9 de mayo de 2023

Sobre sequía, estelas, hormigas, fumigaciones, psicología, ciencia y sensatez


Asisto atónito y un punto perplejo a este cúmulo de medias verdades, falsedades y teorías conspiranoicas que la "pertinaz sequía" está generando en redes sociales y medios de comunicación involucrando, e incluso culpando, a compañeros meteorólogos e incluso a la propia Aemet.

(BBC)

No son cuestiones en absoluto novedosas; durante mis muchos años de trabajo en Aemet como responsable de Predicción y luego portavoz, tuve que bregar con ellas pero desde luego nunca alcanzaron la magnitud actual y se apagaban con bastante rapidez cuando llegaba un periodo de lluvias. Creo que la situación actual viene provocada por la gran escasez de agua, no solo a causa de la sequía, sino también a su uso indiscriminado, algo que tenemos que replantearnos seriamente y, desde luego, por la intensa actividad de las redes sociales.

En este contexto quiero expresar algunas ideas ya conocidas aceptando de partida el riesgo de quedar expuesto al pimpampum de moda. Pero uno tiene el derecho, e incluso el deber, de exponer lo que le resulta coherente por si de algún modo ayuda a clarificar:

a) En mi opinión lo que está ocurriendo en la atmósfera no es nada distinto a lo que en líneas generales apuntaban las investigaciones climáticas desde hace bastantes años. Mi experiencia personal es que durante la década de los años ochenta empezaron a hacerse más frecuentes, sobre todo en el hemisferio norte, las circulaciones meridianas en detrimento de las zonales. Este hecho, que en su principio pudo deberse a la variabilidad natural de la atmósfera, se desarrollaba en el marco de un creciente calentamiento debido muy probablemente a la también creciente quema de combustibles fósiles sobre todo en este hemisferio. Ello dio lugar a un mayor transporte de calor desde los trópicos hacia las zonas polares y sobre todo hacia el Ártico, originando una mayor fusión de los hielos y poniendo en marcha el fenómeno de la "amplificación ártica" y de ahí una atmósfera polar menos fría.

b) Esa situación de cambios en la atmósfera polar podría estar siendo a su vez, y con bastante probabilidad, la causa de un chorro polar más ondulado y más alto de latitud -por causas que no es el momento de detallar para no alargarnos- algo que sigue potenciando el transporte de calor hacia las zonas polares, y que, a su vez, mantiene esta tendencia del chorro.

c) Este comportamiento del chorro polar da como resultado una disminución -casi un cese- de las circulaciones de Poniente -las "llovedoras" de la vertiente atlántica- y el aumento de las circulaciones sur-norte -muy unidas a las olas de calor- y norte-sur que nos traen aire frío... pero cada vez menos frío. Aunque las ondulaciones del chorro también generan "danas" -las responsables de las importantes situaciones  lluviosas en España- son danas que tienden a formarse más al norte y discurrir por trayectorias que no favorecen las lluvias sobre nuestras zonas. 

d) En este contexto, la atmósfera subtropical se extiende cada vez más hacia el norte en forma de distintas estructuras anticiclónicas. En estas situaciones es normal que aparezca en capas altas de la atmósfera algo de humedad proveniente bien de remontes de la atmósfera tropical o bien de colas de frentes que circulan más al norte. Pero sobre todo abundan en ellas cielos mucho más despejados de nubes bajas, lo que hace que sea mucho más frecuente la observación de cirros y estelas de aviones.

e) Y a propósito de estelas -y poniéndome a cubierto- no hay ninguna prueba científica de que se nos esté fumigando con distintos tipos de venenos, pero sí es verdad que la continua inyección de gases procedentes de las turbinas de los aviones no ayuda para nada a la mitigación del calentamiento. Esa certeza es algo que tiene que llevar a redoblar los esfuerzos para reducirlas en la mayor medida posible.

En fin, cuando algo va mal en nuestras vidas tratamos mediante una bien conocido comportamiento psicológico a buscar al culpable o culpables de la situación. A veces esa actitud nos lleva a no investigar las causas profundas de lo que está sucediendo, causas que, a veces, e incluso inconscientemente, no queremos ver para no aceptar nuestra propia responsabilidad.  Ello nos dificulta la adopción de verdaderas medidas correctoras que abandonen "hadas y demonios" y afronten con sensatez la realidad buscando las raíces y posibles soluciones del problema.

Por tanto, a mi juicio, basta ya de gastar energía en teorías y disputas absurdas sobre si son "galgos" o "podencos" porque, sean de un tipo u otro, el problema está ya encima. Centrémonos en reducir al máximo la emisión de gases de efecto invernadero, promovamos el desarrollo ético de las energías renovables y asumamos la necesidad global pero también individual de regular el consumo de agua. Y como tantas veces digo: promovamos un serio y coordinado esfuerzo de investigación sobre el tipo y evolución de las circulaciones atmosféricas que ahora nos afectan. Circulaciones que en buena medida nos son relativamente desconocidas y que nos podrían aportar parte de la lluvia que necesitamos, tales como esos ríos atmosféricos que desde el Caribe, o en algún momento incluso desde el Mediterráneo, han originado algunos de los más importantes episodios de lluvia en los últimos años.

No perdamos más el tiempo en invocar a hadas o demonios sin necesidad. Las conspiraciones cuando llueva en serio quedarán en "papel mojado" pero, tras esas lluvias, el "elefante", la necesidad de una gestión mucho más eficaz de nuestras pocas o muchas lluvias, seguirá estando ahí. 

4 de mayo de 2023

Una "ventana" solo medio abierta...y otra que no se abre

En uno de mis últimos artículos del blog comentaba que cabía la esperanza de que, a partir del 5 o 6 de mayo, se presentara una “ventana de oportunidad” para que las lluvias pudieran afectar a buena parte del territorio... aunque desde luego no en grandes proporciones. Pues bien, esa ventana está ahí pero, por desgracia, solo entreabierta. Es verdad que durante el sábado el paso de una vaguada va a dar lugar a algunos chubascos y tormentas en la mitad norte y puntos del centro peninsular, pero de forma bastante pasajera. Después, con una corriente de vientos del NW sólo las regiones del tercio norte peninsular recibirán algunas precipitaciones, aunque también pueden producirse previamente algunas de forma muy transitoria en zonas mediterráneas.

Predicción de lluvias acumuladas durante los próximos diez días. Prácticamente nada en el centro y suroeste peninsular. Muy pocas también en Levante; algo más en Cataluña, unidas probablemente a tormentas, y una cierta acumulación en Galicia y Cantábrico por efecto de circulaciones del noroeste.


Este es el panorama que se presenta al menos hasta al menos las mitad del mes. La situación sigue por tanto muy preocupante y de cara al verano sólo la presencia de un par de danas adecuadamente ubicadas durante algunos días podría dar un cierto respiro en muchas zonas.

Mientras en los medios de comunicación siguen apareciendo de forma continuada los serios efectos que ya está provocando la situación, los políticos siguen en general inmersos en sus campañas electorales con sus disputas internas y pasando de puntillas -o directamente no pasando- por esta cuestión. ¡Cuánto ganarían ante buena parte de sus votantes, si mirasen de frente al problema con seriedad y presentaran sus también serias propuestas! Pero parece imposible.

Por su parte el Gobierno tendría que estar elaborando planes muy elaborados, - con medidas incluso difíciles o impopulares- a corto, medio y largo plazo y desarrollar campañas serias de información y recomendaciones. Quizás lo está haciendo...pero ¿hay que esperar a que pasen las elecciones para plantear todo ello? ¿Son verdaderamente conscientes de lo que se nos está viniendo encima si un par de danas no lo alivia? Me resulta sencillamente deprimente. 


28 de abril de 2023

Lluvias: alguna esperanza

Comentaba en la entrada de ayer de este blog que había síntomas de que, tras la nueva subida de temperaturas que experimentaremos en los días centrales de la próxima semana, era posible la entrada de una circulación atlántica que podría arrastrar algunos frentes o pseudofrentes de lluvias y chubascos. Pues bien, última salida de la predicción a tres semanas del Centro Europeo parece ir confirmando esa posibilidad.

En los mapas que acaba de difundir Aemet, se observa que para la primera semana de mayo las lluvias estarán por debajo de los valores normales en prácticamente toda España, si bien, esa gran anomalía positiva que se ve al oeste de la Península y la otra pequeña en el litoral gallego dejan ya albergar alguna esperanza.


Y esa esperanza parece hacerse realidad en los mapas para la segunda semana:


Así es: la anomalía positiva se extiende ya a las vertientes atlántica y cantábrica y zonas de Baleares mientras que la mediterránea recibiría en principio valores normales, ya que esas bandas de lluvia llegan allí ya muy debilitadas.. Y otra buena noticia es que las temperaturas se suavizarían bastante frenando así en parte la fuerte evapotranspiración. También puede apreciarse en la imagen como las anomalías de precipitación son algo más marcadas en las zonas montañosas de esa vertiente atlántica, como es normal en estas circulaciones.

En cualquier caso, visto el tipo de circulación atmosférica que va a dominar parece que esa segunda semana de mayo podría caracterizarse por el paso de vez en cuando de algunas franjas de lluvias y chubascos que humedecerían el ambiente y sobre todo la tierra que tanto lo necesita pero que en su conjunto no dejarían grandes cantidades de lluvia. Pero en la situación en que nos encontramos cualquier cosa es bienvenida.



27 de abril de 2023

¿Pero va a llover o no?

 Dada la situación en que nos encontramos, paso sin más preámbulos a comentar directamente la situación meteorológica y su posible evolución (es un comentario rápido más bien de tipo técnico).

a) La dorsal cálida que ahora nos afecta se va a ir desplazando hacia el este de modo que a partir del sábado llegan a la Península vientos del Atlántico con mayor contenido de humedad. En el seno de esa circulación aparece una vaguada secundaria que dará lugar a algunos chubascos y tormentas en zonas de la mitad norte y puntos del centro.  En general poca lluvia salgo en algunas zonas en la que las tormentas pudieran ser localmente más fuertes. El domingo también podría aparecer alguna tormenta sobre todo en montañas del sur peninsular


La pequeña onda que atravesará la Península durante el sábado dando algunas tormentas aparece en este mapa llegando a Portugal.

b) A partir del lunes se empieza a desarrollar sobre la Península una nueva dorsal cálida más alargada y estrecha que la actual (a veces se las denomina como "domos" cálidos). Son las estructuras atmosféricas más ligadas a situaciones de calor excepcional, sobre todo si se quedan estacionarias, y fueron bastante responsables del tórrido verano del año pasado. Su presencia va a dar lugar a un nuevo aumento de las temperaturas que probablemente durará hasta el miércoles o jueves. 

Miércoles, 3 de mayo a las 12 UTC. El domo cálido sobre la Península parece que, por suerte, tenderá a desplazarse hacia el este y la amplia vaguada atlántica empezaría poco a poco a afectar a la Península. Que se cumpla o no es la clave para que nos lleguen algunas lluvias.

c) Si finalmente la situación evoluciona de este modo, volverían a llegar vientos atlántico a la Península trayendo incluso algunos sistemas frontales que darían lluvias algo más significativas en bastantes regiones. En esa dirección apunta este meteograma probabilista para Madrid en el que aparece la posibilidad de algunas precipitaciones a partir del cinco o seis de mayo. No es en absoluto seguro, pero, como decía ayer, es una "ventana de oportunidad" para que nos llegue, aunque no sea mucha, ese agua que necesitamos. 


13 de abril de 2023

Reflexiones bajo la sequía

Es difícil comentar algo que no se haya dicho ya en relación con la situación meteorológica que estamos viviendo en las últimas semanas. Estamos en una primavera muy seca con alguna irrupción circunstancial de aire relativamente frío que deja alguna lluvias débiles por zonas del norte peninsular. Pero lo que predomina es el aire subtropical muy cálido, a veces en forma de dorsales anticiclónicas que con frecuencia tienden a evolucionar a “domos cálidos”. Son estructuras que, como por desgracia ya conocemos, facilitan el alcance de nuevos récords de temperaturas máximas y que generan las condiciones propicias, -junto al estado de la vegetación, seca y con frecuencia sin desbrozar- para que un incendio se convierta con rapidez en un “megaincendio”. En cualquier caso no cabe ignorar que también se han batido algunos récords de temperaturas mínimas del mes de abril dada la extrema sequedad reinante y los cielos muy despejados tras la entrada de algo de aire frío sobre la Península. 

Y es verdad que cuando tenemos un domo anticiclónico suele existir alguna dana o borrasca fría al este o al oeste, pero ni se están dando claras retrogresiones en las orientales, ni las occidentales se acercan lo suficiente, además que tampoco muestran una dinámica suficiente como para generar las necesarias lluvias. Lo único a lo que a veces dan lugar es a entradas de polvo africano. 

No parece que se vislumbren cambios sustanciales en los próximos diez días si bien parece que nos libramos de otro “domo cálido” que amenazaba ya con afectarnos durante al menos la primera mitad de la próxima semana y que podría  ser sustituido a partir del lunes por una débil pero refrescante circulación del nordeste. Mientras tanto la atmósfera intenta que nos llegue desde el Atlántico alguna vaguada o dana pero, de momento, queda en eso, solo en intentos. 

Precipitación que podría acumularse durante los próximos diez días según el modelo determinista del Centro Europeo. Salvo en zonas montañosas del norte, las lluvias van a ser escasas o nulas.

Pero a ver si alguna de ellas lo consigue. Todavía nos queda cierta esperanza de que a finales de este mes o principios del próximo  pudieran llegar algunas lluvias pero en absoluto serían en la cantidad necesaria para significar un alivio sustancial de la sequía. Después el verano…Luego, ¿será posible que con el cambio del patrón “Niña” a “Niño” nos llegue un otoño e invierno lluviosos?...Ojalá.

En cualquier caso hay dos cuestiones que la clase política debería abordar con más profundidad y con una visión de más largo alcance. Una es más inmediata: el próximo verano. Como estamos viendo el aire subtropical entra -y se queda- en la Península cada vez con más frecuencia y los dichosos “domos” parecen tender a ser cada vez más persistentes (algo que merecería como tantas veces he dicho un cuidadoso estudio)…¿Se están tomando medidas de todo tipo -preventivas y adaptativas- por si nos enfrentamos a un verano como el pasado -señales van dando los modelos estacionales- y encima con menos agua?

Este mapa de predicción para el trimestre junio-julio-agosto elaborado por el Centro Europeo muestra una alta probabilidad de que las temperaturas a dos metros sobre el suelo en gran parte de Europa -y desde luego en España- se encuentren por encima de los valores "normales" del periodo 1993-2016.

Y la sequía. No caben soluciones cortoplacistas. No creo que deba pensarse en resolver problemas mediante trasvases de unas cuencas a otras porque es muy posible que la mayor parte de ellas no van a tener excedentes significativos sino más bien todo lo contrario, vista la tendencia climática. Por otra parte no cabe confiar en que cada tres o cuatro años secos nos venga otro más lluvioso que nos haga “ir tirando” porque, además, ni con algún año así podría solucionarse el problema como ocurría en tiempos anteriores. Con veranos que cada vez “se meten” más en la primavera aumenta la evaporación y el consumo de agua. Por supuesto habrá que intentar aprovechar el agua que pueda caer del mejor modo posible pero hay que plantearse otro tipo de soluciones quizás bastante más duras, pero de todo punto necesarias. 


26 de marzo de 2023

Predicciones meteorológicas, inteligencia artificial y predictores humanos

La espectacular irrupción en Internet del chat GPT  ha puesto el foco mundial en la rápida evolución de la inteligencia artificial (IA). Y uno de los campos de aplicación a los que más atención se viene prestando es al de la predicción de tiempo y clima por una metodología que olvida la dinámica para utilizar métodos estadísticos novedosos, muy sofisticados y potentes. 

(ECMWF)

En este contexto el reputado climatólogo español Eduardo Zorita ofreció hace unos días una interesantísima presentación sobre estas cuestiones, que recomiendo mucho ver, en el marco de las actividades del “Aula Morán”, una interesante iniciativa de la Asociación Meteorológica Española (AME).




Zorita hizo una brillante exposición de la situación actual y de los resultados que se van obteniendo en estas cuestiones. Por lo que se refiere al caso concreto de la predicción meteorológica comentaba que los resultados obtenidos por los procesos estadísticos propios de la IA están igualando ya a los procedentes de los modelos dinámicos de forma que es previsible que en muy pocos años puedan mejorarlos en distintos aspectos.

Si ello es así, y todo parece apuntar en esa dirección, se plantean importantes interrogantes, tanto desde el punto de vista de la investigación como de la operatividad, en lo que se refiere a los procesos de elaboración de las predicciones. Y entre todos ellos me parece muy relevante el del papel que el predictor humano pueda jugar con esta nuevo y rompedor enfoque. 

Así como se reconoce que predictores experimentados pueden prestar un relevante valor añadido a los resultados ofrecidos por los modelos dinámicos…¿podrían desempeñar un papel parecido con los provenientes de la inteligencia artificial?, ¿sería posible que pudieran detectar -y en su caso corregir- determinados sesgos? ¿podrían reconocer la “mejor solución” entre resultados producidos por distintos sistemas de IA? 

Es un campo abierto a la investigación y a la discusión y, en su caso, podría llevar a un replanteamiento profundo de la operatividad y de la formación de los predictores. Si la evolución es tan rápida como parece desprenderse de la presentación  de Zorita, y teniendo en cuenta los grandes intereses tanto públicos como comerciales que están presentes en este campo, quizás es ya tiempo de que los Servicios Meteorológicos se lo comiencen a plantear.  A este respecto Zorita citó en su presentación esta reciente frase de Bjorn Stevens, director del Instituto Max Planck de Meteorología: 
"Google superará a la predicción meteorológica clásica en tres años"  
¿Una opinión, una exageración o una realidad? No lo sabemos, pero conviene estar al tanto. 

En cualquier caso, no está de más para acabar ver cuál es la información que nos ofrece la propia IA -a través del chat GPT- cuando se la cuestiona sobre su interacción con los predictores operativos: 

"Sí, es posible obtener un valor añadido al combinar la inteligencia artificial (IA) y la experiencia de los predictores meteorológicos humanos para mejorar las predicciones meteorológicas. La IA puede ayudar a los humanos a analizar grandes cantidades de datos y patrones complejos, mientras que los predictores humanos pueden aportar su experiencia y conocimiento para interpretar los resultados y tomar decisiones informadas.

Por ejemplo, la IA puede procesar y analizar rápidamente grandes cantidades de datos meteorológicos, lo que permite a los predictores humanos tomar decisiones más informadas y rápidas. Además, los humanos pueden aportar información contextual, como la topografía local y las condiciones climáticas únicas de la región, que la IA puede no tener en cuenta.

La combinación de la IA y los predictores humanos también puede mejorar la precisión de las predicciones meteorológicas. Los predictores humanos pueden proporcionar retroalimentación sobre la precisión de las predicciones generadas por la IA, lo que permite a la IA mejorar sus algoritmos de aprendizaje y reducir los errores de predicción.

En resumen, al combinar la IA y la experiencia humana, se puede obtener un valor añadido para mejorar las predicciones meteorológicas y proporcionar información más precisa y relevante a los usuarios finales".


2 de marzo de 2023

Olas de calor y sequedad del suelo: Estados Unidos y España

Aunque ahora la situación es la contraria, seguramente recordamos que a finales de junio de 2021 una intensísima ola de calor se desarrolló sobre la Columbia Británica alcánzandose temperaturas máximas entre 45 y 49ºC, valores absolutamente inusitados en esas zonas. Como causas más probables se apuntaron la aguda dorsal cálida en niveles medios y altos de la atmósfera, la subsidencia y el efecto del calentamiento por vientos catabáticos. Se discutíó también el efecto que podría haber jugado la poca humedad disponible en el suelo al suponer que se había empleado la mayor parte de la energía solar incidente en su calentamiento más que en una posible evaporación de la humedad, dada su escasez en aquella época.

Era lógico que en Norteamérica una situación tan inusitada diera lugar a múltiples estudios sobre ella. Así la revista Monthly Weather Review acaba de publicar un artículo en el que precisamente se estudia el papel de la humedad en aquella situación y parece concluir (solo me ha sido posible leer el resumen) que, por supuesto, había influido pero no de un modo muy determinante.  Por ello parece que el papel primordial lo habían jugado otros factores tales como la subsidencia y los efectos catabáticos. 

Análisis del geopotencial de 500 hPa y de la temperatura de 850 hPa correspondiente a las 12 UTC del 28 de junio, cuando se registraban las temperaturas más elevadas en superficie.

Este fue también el debate  que se suscitó en relación con las intensas olas de calor del pasado verano en España y el papel jugado por las condiciones de gran sequedad reinantes en amplias zonas de la Península Ibérica. 

Análisis del geopotencial de 500 hPa y de la temperatura de 850 hPa correspondiente a las 00 UTC del 18 de junio, de 2022, uno de los días de temperaturas más elevadas en España.

Lamentablemente no existen -o no se han publicado todavía- estudios sobre ello y creo que sería fundamental que se realizaran tanto desde el punto de vista científico como el de concienciación de la población. En cualquier caso mi opinión es que, aún siendo muy importante la situación de sequedad de los suelos, es el aire cálido ligado  a la pronunciada dorsal cálida subtropical y sobre todo la fuerte subsidencia ligada a la zona delantera de estas estrechas dorsales los principales factores responsables de las altísimas temperaturas máximas y mínimas. ¿Están siendo estas dorsales tan "agudas" y alargadas cada vez más frecuentes en general o en nuestro entorno geográfico? Sí es así…¿cuál es su relación con el cambio climático?

Como tantas veces he indicado es cada vez más necesario un amplio esfuerzo de investigación en España sobre estas cuestiones. Y un apunte más: esperemos que este próximo verano el calor no sea tan intenso…pero, sí así fuera, ¿estamos preparados para ello desde el punto de vista de la toma de medidas por parte de la población y de los distintos sectores económicos, industriales y sociales para abordarla ¿Qué hemos aprendido y qué haremos cuando vuelva a presentarse que lo hará más pronto que tarde otra situación de este tipo?