14 de mayo de 2014

¿Cómo afectaría a la Península Ibérica un nuevo episodio de "El Niño"?

Desde hace unos meses la Organización Meteorológica Mundial (WMO/OMM) viene alertando sobre la posible aparición de un fenómeno tipo "El Niño" a principios del segundo semestre de este año, que podría prolongarse al menos hasta finales del mismo, y sin que pueda adelantarse por el momento la intensidad que pueda tener. El aviso es importante porque la existencia de este fenómeno condiciona en gran medida los comportamientos atmosféricos en muchas zonas del planeta alterando el régimen normal de precipitaciones y temperaturas y, por tanto, la actividad económica e incluso social de muchos países.

No es el momento de entrar aquí en la explicación de este fenómeno bien conocido ya por profesionales y aficionados. En cualquier caso cabe recordar que El Niño forma parte del fenómeno ENSO (ENOS en castellano) que es el acrónimo de "El Niño/Oscilación del Sur". El ciclo del ENSO viene caracterizado por las variaciones interanuales de las temperaturas de la superficie del mar, las precipitaciones convectivas, la presión del aire en superficie y la circulación atmosférica que se dan en el océano Pacífico ecuatorial. El Niño –que suele producirse en el invierno del hemisferio norte– y La Niña representan extremos opuestos del ciclo de ENSO. Así, El Niño se refiere a la ocurrencia de temperaturas de la superficie del mar superiores a la media que se dan periódicamente en las partes oriental y central del Pacífico ecuatorial y constituye la fase cálida del ciclo. La Niña se refiere al enfriamiento periódico de la temperatura de la superficie del mar en las mismas zonas y constituye la fase fría de ese mismo ciclo. Las fluctuaciones de las temperaturas oceánicas durante los episodios de El Niño y La Niña van acompañadas de fluctuaciones a escala aún mayor de la presión del aire entre la parte occidental y la parte oriental del Pacífico tropical, lo que se conoce como la Oscilación del Sur.

Sobre la situación del ENSO en cada momento, y más en concreto sobre su estado actual, se puede encontrar abundante información en muchas lugares de la red. Entre ellos destaco la última nota informativa emitida al respecto por la OMM en la que figura también el enlace al último boletín de vigilancia sobre el fenómeno. También es básica la página de NOAA dedicada al mismo. Desde el punto de vista de la predicción, la facilitada por el Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo es importante para ver las probabilidades de ocurrencia de las distintas posibles evoluciones del fenómeno. La imagen que muestro a continuación pertenece a la última predicción elaborada por este Centro  a partir de su sistema ensemble utilizando una presentación tipo "pluma":


Diagrama "pluma" del Centro Europeo de Predicción a Plazo Medio sobre las posibles evoluciones de la anomalía de la temperatura de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial central

En ella se ve la evolución de la anomalía de la temperatura oceánica en una zona del Pacífico típica de ocurrencia del calentamiento asociado a "El Niño". Puede verse, por una parte, el cambio de tendencia en la anomalía de la temperatura del océano entre enero y febrero que pasa de negativa a positiva y, por otra, como a partir de abril-mayo todos los modelos que forman parte del "ensemble" muestran una intensificación de esa anomalía hasta junio-julio. A partir de ese momento las distintas posibles soluciones empiezan a dispersarse si bien la mayoría muestran una tendencia creciente, o al menos estacionaria, hasta final de año. Como se considera que estamos ante un fenómeno "Niño" cuando la anomalía de temperatura supera 0,5º durante al menos cinco trimestres superpuestos consecutivos, parece por tanto muy probable su existencia al menos hasta fin de año sin que esté aún clara su mayor o menor intensidad.

Muestro a continuación un diagrama de NOAA donde se muestran las probabilidades de ocurrencia de un episodio de "El Niño" en los próximos meses:



Diagrama elaborado por el Climate Data Center (CDC) y el International Research Institute for Climate and Society (IRI) sobre las probabilidades de ocurrencia de un fenómeno ENSO

Como puede verse la probabilidad aumenta claramente a partir del trimestre mayo-junio-julio.

Por lo que se refiere a los previsibles impactos mundiales en el caso de que esta predicción se cumpla, en la nota informativa de la OMM a la que antes me refería aparece un gráfico, que copio a continuación, y que muestra los principales impactos provocados por una situación tipo  "El Niño", primero entre junio y agosto:

Añadir leyenda
y después entre diciembre y febrero:


Como se ve, ni en verano ni en invierno parece haber según NOAA impactos claros ni en la Península Ibérica ni en el resto de Europa. Pero el hecho de que no estén claros no quiere decir que no existan, sino que no son claramente identificables. De hecho se han publicado multitud de estudios sobre el impacto del Niño en Europa y la conclusión a la que se llega es que existe pero que se mezcla con otras evoluciones de la atmósfera y el océano tales como la AMO (Atlantic Multidecadal Oscillation) o la QBO (Quasi Bienial Oscillation) de una forma mucho más compleja que en otras zonas del mundo y que además puede variar entre unas estaciones y otras y entre distintos episodios. 

Entre los distintos estudios de impacto hay uno realizado por el Servicio Meteorológico británico (Met Office) cuyos resultados se muestran en los siguientes gráficos:


Como puede verse, durante un fenómeno "El Niño", y por lo que respecta a las precipitaciones la Península Ibérica, aparece una tendencia hacia un tiempo más húmedo de lo normal entre el final del verano y el final del otoño.



Y en cuanto a las temperaturas habría una tendencia hacia temperaturas más cálidas en el otoño sobre todo en el centro y cuadrante nordeste peninsular. En este caso sí aparece un posible impacto en la zona de Canarias con tendencia cálida de enero a marzo y fría entre julio y septiembre.

En cualquier caso ésta es otra muestra de los múltiples estudios existentes -y no del todo coincidentes- sobre la cuestión. En este contexto, y como es lógico, en España también ha existido y existe bastante controversia tanto en foros académicos como de aficionados. A veces parece que "El Niño" debe favorecer el tiempo seco y otras veces el húmedo. A este respecto creo interesante reseñar lo que exponía un recordado climatólogo español, Inocencio Font, en la última versión (octubre del 2000) de su obra Climatología de España y Portugal sobre la relación entre El Niño y las sequías en la Península Ibérica. Transcribo algunas de sus conclusiones:

a) En todos los importantes periodos de sequía registrados en la Península en este siglo (el XX) el Niño ha aparecido con una frecuencia notablemente mayor a la de los periodos húmedos. Ello no excluye que algunas grandes sequías hayan ocurrido independientemente del Niño ni que en ciertos casos dicho fenómeno no haya estado aparentemente relacionado con la incidencia de la sequía

b) En todos los casos de periodos de sequía relacionados con el Niño la sequía se ha adelantado a la aparición de El Niño aunque generalmente esta aparición ha ido seguida del restablecimiento o recrudecimiento de la sequía.

c) No se ha observado ninguna correlación significativa entre la magnitud y duración de las sequías y la intensidad de los fenómenos de El Niño.

Como se ve, Font se decanta por una cierta relación positiva El Niño-sequías pero con algunas reservas y restricciones. 

Desde el momento en que Font escribió estas conclusiones hasta la fecha se han publicado diversos artículos sobre la influencia de El Niño en Europa y en algunos casos sobre en España. Creo que la mejor visión global sobre el estado de la situación y de los artículos más importantes publicados, al menos hasta el año 2009, está recogida en el informe publicado en enero de 2010 por la Red Temática CLIVAR España. Sus conclusiones sobre este punto concreto son las siguientes:

a) Las teleconexiones asociadas al ENSO son claras en primavera y otoño. Aunque los impactos y mecanismos de teleconexión no son lineales, se han encontrado correlaciones positivas con la precipitación en otoño con máximos en el sur peninsular y negativas en primavera con máximos en el este.

b) Las teleconexiones asociadas al ENSO en invierno son más débiles y negativas en el este, aunque los mecanismos asociados están sujetos a debate. Es importante considerar la influencia estratosférica para mejorar el conocimiento de las teleconexiones con el ENSO en esta estación.

 c) Las teleconexiones entre el ENSO y la precipitación en el Mediterráneo occidental no son estacionarias. Se han encontrado cambios en la configuración de El Niño y de las células convectivas tropicales en escenarios futuros.

Como se ve, se trata de un tema controvertido en el que se avanza muy poco a poco. Ante la previsible aparición de un nuevo episodio -con su correspondiente impacto mediático- creo que sería interesante que, bien por la Asociación Española de Climatología o de AEMET, se hiciera pública en su momento una nota informativa dejando bien sentado lo que se sabe y lo que no sobre el impacto de El Niño en nuestra zona geográfica. Sería muy aclaratoria y evitaría informaciones contradictorias y bulos. Merecería la pena.


1 comentario:

  1. Angel, mira esto sobre el posible efecto de El Niño sobre Europa
    http://www2.ucar.edu/atmosnews/features/11590/el-nino-high-altitude-highway

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