11 de marzo de 2022

De danas y borrascas frías

Todo parece indicar que buena parte del tiempo de la próxima semana va a estar marcado por la presencia de una borrasca fría en nuestra zona geográfica. Aunque cabe esperar que todas las regiones reciban precipitaciones -más dudoso es que lleguen a afectar a Canarias- es difícil precisar cuándo y cómo van a ser afectadas las distintas zonas. 

Este mapa presenta la precipitación acumulada por el modelo de alta resolución del Centro Europeo desde el sábado hasta el miércoles 17. Es solo una orientación porque los desplazamientos y actividad de la borrasca presenta algunas dificultades para los modelos numéricos. En cualquier caso parecen lluvias muy significativas en gran parte de las zonas más necesitadas.

Ello depende de los relativamente pequeños desplazamientos que experimente la borrasca en una otra dirección y a este respecto cabe recordar que una borrasca fría -o en su caso una dana- si bien está separada de la circulación principal del chorro polar, no tiene por qué estarlo de otras circulaciones secundarias de carácter polar o subtropical a las cuáles sirve a veces como de una especie de engranaje, de forma que incluso puede redirigirlas. Estas interacciones, a veces muy sutiles, son las que marcan el movimiento de la borrasca en una u otra dirección, algo que con frecuencia es muy difícil de capturar y manejar adecuadamente por los modelos numéricos. Ello no quiere decir que también la dinámica o termodinámica interna de la propia borrasca no pueda influir en su propia circulación asociada e influir en sus movimientos, lo que constituye otra dificultad añadida para la adecuada predicción de su evolución.

Hecho este comentario, me quiero referir ahora al proceso de formación de la borrasca fría que nos va a afectar estos días. Todo comienza con el proceso de alargamiento y estrechamiento de una vaguada atlántica al oeste de la Península propiciado por el gran crecimiento de una dorsal al oeste de ella. De forma paralela al proceso de “estrangulamiento”, la creciente advección de vorticidad en niveles medios y altos de su zona delantera da lugar en las capas bajas a un proceso de ciclogénesis no muy marcada sobre aguas atlánticas. Una vez que el proceso de cierre de la vaguada culmina con la aparición de una dana, hay unas horas durante las que conviven como estructuras separadas la propia dana y por delante de ella la borrasca de superficie… hasta que llegan a coincidir en la vertical dando lugar de este modo a la borrasca fría que nos va a afectar. 

A las 21 UTC del domingo la vaguada se estrecha cada vez más....


....y a la misma hora ya aparece una circulación cerrada bajo la zona de mayor advección de vorticidad de la circulación en altura.

....Doce horas después el proceso de cierre de la vaguada ya se ha completado...


...y el centro de la baja en superficie -que se va ahondando y desarrollando una marcada circulación ciclónica-, se sitúa prácticamente debajo de la borrasca de niveles altos. Estamos ya por tanto ante una borrasca fría por un rápido acople de la dana primitiva con la incipiente baja de superficie que apareció poco por delante de ella. 

Un caso extremo de un proceso de este tipo ocurre cuando una dana se sitúa sobre el golfo de Cádiz y la zona delantera de su circulación aparece sobre el Mediterráneo. En esa situación, el efecto dinámico, el aire húmedo marítimo y sobre todo las montañas del Atlas colaboran a la aparición de una borrasca bastante marcada en niveles bajos que con su advección de vientos de componente este cargados de humedad juega un papel fundamental en la generación de intensas lluvias mediterráneas. 

En cualquier caso hay ocasiones en que la dana no se convierte en borrasca fría y permanece como tal hasta su desaparición. Tras formarse, solo se refleja en superficie por un seno de bajas presiones sin llegar a aparecer una circulación cerrada, o si lo hace es de forma muy débil  (aquí tendríamos que concretar cómo se cuantifica ese “muy débil”).  En estos casos, al no haber una contribución clara de aire húmedo de capas bajas las precipitaciones están básicamente ligadas a la actividad convectiva en la zona del núcleo de la dana. 

Por tanto, y tal como ya se ha expuesto con frecuencia por otros compañeros, no cabe hacer una separación absoluta entre danas y borrascas frías. Todo forma parte de una evolución continuada en el patrón de ondas de la circulación principal de niveles altos y que pasa por distintas fases. El hecho de que la dana que pueda formarse se transforme -o no- en borrasca fría puede depender en gran manera de las condiciones de las capas bajas para favorecer la aparición de una ciclogénesis bien marcada. Pero, en cualquier caso, todo lo expuesto no es más que una hipótesis que requeriría una mayor investigación, tal como otras muchas cuestiones de nuestra meteorología. 


1 de marzo de 2022

Un cierto alivio -hídrico- al comienzo de marzo


Tras el fugaz paso de una dana que supuso un mínimo y muy parcial alivio hídrico en algunas zonas, se inicia marzo, y con él el trimestre primaveral climatológico (marzo-abril-mayo).

Coincidiendo con ello empiezan a verse cambios en la circulación atmosférica que, al menos por unos días, romperá parcialmente el patrón que ha venido manteniendo durante un largo periodo. De este modo, un ramal del chorro polar va a  bajar de latitud retirando un poco -parece que sólo provisionalmente- a la dorsal atlántica hacia el sur y el oeste. De este modo, va a conducir durante la segunda mitad de esta semana hacia la Península un par de vaguadas que darán lugar probablemente a algunas débiles y poco duraderas danas. En cualquier caso lo hará siguiendo la que denomino “vía del noroeste”, una trayectoria que da lugar a precipitaciones, -no muy abundantes salvo en áreas montañosas- en la mitad nordeste de la Península y bastante más escasas en el resto de las zonas. Lo que sí parece asegurado es un muy sensible descenso de las temperaturas, vientos ocasionalmente fuertes,  nevadas en las zonas montañosas -que podrán aparecer también de forma débil en zonas altas del interior peninsular- y un efímero temporal de levante en parte del área mediterránea debido a una breve pero relativamente intensa ciclogénesis que, en cualquier caso podría generar lluvias intensas.

Imagen simulada del canal de vapor de agua prevista por el modelo de alta resolución del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo para la madrugada del viernes 4 de marzo. Sobre el este/sureste peninsular puede verse el remolino ciclónico generado por la dana que habrá recorrido la Península de NW a SE durante el jueves. Al oeste de Irlanda aparece  un nuevo vórtice que podría afectar a la Península el sábado con precipitaciones más débiles, pero que podría dar lugar a su llegada a la aparición fugaz de la nieve en cotas relativamente bajas del oeste peninsular.


Este sería el posible resultado en cuanto a precipitaciones del paso de las vaguadas/danas en la segunda mitad de esta semana. Puede comprobarse como las precipitaciones son más abundantes en amplias zonas -sobre todo montañosas- de la mitad NE. peninsular y mucho menos en gran parte de la vertiente atlántica donde se encuentran las zonas más necesitadas. La repercusión de la fugaz ciclogénesis mediterránea que generará el paso de la primera dana se muestra en ese importante realce de la precipitación en zonas de las Comunidades Valenciana y Murciana. Una situación a vigilar.


A partir  del lunes parece que la circulación pasará a ser  del oeste y algunos nuevos frentes afectarán a la vertiente atlántica durante la primera mitad de la semana. Después, aunque habrá que irlo confirmando, parece probable que la dorsal atlántica recupere su posición cada vez más habitual de modo  que los frentes atlánticos solo afectarían al tercio o como mucho mitad norte peninsular.

Imagen simulada del canal de vapor de agua para la madrugada del próximo lunes. Una onda frontal atlántica empieza a afectar a la Península pudiendo dar precipitaciones en general débiles en la vertiente atlántica. 

Por tanto, durante estos próximos siete días la circulación atmosférica proporcionará un cierto alivio para la situación de sequía aunque no en la medida que necesitarían las zonas más afectadas. Esperemos que, aunque sea mediante circulaciones del W y del NW, durante el trimestre primaveral  la atmósfera pueda irnos dando sucesivos alivios hídricos que permitan un respiro en el campo español. A eso parecen apuntar las predicciones para las próximas tres semanas que hoy ha publicado AEMET.