6 de agosto de 2018

46,6ºC...¿pudo ser más?

Ahora que nos encontramos muy probablemente en el último día de la ola de calor que ha afectado a la Península Ibérica y muy en especial a su cuadrante suroeste, creo que es el momento oportuno de compartir con los lectores del blog algunas consideraciones. 

De acuerdo con los datos que conocemos hasta ahora, parece que las máximas absolutas se dieron el sábado 4 con valores en varias estaciones entre 46 y 47ºC. En España la más alta fue de 46,6ºC la de la estación de El Granado, en la red secundaria de AEMET, situada en el este de la provincia de Huelva, prácticamente en la frontera con Portugal, mientras que en capitales de provincia esa máxima fue para Badajoz con un valor de 46ºC. En cuanto a Portugal, consultando los datos oficiales del IPMA, llego a la conclusión de que la temperatura más alta de su red la registró la estación de Alvega, más o menos a la misma latitud que Cáceres, también el dia 4 con un registro de 46,8ºC que sería, al menos por ahora, el más alto registrado en este episodio. 

Estas temperaturas, aún siendo extremas, no han llegado a superar a las máximas registradas en julio del pasado año cuando el 13 de julio Montoro llegó a los 47,3ºC y Córdoba a 46,9ºC constituyendo, de acuerdo con AEMET, las máximas absolutas de España hasta el momento. Recordemos como era el campo de temperaturas a 850 hPa ese día: 



Y vamos a compararlo con el del día 4 de agosto de este año:



La diferencia fundamental es que el "pico" de la entrada cálida está claramente desplazado hacia el oeste de la Península de forma distinta al 2017 en que apuntaba justo hacia el centro peninsular. Junto a ese desplazamiento se aprecia como la isoterma de 25ºC ha profundizado algo más hacia el norte.

Antes de seguir adelante recordemos qué apuntaba el 29 de julio para el 3 de agosto el modelo del Centro Europeo de Plazo Medio. Aquí está el mapa previsto para ese día del geopotencial de 500 hPa y de temperatura a 850 hPa:




Señalaba claramente a que el pico de la advección entraría directamente sobre el centro-oeste peninsular llegando la isoterma de 28ºC  hasta Zamora-Salamanca-Madrid y, aunque no apareciera porque el contorneo es de 4 en 4 grados,  es previsible que en puntos de rejilla pudiera aparecer algún valor de 30ºC sobre el suroeste peninsular. 

Confieso que ese mapa me preocupó bastante porque no recordaba -no digo que no se haya producido alguna vez- valores de hasta 28-30º tan altos de latitud.....Si se cumplía....¿a qué máximas podríamos llegar... ¿48...49?  Por eso no me extrañé demasiado cuando vi que en algún foro se discutía sobre la predicción de 50ºC en superficie que daba -creo- el modelo GFS. Por supuesto estoy de acuerdo con todas las recomendaciones que compañeros expertos han hecho sobre la interpretación adecuada de los datos de los modelos sobre todo en superficie....pero, si el mapa de arriba hubiera sido verdad... ¿cuáles habrían sido las temperaturas en superficie? 

Por suerte la situación real el día 3 fue ésta:


Una pequeña pero oportuna vaguada atlántica "atrajo" al pico de la entrada cálida más hacia el oeste y sólo fue el suroeste peninsular la zona mas afectada, quedándose en el borde de los valores máximos.

Por tanto, a la pregunta de si podíamos haber superado los 46,6ºC, creo que la respuesta es que sí. ¿48..?....no lo sé...pero creo que tenemos que saberlo y preocuparnos y estudiar mucho más estas situaciones tropicales y subtropicales que nos afectan directamente. Mi impresión personal que, del mismo modo que ya se ha demostrado que el periodo veraniego está cada vez robando más días a la primavera, la atmósfera tropical/subtropical -quizás sea en el fondo lo mismo- va subiendo cada vez más de latitud. No digo que estas situaciones no hayan ocurrido más veces, y ello podría entrar dentro de la variabilidad natural, lo que pienso es que cada vez son más frecuentes y, en ese aumento es dónde puede estar actuando el cambio climático.

Pero, más allá de impresiones e intuiciones, considero que éste es un tema -el del comportamiento de la atmósfera tropical/subtropical en nuestro entorno durante los próximos años- en el que, como ya he comentado repetidamente hay que entrar prioritariamente a fondo. Estudiarlo, conocerlo y preverlo cada vez mejor es vital para los intereses de España. Confío en que los nuevos ministerios de Investigación y Transición Ecológica lo vean también así. 


NOTA 1: Como complemento interesante muestro el mismo mapa de las situaciones anteriores pero para el 1 de agosto de 2003, cuando comenzó aquella larga y extraordinaria ola de calor. Si mis datos son correctos las temperaturas más altas se alcanzaron el propio día 1 con valores de 47,3ºC en el sur de Portugal, 46,2 en Córdoba y 45 en Badajoz. 


Como puede verse la entrada a diferencia de la de esta vez fue "directa". Sigo pensando que si en esta ocasión hubiera entrado también "directamente" los 46,6ºC hubieran sido claramente superados.

NOTA 2: A veces se recuerda la ola de calor del 14 al 19 de julio de 1978 como aquella en la que se registraron los récords de temperaturas máximas en España con valores de 50ºC en Yeste y de 47 en algunos observatorios del sureste peninsular. Más allá de si esos datos pudieron ser reales, sí creo que era una situación muy interesante y con algunas particularidades. Fue mi primer estudio sinóptico publicado y aunque ahora revisaría algunas cosas, puede que haya lectores que les interese leerlo aunque sea con cierta benevolencia. Si es así, y gracias al buen hacer de José Miguel Viñas en Divulgameteo, aquí está el enlace. 

2 de agosto de 2018

Algo más sobre la ola de calor

Sólo como un breve complemento a la entrada de ayer de mi blog, quiero hacer unos comentarios sobre algunas imágenes y análisis de esta mañana que considero de interés. 

Veamos en primer lugar el análisis del Centro Europeo de las 00 UTC de hoy 2 de agosto: 

Geopotencial de 500 hPa y temperatura de 850 hPa el 2 de agosto a las 00 UTC

Vemos la estructura típica de estas situaciones con una dorsal, como un largo "dedo", que se extiende desde el norte de África hasta abarcar completamente la Península Ibérica. En cuanto a la temperatura a 850 se aprecia como la isoterma de 28ºC roza el extremo sur peninsular. A su izquierda entre el golfo de Cádiz, Madeira y Azores se dibuja un sistema de vaguada-dana poco definido por su débil gradiente. 

Veamos ahora el mismo análisis del Centro Europeo pero centrado ahora en el norte de África:

Geopotencial de 500 hPa y temperatura de 850 hPa el 2 de agosto a las 00 UTC

Puede verse cómo la isoterma de 28ºC abarca una gran área que se extiende por gran parte del Sahara y que engloba a otra zona más reducida de hasta 32ºC  hacia el sur de Marruecos y suroeste de Argelia. ¿Está ocurriendo una advección de ese aire hacia el nordeste desde el interior del desierto?

Creo que la imagen del canal de vapor de agua de Meteosat de las 06 UTC de esta mañana da muchas pistas (y más si se hace una animación de las últimas 48 horas que no he podido incluir):



Importante a  destacar el remonte de la estructura que parte desde la zona ecuatorial-tropical hasta el sur de Argelia donde parece ser captada por la circulación  del débil sistema vaguada-dana que antes me refería y que aquí queda mejor definido. La dirige básicamente hacia el golfo de Cádiz y sur peninsular. 

Algo parecido apunta la retrotrayectoria para las 06 UTC de hoy:



Puede verse como "la partícula" que estaría llegando hoy al centro peninsular al nivel de 700 hPa presenta un recorrido parecido y viene experimentado un ascenso en los últimos días . Por su parte, las de  900 y 800 hPa tienen un origen muy distinto y sobre todo la de 800 muestra un descenso y posiblemente un calentamiento.

Por fin, la imagen del canal visible de esta misma mañana nos aporta alguna información más:



Puede verse, por una parte, algo de convección en el suroeste peninsular levantada por el débil sistema dana-vaguada situada al oeste peninsular mientras que los cumulonimbos situados un poco al oeste del cabo de San Vicente corresponderían a la convección del débil núcleo frío. Por otra parte, observando cuidadosamente la imagen, se ve como la entrada de polvo queda marcada por una linea imaginaria que arrancando de la divisoria Málaga-Granada se dirige hasta Toledo-Madrid girando luego hacia Extremadura. 

Cabría por tanto decir que en este episodio de calor en el cuadrante suroeste peninsular estarían sumándose las influencias de la advección norteafricana y el calentamiento local y que en el resto de la Península debería estar siendo más importante este segundo factor sin negar alguna influencia del primero. 

De acuerdo con los mapas previstos, a partir de mañana viernes por la noche, la dorsal se desplazaría más hacia el oeste, al tiempo que la débil vaguada se mueve más hacia el norte. 



Eso significaría un debilitamiento o incluso un cese de la advección norteafricana sobre la Península y un predominio del calentamiento local; lo que daría a su vez una pequeña bajada de las temperaturas máximas para el fin de semana. Lo vamos viendo.

1 de agosto de 2018

¿Un calor que viene de África?

En estos días de temperaturas elevadas y ante una más que probable ola de calor, vuelve a surgir una expresión típica que, a mi juicio, no es correcta en muchas de las situaciones en que se emplea. Me refiero a la de "una ola de calor provocada por aire procedente del Sahara (o del norte de África)".

Es verdad que, ocasionalmente, el aire norteafricano o incluso sahariano puede llegar a España a través de vientos del sur que, casi siempre transportan polvo en suspensión y originan cielos "plomizos", dando lugar a una sensación como de opresión física motivada quizás por su acentuada sequedad y ese aspecto "cerrado" del cielo. Sin embargo,muchas situaciones de temperaturas elevadas o incluso de olas de calor no necesitan el concurso de ese aire. Para que ocurran basta simplemente con que exista una suficiente estabilidad atmosférica como la que dan con frecuencia las dorsales anticiclónicas veraniegas. Cuanta mas estabilidad exista, más impedimento tiene el aire de las capas bajas para moverse en la vertical; de ese modo, ese aire no se renueva y es calentado continuamente desde el suelo incrementando su temperatura hasta valores muy elevados. Es como si tuviéramos una estufa muy potente en una habitación y nos fuera imposible abrir las ventanas. Sólo apagando la estufa (no lo podemos hacer con el sol) o abriendo las ventanas (desapareciendo o debilitándose la estabilidad) podemos refrescar la habitación. Pues bien, con la dorsal anticiclónica los cielos despejados están en verano asegurados, la radiación solar que llega al suelo es intensa y extensa y ese suelo calienta continuamente al aire que tiene sobre él. ¿Hasta cuando? Pues hasta que aunque sea de forma mínima se rompa la estabilidad y pueda comenzar a actuar la ventilación.

Probablemente la idea de que una ola de calor está unida a una entrada norteafricana o sahariana viene provocada en algunos por la asociación que siempre hacemos con África y calor, pero en muchas personas que consultan los mapas meteorológicos aparece al ver como en las topografías de 850 hPa las isotermas que delimitan la masa de aire cálido norteafricana comienzan a expandirse como una campana hasta englobar la Península Ibérica. Sin embargo, eso no implica necesariamente que esa masa se ha trasladado, sino que la masa que está sobre España ha adquirido esas mismas características africanas. Un gran meteorólogo ya fallecido, Lorenzo García de Pedraza, decía que en verano la Península Ibérica se convertía en una sucursal del Sahara. 

¿Pueden darse olas de calor por entradas saharianas o norteafricanas? Por supuesto que sí. Incluso puede haber olas en las que intervengan distintos factores en distintas fases, o incluso se sumen actuando a la vez. En cualquier caso,  para que ese tipo de masa aérea entre con claridad sobre la Península es muy importante, no siempre imprescindible,  la ubicación de una dana -o una vaguada- muy pegada a las costas norteafricanas generando flujo del sur en niveles medios y altos sobre la Península (con advección de polvo) y más bien del sureste en niveles bajos.

A veces no es muy fácil utilizando sólo las topografías meteorológicas definir con claridad el origen de la masa aérea. Para estos casos -y aunque es una metodología algo discutida para su aplicación práctica y que hay que utilizarla con un cierto cuidado- conviene consultar los mapas de retrotrayectorias. Veamos las correspondientes a la próxima madrugada:



Como puede verse ni a 900, ni 800, ni 700 hPa, las retrotrayectorias tiene un origen africano.

Doce horas después, mañana dos de agosto a las 12 UTC:

Añadir leyenda
En este caso sólo la retrotrayectoria de 700 hPa tiene un origen tropical/subtropical pero marítimo. Luego, aún con algunas reservas como siempre pasa al utilizar las retrotrayectorias, el origen del aire que nos afecta en niveles bajos no es norteafricano ni mucho menos sahariano. Lo que también muestran es un movimiento descendente de las partículas aéreas, lo que podría ir unido a un aumento de la estabilidad vertical. En cualquier caso sí podría haber alguna advección norteafricana a niveles más altos hacia el occidente peninsular al existir una vaguada débil en esos niveles pero no dispongo de esos mapas. Tampoco dispongo de las retrotrayectorias a niveles bajos a más de 36 horas para poder ver sí se produce un origen distinto.

En resumen, claro que puede haber entradas de aire norteafricano sobre la Península y provocar importantes ascensos de temperatura, pero sí me parece importante no vincular necesariamente un periodo de temperaturas elevadas o una ola de calor a entradas de aire africano. Como podemos ver hay otros mecanismos para ello... que a veces puedan sumarse.