Me alegra mucho anunciar la publicación de mi segundo libro que he titulado Meses y tiempos. Una visión personal de la meteorología de España.
Si mi libro anterior, Recuerdos del tiempo, narraba la evolución de la predicción meteorológica en España desde los años 70 en el marco de mis recuerdos personales, Meses y
tiempos trata sobre los fenómenos
atmosféricos más importantes que afectan a España y su predicción pero en
convivencia armoniosa con la climatología , la meteorología popular e incluso
la poesía. El libro fluye estación a estación y mes a mes y, en cada uno de ellos,
tras recordar sus características generales, sus refranes y sus efemérides
meteorológicas, describe detalladamente un fenómeno atmosférico característico de ese periodo y
sus técnicas de predicción. Así desfilan a través del libro diluvios mediterráneos, temporales atlánticos, sequías, olas de frío o de calor o periodos de buen o mal tiempo...
En cualquier caso, para dar una idea más cercana del contenido del libro, éste es su índice y presentación:
En cualquier caso, para dar una idea más cercana del contenido del libro, éste es su índice y presentación:
Índice
Prólogo
Presentación
Otoño
Septiembre, como una hoja en blanco
Octubre: los diluvios mediterráneos
Noviembre: los temporales atlánticos
Invierno
Diciembre: las visitas de la nieve
Enero: la blancura de la luz, del hielo y de la niebla
Febrero: las olas de frío
Primavera
Marzo: los vientos
Abril o la incertidumbre
Mayo: el “buen tiempo”…o el “mal tiempo”
Verano
Junio: las tormentas
Julio: las olas de calor
Agosto, blanco de calima y humo
Documentación consultada
PRESENTACIÓN
Los que me conocen saben que desde niño
me apasiona la meteorología y en concreto, la predicción del tiempo. Elegí dedicarme
a ello, quizás porque era el camino más común, a través de la física y de las
matemáticas. Pero cuando amas algo profundamente, ningún camino te es extraño
para acercarte a ello, aunque sean distintos a los tuyos. Al final lo que te interesa, de una forma u
otra, es la contemplación de aquello donde todos concurren.
He dedicado por tanto mi vida
profesional a la predicción del tiempo por métodos científicos y es, por tanto,
el camino que mas conozco; pero me he sentido muy cercano a otros métodos y
enfoques predictivos a los que he respetado profundamente si he visto también en
ellos respeto por sí mismos; en fin, que las cabañuelas, por ejemplo, no me han
sido en absoluto ajenas, si bien no he llegado nunca a encontrar una verdadera
señal predictiva en ellas. Me encanta la meteorología popular y sus refranes y
los tengo integrados en mi vida diaria. Me gusta ver si “los santos de hielo” llegan puntuales a su cita o si la Candelaria plora o no plora. No he sido
climatólogo, pero he seguido y sigo muy de cerca los estudios climatológicos
porque quiero conocer la “historia” que subyace tras las lluvias y los vientos
de cada día. Tampoco soy experto en los cambios que el calentamiento global va
a producir o está produciendo ya, pero sigo con mucho interés lo que se va
publicando, porque también quiero saber como se comportará la atmósfera dentro
de decenios y como influirá en nuestra tierra y nuestra gente, aunque yo no lo
vaya a vivir. Y no soy poeta, pero algo de poesía vive en mí cuando siento la
belleza y la pasión que me despiertan tanto los vientos huracanados como las
canículas de agosto en la Mancha o las tardes frías, solitarias y melancólicas
de enero. Llevo en mí, por tanto, todos esos diferentes prismas y formas de
percepción de una realidad última en el fondo bastante desconocida: esas distintas
formas de ver son las raíces –o la raíz- de este libro.
Por otra parte, suelo afirmar que
cuando uno llega a una cierta edad, normalmente próxima a la de la jubilación, ya no se es experto en
nada –si es que alguna vez se fue- pero sí se llega a tener una visión
relativamente global de la estructura básica de aquello a lo que se ha dedicado
la vida profesional. Un arquitecto no es experto en el detalle de ninguna de
las piezas que conforman su obra pero sí sabe donde va cada una y cual es su función
en el contexto global. Creo que ese es también mi caso respecto a la
meteorología y así es como he intentado trabajar con esos diferentes prismas a
que antes me refería: he tratado de buscar sus encajes o, simplemente, los he puesto
unos junto a otros porque también hay armonía en ello, aunque algunos enlaces
queden ocultos.
Con estas digresiones o justificaciones
seguro que el lector ya va intuyendo la estructura y contenido de este libro.
Hablo en él básicamente de predicción, porque es de lo que mas he llegado a
saber, pero lo he querido hacer desde su convivencia armoniosa, o al menos
respetuosa. con la climatología, la meteorología popular o las proyecciones del
calentamiento global. Y he pedido, aunque de forma breve, el auxilio de algunos
poetas, muy en especial de José Antonio Labordeta, que han sabido plasmar
bellamente su percepción de eso que se llama temperie, percepción que, aún sin
ser yo poeta, comparto con ellos.
Me ha parecido entonces que la forma mas
adecuada de organizar esta obra ha sido la de hacerla fluir con las estaciones
y los meses del año. Empieza en otoño, que es cuando comienza también en la naturaleza un nuevo ciclo tras el agotamiento
veraniego. Para entrar armónicamente en cada estación y en cada mes, he buscado
un pequeño fragmento poético que, de alguna manera. refleje una cierta
percepción de él desde el sentimiento y la emoción. A continuación, describo ese mes tal como la meteorología
popular y la climatología nos dicen que es y busco en las efemérides los
recuerdos de cuando se comportó de forma exagerada o abandonó -siquiera
momentáneamente- su forma normal de ser. A continuación, la segunda parte de
cada capítulo, está dedicada a tratar en profundidad un fenómeno atmosférico
significativo de ese mes o de los muy próximos. Y hacia él dirijo los diferentes prismas, tratándolo desde un punto de
vista climatológico pero ocupándome sobre todo de su predicción a través de
técnicas antiguas y modernas y deteniéndome en los retos que aún nos sigue
planteando. Para acabar cada capítulo, no he podido sustraerme a la tentación
de especular sobre el futuro de ese fenómeno o situación atmosférica en el
contexto del calentamiento global. En algunos casos he hecho alguna pirueta
arriesgada que el lector sabrá disculpar pero a lo que no me he podido resistir
quizás por esa tendencia mía a integrar, o al menos relacionar, pasado,
presente y el futuro.
Para finalizar, aviso al lector que no
espere encontrar en lo que sigue ninguna obra erudita ni enciclopédica; ni
estoy preparado, ni ha sido mi intención, pero, sobre todo, no llamaba mi
atención ese enfoque. Sólo le pido que me acompañe con benevolencia, y si es
posible con un punto de ilusión, y que fluyamos juntos, a través de meses y
tiempos, en la búsqueda, seguramente quimérica, de una manifestación más
aquello que Antoine de Saint-Exupéry definía como “ese lazo divino que une
todas las cosas”
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Si habéis llegado hasta aquí y estáis interesados en el libro, me encantará que me acompañéis en las presentaciones que haré en Madrid el martes 25 de noviembre a las 19 horas en la librería Desnivel o el miércoles 26 en Toledo, en la Biblioteca de Castilla La Mancha, también a las 19 horas.
En cualquier caso el libro está ya a la venta en la página web de la Editorial Punto Rojo y en la página web y tienda (Plaza Matute,6) de la librería Desnivel de Madrid.
Hola Ángel,
ResponderEliminarme ha encantado el comentario del porqué te ha llevado a escribir este libro,
será un verdadero placer leerlo , ya que tendrá el esmero con que realizas tus exposiciones y la pasión que sientes por la meteorología .
un abrazo Empar
Y no vendrás por Logroño???...jajjajajaja..:-)..:-)...bueno vale ya lo compraré por Internete...muchas gracias por plasmar toda tu sabiduría...:-))
ResponderEliminarfelicidades Ángel . preciosa presentación de tu nuevo libro .
ResponderEliminareres un buen meteorólogo tanto hablando como escribiendo.
no te olvides que el próximo tiene que ser de tu experiencia en trenes
Hola Ángel, me acabo de enterar de que has publicado un nuevo libro a través de un tuit de José Miguel Viñas. Me ha gustado mucho la presentación y cómo sientes que la predicción meteorológica es mucho más que complicados modelos y "ensembles" que nos devuelve un superordenador. En cierto modo me siento identificado, porque para mí la observación meteorológica también es mucho más que anotar en el cuaderno verde (que ahora es blanco) los extremos de temperatura, humedad o viento. Claro, yo lo tengo más fácil que tú, porque es imposible no sentirse fascinado ante una violenta tormenta, una gélida cencellada o un delicado arcoíris de niebla. Así que no dudes que me regalaré (o haré que me regalen) un ejemplar de tu libro para estas próximas navidades, que aprovecho para felicitarte. Un saludo.
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