19 de noviembre de 2018

Retrogresión y freno a las danas... por ahora

Durante unos meses el casi continuo discurrir por nuestras inmediaciones de danas o borrascas frías, en conjunción con un Mediterráneo cálido, ha originado intensas lluvias y serias y frecuentes inundaciones en todo el litoral de Girona a Cádiz así como en Baleares. Incluso a veces esas lluvias han profundizado más hacia el interior, provocando graves problemas en zonas donde las precipitaciones no suelen tener esas características. Si bien la causa "próxima" ha sido ese continuado descuelgue de borrascas y danas, no está tan claro cuál puede ser la de ese tipo de circulación atmosférica, tan sistemáticamente meridiana, si lo contemplamos desde un punto de vista planetario. 

El análisis de ayer domingo, 18 de noviembre, es una muestra del tipo de situaciones que vienen predominando: una gran dorsal desde el norte de España hasta Escandinavia origina el casi continuo descuelgue de danas o borrascas frías hasta nuestras latitudes. Sin embargo, la basculación hacia el este de esa dorsal con el consiguiente cierre de una vaguada va a cambiar el patrón de circulación al menos durante unos días.
No cabe ignorar que esa estructura es coherente con la idea muy extendida ya entre los científicos de que un casquete polar, cada vez menos frío, facilita este tipo de circulación tan ondulada. A este respecto, qué interesante sería contar - sí existe, yo no lo conozco- con una estadística sobre la presencia de danas en el entorno de la Península desde los años cuarenta hasta ahora. Si bien hasta hace un tiempo ese trabajo sería complejo y bastante subjetivo, la disponibilidad actual de los productos de reanálisis lo haría mucho más sencillo y rápido. Su disposición permitiría sustentar con claridad la apreciación que tenemos muchas personas sobre la preponderancia de esas circulaciones desde hace ya varios años. 

En cualquier caso, más allá de disponer de esos datos, la continuada reiteración de fenómenos de este tipo en amplias zonas de España hace que a mi juicio, no se deba esperar  más, tanto en la revisión de los sistemas de vigilancia y avisos como en la planificación o revisión de determinadas infraestructuras, así como en actividades de comunicación, formación y difusión al público. Creo que alguna declaración, actividad o medida en este sentido del Ministerio de Transición Ecológica podría ser útil y oportuna. 

A partir de mañana, la ubicación de una borrasca fría al norte de la Península, tras un fenómeno de retrogresión por cierre de una vaguada sobre Centroeuropa, dará lugar a una reestructuración de la circulación quedando un ramal del chorro polar muy alto de latitud y otro, ya en nuestras latitudes con un carácter más subtropical, que arrastrará hacia la Península masas de aire cálidas y húmedas del oeste y suroeste que afectarán ahora más a la vertiente atlántica y sobre todo al cuadrante noroeste peninsular. 


Este mapa de 500 hPa previsto para la madrugada del próximo viernes, día 23, muestra como bastante probable que la borrasca fría situada desde principios de semana al noroeste peninsular genere una circulación de vientos del oeste y suroeste sobre la Península. Las lluvias afectarán a la vertiente atlántica y, sobre todo, al NW peninsular. En cualquier caso habría que estar atentos a la posible remontada de bandas nubosas muy "llovedoras" alcanzando al oeste y centro peninsular desde las latitudes canarias.

¿Esta situación, ahora no mediterránea,  ¿nos va a dar también cantidades muy importantes de precipitación? Y lo que es más significativo...¿perdurará mucho tiempo o volveremos de nuevo sin mucha tardanza a las circulaciones meridianas y a las danas? Lo que no parece atisbarse es ninguna entrada realmente fría típica de finales de noviembre. De un modo u otro, estaremos atentos a los próximos días. 


2 de noviembre de 2018

Una obra imprescindible para profesionales y amantes de la meteorología.

Debió ser muy a finales de 2016 o principios de 2017 cuando mi colega y amigo Carlos Santos se dirigió a mí para ver si quería participar en un proyecto que empezaba a coordinar sobre la física del caos y la predicción meteorológica, contando para ello con la colaboración de un gran número de especialistas en distintos campos de la meteorología. Aunque yo ya estaba retirado Carlos conocía bien mi empeño de muchos años en la utilización y difusión de las predicciones meteorológicas con un enfoque claramente probabilista convencido, como siempre he estado, de que, bien comunicada, es el mejor producto y la mayor "verdad" meteorológica que los meteorólogos podemos ofrecer a la sociedad. 

Naturalmente acepté encantado y felicité sinceramente a Carlos por la iniciativa. Al quedar así incluido en el proyecto pude comprobar como, con el paso de los meses, el planteamiento inicial crecía y sobre todo, se enriquecía con la captación de nuevos autores y de nuevos temas, aunque permaneciendo siempre fiel a la idea inicial de contar, formar y divulgar la visión de la predicción meteorológica como una cuestión probabilista. Me impresionaba cada vez más ver la profunda vocación integradora del coordinador al considerar la moderna predicción meteorológica como una gran empresa conjunta en la que, a partir de unos sólidos fundamentos científicos, se abarcan tanto las técnicas y métodos de la predicción desde los siguientes minutos hasta la predicción a medio y largo plazo, así como la realización y difusión de los productos para el público, teniendo siempre muy presentes sus aspectos sociales. Y para contar esa empresa conjunta -sus fundamentos, sus técnicas, sus anécdotas e incluso su profunda componente humana- llegaba a reunir a más de cien profesionales de la meteorología, de la comunicación e incluso de las artes, tanto españoles como extranjeros. Y lo hizo de tal forma que la coherencia y la armonía reina en toda la obra; una obra que, quizás por todo ello, es profundamente atractiva, más allá de su gran extensión.



Creo sinceramente que se trata de una publicación novedosa y necesaria en el mundo de la meteorología y que, aunque muy extensa, invita profundamente a su lectura reposada, aunque también permite dirigirse a capítulos o temas concretos. Si, por otra parte, se tiene en cuenta el carácter gratuito de la obra en su versión electrónica y la posibilidad de hacerse con ella mediante una descarga inmediata, no hay razón para que tanto profesionales como amantes de la meteorología no estemos ya enfrascados en su lectura. 

No me queda sino agradecer profundamente a Carlos Santos su denodado y difícil trabajo de estos dos o tres últimos años y el mantenimiento siempre una visión integradora y armónica, una visión cada vez más necesaria. Y manifestarle también mi convencimiento de que ha prestado un valiosísimo servicio a la moderna predicción meteorológica. Mi reconocimiento también al esfuerzo y entusiasmo de todos los participantes en este proyecto así como a AEMET por creer en él, apoyarlo y hacerse cargo de su acogida, soporte y edición.