ellos AEMET se refiera al periodo 1971-2000 en sus informes.

¿Es adecuado el criterio de la OMM? ¿Es demasiado largo para una evolución térmica que se ha acelerado en los últimos tiempos? Son cuestiones a las que deben responder los expertos pero lo cierto es que la utilización de diversos periodos complica mucho las comparaciones. A partir de ahí, las distintas valoraciones e informaciones que se siguen no hacen sino contribuir al "ruido de fondo" que acompaña a la comunicación del calentamiento global.

En el caso de España AEMET hizo pública en su día una nota informativa en la que aparecían las temperaturas medias de los periodos 1961-1990, 1971-2000 y 1981-2010,  calculados con los datos de las 43 estaciones de la red de referencia climatológica de la Agencia. Podemos por tanto hacer el ejercicio de comparación para este año 2012 suponiendo, como decía antes, que acabe con una anomalía casi igual a la que aparece en el informe a 30 de noviembre. Así, como la media correspondiente a 1961-90 es 14,43 grados, la anomalía de este año sería de 1,27 grados.  La correspondiente al periodo 1971-2000 -que tiene un valor medio de 14,63 grados- sería de 1,07. Finalmente, respecto a la del 1981-2010 - con un valor medio de 15,09- sería de 0,61 grados. Son resultados completamente lógicos en la medida que van predominando los años cálidos en los sucesivos periodos de referencia pero manteniendo siempre la tendencia de calentamiento.

En cualquier caso sería bueno que la Organización Meteorológica Mundial, que en los últimos años ha avanzado mucho en sus actividades de comunicación, siguiera muy de cerca este tipo de debates -recordemos también el de nombrar a borrascas y anticiclones que crece día a día- y diera a conocer sus opiniones sobre los mismos o posibles planes de actuación a través por ejemplo de su propia cuenta en Twitter (@WMOnews). Clarificaría y ayudaría.

16 de diciembre de 2012

Avisos meteorológicos: un experimento importante

En diversas entradas de este blog me he referido a la importancia que tiene el que los avisos meteorológicos sean adecuadamente comprendidos por el público al que van dirigidos. Ello implica la utilización de un lenguaje adecuado para cuya determinación he apostado siempre por la colaboración entre meteorólogos, expertos en ciencias sociales y comunicadores, dado que no es una responsabilidad de los primeros conocer como debe estar estructurado el mensaje y que vocabulario debería utilizarse para  que sea efectivo. Cuestión aparte es la inclusión en el propio mensaje de información específica sobre los impactos personales y sociales que el fenómeno adverso puede causar. En Europa existe un debate sobre este tema dado que en muchas ocasiones las competencias sobre una cosa y otra están repartidas, pero en Estados Unidos los avisos de la NOAA incluyen cuando corresponde estos posibles impactos, algo que parece cada vez mas interesante dado que se unifica y se simplifica el mensaje.

Dejando de momento aparte esta segunda cuestión -que en algún momento deberá abordarse en profundidad en España- quiero referirme a un experimento que acaba de poner en marcha en Estados Unidos la NOAA (la Administración Nacional para la Atmósfera y el Oceano) para simplificar el lenguaje de los avisos. Hasta el próximo 31 de marzo, y con independencia de la rutina normal de los avisos establecidos, algunos de sus centros regionales de predicción, van a elaborar  otros avisos alternativos sobre fenómenos adversos invernales que no se van a difundir públicamente pero que estarán disponibles a través de una página web para todas aquellas personas que deseen participar en la experiencia y evaluarla. Esta iniciativa está enmarcada en un ambicioso plan denominado "Weather-ready nation" que pretende lograr una mejora sustancial en el soporte meteorológico que NOAA brinda a la sociedad norteamericana.

Usualmente el sistema de avisos norteamericano incluye tres tipos de mensajes. "Watch" indica la posibilidad de ocurrencia de un fenómeno meteorológico adverso pero sin poder precisar aún adecuadamente las horas de ocurrencia o localización concreta. Se emite un "advisory" cuando se espera la ocurrencia inminente de un fenómeno que no es especialmente peligroso pero que exige precaución. Finalmente, se lanza un "warning" cuando la ocurrencia de un fenómeno peligroso es inminente o incluso está ya ocurriendo. 

Dado que diversas investigaciones han mostrado que no todo el público distingue adecuadamente el significado de estas denominaciones, se ha planteado la utilización de otros términos. Así en el caso de un "watch" la frase inicial: "The NWS has issued a........watch..." se cambia por " The NWS forecasts the potential for...". En el caso del "advisory" la frase "The NWS has issued an.....advisory" queda sustituida por "The NWS advises caution for...". Por fin, en el caso del "warning" se sustituye "The NWS has issued a.......warning" por "The NWS has issued a warning for a dangerous...." donde al tiempo que se mantiene la palabra "warning" se añade también "dangerous" que refuerza el contenido.

Sin entrar ahora en el debate sobre las diferencias, ventajas o inconvenientes de los sistemas de avisos europeo (y español) y norteamericano lo que quiero destacar es la importancia que NOAA da a esta cuestión y en general al programa "Weather-ready" consciente del importantísimo impacto económico y social que la meteorología posee. En Europa ha habido algunas iniciativas entre sus Servicios Meteorológicos para la modificación del significado de los niveles de aviso o para la inclusión de los "impactos" en el texto de los mismos. Si bien en España debemos movernos sin ninguna duda en el marco europeo, son necesarios estudios e investigaciones multidisciplinares específicas para ver cual es el mejor lenguaje a emplear y cómo la población puede estar adecuada y puntualmente informada sobre los impactos a que el fenómeno previsto puede dar lugar. Sigue siendo urgente.


10 de diciembre de 2012

¿Hay alguien ahí?

Mientras que la cumbre sobre el Cambio Climático en Doha ha acabado con pobres resultados por lo que se refiere a una reducción ambiciosa y eficaz de gases de efecto invernadero, los informes científicos sobre el calentamiento global y sus efectos siguen apareciendo. Así, en un reciente estudio publicado por la revista Science se presentan los resultados de un estudio internacional llevado a cabo de forma conjunta por 26 instituciones en el que se concluye que tanto Groenlandia como la Antártida están perdiendo hielo. En el caso de Groenlandia esa pérdida es en la actualidad cinco veces mayor que en los años 90; en la Antártida se produce de forma mas irregular aunque el resultado neto es de disminución. Este último hallazgo parece aclarar definitivamente la situación en el continente helado ya que en algunos estudios anteriores - a los que hice referencia en otra entrada- aparecía una tendencia a un aumento pequeño de la masa helada. Por otra parte, en lo que respecta al inusitado deshielo veraniego del Ártico, un reciente informe publicado por NOAA alerta entre otras cosas sobre los cambios biológicos que esta anómala situación ha puesto en marcha.

Como ya he expresado otras veces, mi opinión es que una causa importante de que los políticos no alcancen resultados eficaces en relación a la reducción de los gases de efecto invernadero es la todavía escasa presión social a escala  mundial. Esa presión está en relación directa con la concienciación pública sobre la situación del calentamiento global y su probable evolución y consecuencias. Es verdad que el tema es complejo y puede obedecer a distintas causas psico y sociológicas pero en cualquier caso es muy importante la información que llega a ese público. A este respecto me ha llamado mucho la atención el artículo publicado en el último número de la revista "Rolling Stone" en el que se hace referencia a las informaciones que sobre el cambio climático ofrecen  a sus telespectadores los comunicadores meteorológicos en Estados Unidos. Tras un interesante recorrido por el tema con abundantes referencias y testimonios gráficos, la conclusión del artículo es que sólo menos de un tercio de estos comunicadores está de acuerdo con el origen antropogénico del calentamiento global mientras y mas de un cuarto de ellos lo considera una "estafa". Es curioso -y desalentador- ver que las causas para esa "negación" de los comunicadores no son científicas -el último comunicado al respecto de la "conservadora" American Meteorological Society (AMS) es ya claro y contundente- sino de caracter socioeconómico -no queremos cambiar nuestro estilo de vida- o político al ser algunos de los grandes magnates de la comunicación adalides de las posturas conservadoras negacionistas. Y a ello debería añadirse la falta de una adecuada formación científica de muchos de estos comunicadores.

¿Y en España? Aquí no hay tanto una sociedad que se debata entre la incredulidad o incredulidad sino una sociedad en gran medida desinformada. ¿Que espacios hay en las televisiones en las que de forma continuada se explique con tiempo, con buena pedagogia y de la mano de expertos todo lo que se va investigando y descubriendo sea en uno u otro sentido? Y como ya he dicho otras veces: ¿Qué institución española establecería informes claros y periodicos sobre la situación de España en relación con el calentamiento y su evolución? Estos informes deberían tener una distribución amplia por los medios y ser la base de debates, tertulias u otros programas de información o de opinión.

Por tanto mi pregunta sigue siendo: ¿Hay alguien ahí?

4 de diciembre de 2012

ACOMET: Por qué y para qué

Ayer 3 de diciembre presentamos en "La Casa Encendida" de Madrid la Asociación de Comunicadores de Meteorología (ACOMET). Nos acompañaron un buen número de "hombres y mujeres del tiempo", aficionados, periodistas y amigos. Fue un acto cordial, sencillo y en el que se respiraba la satisfacción por la puesta en marcha de esta iniciativa y el interés por que se convierta en una herramienta útil para la mejora y potenciación de la comunicación meteorológica y climatológica en España. 

"Foto de familia" en la presentación de ACOMET (cortesía Alberto Lunas)

Como presidente de ACOMET me correspondió esbozar unas ideas sobre por qué y para qué ha nacido esta Asociación. Como muchos de los lectores de este blog no pudieron estar en el acto de ayer me parece oportuno exponer a continuación una síntesis de mi intervención.



La Asociación de Comunicadores de Meteorología nace por la iniciativa de un grupo de profesionales de la comunicación que creen posible e importante la mejora de la información de tiempo y clima en los medios de comunicación. Es un viejo proyecto de muchos de nosotros que al fin sale a la luz.

Esta convicción tiene un doble origen: el primero es la conciencia de la amplísima demanda social de este tipo de información, algo que es sobradamente conocido y que corrobora una reciente encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) en la que se muestra como el 70 por ciento de la población sigue diariamente la información meteorológica mientras que la de carácter deportivo es seguida por un 40 por ciento. La calidad creciente de las predicciones lleva a que, no sólo las personas, sino todo tipo de organismos y empresas cuenten cada vez más con ellas para planificar buena parte de sus actividades; de ahí el gran aumento de los espacios dedicados a estos temas y la pujanza de la industria meteorológica internacional. Por otra parte, la mayor vulnerabilidad social ante los fenómenos atmosféricos adversos, mas allá del debate sobre si éstos están o no aumentando, ha hecho que cobre una importancia fundamental la realización y difusión de los avisos correspondientes. Y por si fuera poco, el interés de conocer mejor el funcionamiento de nuestra atmósfera y sus fenómenos tanto desde un punto de vista científico como social, estético o incluso de ocio a través de su seguimiento y documentación, ha dado lugar a la aparición de un número importantísimo de aficionados organizados muchas veces en asociaciones o de personas simplemente muy interesadas en el tiempo. A todo ello se une la preocupación creciente por el cambio climático resultante del calentamiento global que está experimentando la Tierra, también mas allá del debate sobre la mayor o menor importancia de la acción humana en ello. Al temor por nuestra vulnerabilidad ante este cambio, se une la preocupación por la conservación de nuestro medio ambiente y por desarrollar nuestras actividades de una forma sostenible y respetuosa con el planeta y con nosotros mismos. En este sentido, los comunicadores meteorológicos tenemos una gran responsabilidad.

El segundo argumento del que partimos es la existencia de una gran cantidad de información meteorológica de alta calidad fruto de los importantes avances en investigación atmosférica, ordenadores, satélites y estaciones de observación de distintos tipos. Todo ello ha dado lugar a una mejora sustancial en predicciones y avisos que hoy se reconoce ampliamente por la sociedad. Sin embargo, existe una buena cantidad de “oferta” que no utilizamos o lo hacemos de forma poco adecuada por unas u otras razones y de la que podrían obtenerse productos muy interesantes si son adecuadamente comunicados.

A partir de todo lo expuesto las preguntas son evidentes:

¿Es posible la mejora de la información que comunicamos?

¿Llegan todos estos datos a los que los necesitan o interesan de una forma rápida, eficaz, comprensible y adecuados a las necesidades específicas de unos y otros?

¿Son comprensibles los avisos meteorológicos y llegan con la antelación y claridad suficiente hasta la última persona que pueda verse afectada por el tiempo?

¿Contamos las predicciones meteorológicas de una forma sencilla, adecuada a cada medio, y somos capaces de informar de su mayor o menor probabilidad de ocurrencia de forma que la gente lo pueda entender y sacar beneficio de ello?

 ¿Utilizamos un lenguaje y unos términos de fácil comprensión y en la mayor medida de lo posible, unificados y unívocos?

¿Sabemos explicar el proceso del cambio climático de forma pedagógica, sencilla y haciendo comprensibles los grados de probabilidad de ocurrencia?

Desde esta inquietud hemos creado ACOMET. Nuestro objetivo es realizar un trabajo conjunto con nuestros asociados para mejorar y potenciar la comunicación meteorológica. Ni podemos ni queremos ir solos en todo ello. Tenemos claro que aunque los comunicadores meteorológicos somos en gran medida la interfaz directa con el público, hay un gran esfuerzo de los Servicios Meteorológicos en proporcionar datos, productos, avisos y predicciones por eso nuestro deseo de una excelente coordinación y colaboración con AEMET es claro y rotundo. Pensamos también que un mayor contacto y cercanía con los responsables de la Protección Civil nos ayudaría a trasladar mejor los consejos y recomendaciones en situaciones de tiempo adverso para colaborar en que el mensaje llegue a tiempo y del mejor modo posible.

Queremos trabajar también con expertos en ciencias sociales para que nos ayuden a establecer el mejor modo, el formato y el lenguaje adecuado para que nuestras informaciones sean lo más claras y comprensibles.

Sabemos también que para contar bien las cosas tenemos que conocer bien de qué estamos hablando, tenemos que estar formándonos adecuadamente en el significado e interpretación de nuevos datos y productos y pediremos ayuda para ello a AEMET y a departamentos universitarios o expertos de reconocida valía.

Queremos fortalecer también nuestra ya gran colaboración con aficionados y asociaciones que, día a día, nos ayudan en nuestro trabajo enviándonos todo tipo de datos e imágenes en tiempo real y nos animan con su entusiasmo y vocación.

Por último, todas estas informaciones necesitan tiempo y espacio para poder contarlas adecuadamente y sobre todo para intentar que el público se vaya formando poco a poco en su comprensión y utilización. Por eso sugeriremos a los distintos medios de comunicación que se pueda disponer de más tiempo para un tema como éste de gran interés general y de un marcado servicio público. Pensamos que son necesarios más espacios específicos de divulgación meteorológica, al margen de los tradicionales espacios del tiempo.

Lo que queremos en definitiva es que ACOMET sea la gran familia de los comunicadores de Meteorología, unidos por el objetivo de ofrecer al público la mejor y más completa información meteorológica y climatológica, estableciendo para ello todas las alianzas y acuerdos que sean necesarios con otras “familias” interesadas también en ello de una forma u otra. Sabemos que no será fácil pero vamos a poner todo nuestro empeño en ello.