Con frecuencia me he referido en este
blog a las dificultades que cualquier meteorólogo ha experimentado cuando los
medios le preguntan sobre si la magnitud o la intensidad de algún fenómeno
atmosférico extremo tiene que ver con el cambio climático. Sin embargo, también
he hecho mención al gran avance que ha supuesto la extensión y normalización de
los estudios de atribución tendentes a conocer la probabilidad de que el evento
en cuestión se haya producido, o haya sido más intenso, a consecuencia del calentamiento
global. De este modo, existe ya desde hace unos años una iniciativa de la
American Meteorological Society por la que, anualmente, se publica una edición especial de su Bulletin en la que se recogen distintos estudios de atribución
sobre algunos de los principales fenómenos adversos ocurridos el año anterior.
Sin embargo, la espera de más de un año
para conocer esos resultados no ayuda demasiado al interés de los medios -y por
tanto de la sociedad- por conocer esa posible conexión. Por eso, empiezan a
aparecer estudios hechos con mucha más inmediatez - a partir siempre de unas
condiciones científicas estrictas- que nos permiten disponer de esa información
de forma mucho más temprana.
Foto: AP/Francois Mori |
Pues bien, en este contexto, acaban de hacerse públicos los
resultados de un estudio de atribución sobre las graves inundaciones
sucedidas en Alemania, y sobre todo en Francia, que tuvieron lugar en los últimos
días de mayo y primeros de junio, como resultado de varias jornadas de intensas
lluvias, que originaron el desbordamiento de varios ríos. La causa
meteorológica de esta situación fue la presencia sobre la zona de una borrasca
fría semiestacionaria, que había experimentado un cierto movimiento retrográdo. Cabe señalar a este respecto que, en aquellos días, algunas salidas de los modelos numéricos de predicción
apuntaban a una retrogresión aún más marcada, lo que hubiera afectado, seguramente
también con lluvias intensas, al nordeste peninsular.
El estudio al que me refiero
ha sido dirigido por Robert Vautard, un científico del Laboratorio para el
clima y el medio ambiente de Francia y en el que han
colaborado el también instituto francés Pierre Simón Laplace, la Universidad de
Oxford, el Real Instituto Meteorológico holandés, el Centro Climático de la
Cruz Roja/Creciente Rojo y la institución norteamericana Climate Central, todo ello en el marco de un interesante programa internacional denominado World Weather Attribution.
Pues bien, este grupo consideró los
extremos de lluvia acumulados en tres días entre abril y junio en las cuencas
del Sena y del Loira,así como de en un día en el sur de Alemania y estudió mediante un conjunto de modelos climáticos la
probabilidad de ocurrencia de eventos de este tipo en un mundo con y sin
calentamiento global. Los resultados -que resumo a continuación- dieron una alta probabilidad de que este tipo de eventos sean ahora mucho más frecuentes en las cuencas francesas citadas mientras que no puede obtenerse ninguna colnclusión de atribución en la zona alemana.
Francia
A partir de diferentes metodologías
-todas ellas coincidentes- el grupo encontró que el calentamiento global
incrementó la probabilidad de las lluvias intensas asociadas con el evento del
29 al 31 de mayo en las cuencas del Sena y el Loira.
Periodo de retorno: Se concluye que un
periodo de tres días de precipitaciones en la cuenca del Sena es muy raro en
abril-junio, con un periodo aproximado de retorno de una centena de años. El
evento es menos raro en la del Loira con un periodo aproximado de retorno de
cincuenta años.
Evolución del
riesgo: Comparando los recientes extremos de precipitación en abril-junio con
las simulaciones mediante modelos climáticos de registros históricos, el grupo
encontró que un evento como éste puede esperarse que ocurra ahora un ochenta
por ciento más frecuentemente que en el pasado en la cuenca del Sena. Para la cuenca
del Loira la probabilidad es de un noventa por ciento.
Alemania
Periodo de retorno: En una localización dada, el periodo de retorno de un episodio de precipitación tan intenso como el
observado es de uno en 3000 años. Esto supone uno cada 20 años en algún lugar
del sur de Alemania.
Evolución del riesgo: La tendencia observada
de un día de fuerte precipitación en el sur de Alemania es significativamente
negativa mientras que el único modelo que simula la distribución correcta muestra una tendencia positiva significativa. Por tanto los resultados para esta
región son no concluyentes y no puede hacerse en este momento ninguna
conclusión de atribución.
La difusión del estudio -que en estos días se ha remitido ya a una revista científica- se ha criticado en algún medio al no haber tenido todavía ninguna revisión independiente. Eso es verdad, pero en mi opinión son muy significativos los resultados que se obtienen ahora de cara a la mentalización e interés social, que si se hace público dentro de 10 0 12 meses, sobre todo si se tiene en cuenta el prestigio de las instituciones involucradas. En cualquier caso, reconozco que el tema puede ser muy opinable.
Por último querría hacer una pequeña reflexión sobre el caso español. ¿Sería aquí posible disponer de un estudio de este tipo con la misma rapidez en relación con un episodio de lluvias muy intensas e inundaciones que ocurriera en un algún lugar de nuestra geografía ¿Tenemos conocimientos, expertos y recursos como para integrarnos en un programa como el citado World Weather Attribution u otro similar? Puede que estemos integrados y yo no lo sepa, pero, en cualquier caso, mi opinión es que sí que tenemos esos recursos y que, como siempre, sería una cuestión de organización y planificación a largo plazo con objetivos claros y definidos.
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