“Un remolino dentro
de otro remolino. Y dentro de ese, otro. Y así hasta el infinito”
Quienes
hayan leído mi entrada anterior de este blog se habrán dado cuenta de que no
soy muy partidario de que las borrascas reciban nombre propio salvo que fuera
una actividad regulada por la Organización Meteorológica Mundial. Sin embargo,
las particularidades de la borrasca protagonista de estos días y el sugerente
nombre con que ha sido bautizada, me lleva a escribir hoy un comentario sobre su nacimiento y
su evolución.
Queenie nació
ayer, sábado 28, en el interior de la Península Ibérica, quizás hacía el Valle
del Ebro. Ya, para empezar, es un lugar raro para nacer porque la mayoría de las borrascas lo
hacen sobre el mar en un proceso llamado “ciclogénesis” , es decir génesis de
un ciclón. Y aquí debe tenerse en cuenta que en meteorología se denomina “ciclón”
a cualquier torbellino atmosférico que gire –en el hemisferio norte- en sentido
contrario a las agujas de un reloj.
El escenario en el que nace Queenie queda
bien reflejado en esta imagen de Meteosat correspondiente a las 8 de la tarde
de ayer. Puede que sea una imagen un tanto compleja para los no iniciados y por
tanto la describo muy por encima. Toda la mitad occidental de la Península está
salpicada de manchas blancas que corresponden a nubes tormentosas desarrolladas
en el seno de una colada de aire frío. Esta colada llegó ahí tras el paso de “Petra”
y se había quedado estacionaria hasta que ayer se puso en movimiento hacia el
este. A su derecha aparece una banda blanco-amarillenta que se extiende desde el
golfo de Vizcaya hasta Almería. Éste es el antiguo frente frío que durante estos
días ha actuado de frontera de separación entre el aire frío al que acabo de
hacer referencia y la potente masa de aire muy cálido que, como reacción a la
colada fría, había penetrado sobre el Mediterráneo occidental y en particular
sobre el mar Balear dando temperaturas muy altas. Y sobrevolando parcialmente
ese frente aparece una gran banda blanca de cirros pertenecientes al chorro
subtropical que remonta desde el sur de Canarias y acaba curvándose hacia la
derecha al norte de Baleares.
Y
a todo esto, ¿Dónde está Queenie en esa
imagen? Pues está empezando a formarse justo en esa curvatura que
experimenta la banda blanco-amarillenta sobre la Rioja y Navarra
aproximadamente.
¿Por qué nace? En principio porque en esa
zona hay condiciones que se lo ponen muy
fácil. Las borrascas suelen generarse en áreas de marcado contraste entre masas
de aire de características muy distintas. Ayer, esa banda que se recurva, marcaba
la separación entre dos “aires” muy distintos, como ya expliqué antes.
Cualquier pequeño remolino que se cree sobre ella puede hacerse muy inestable y
crecer con rapidez; eso es lo que pasó ayer. ¿Y qué creó ese remolino? Pues una
ondulación de la corriente de vientos en niveles altos que sobrevolaba la zona relacionada
probablemente –no estoy del todo seguro de ello- con esa remontada del chorro
subtropical que vemos en la imagen reflejada por esos cirros tan blancos.
A
partir de ese momento y durante toda la noche, Queeny se ha desarrollado muy rápidamente. Se ha dirigido hacia el
norte hasta la zona de la Bretaña francesa al
tiempo que se ha intensificado mucho. De hecho, esta mañana tenía en su centro
991 hPa, es decir había experimentado un descenso de presión de unos 14 hPa en
unas 16 horas… ¡un desarrollo casi explosivo!
¿De dónde ha salido tanta energía? Pues de ese contraste entre
ambas masas de aire a lo largo de cuya frontera se ha deslizado, como si fuera
una mecha ardiendo, y quizás en parte también del calor latente de condensación
de la actividad convectiva que ha desarrollado. A este respecto hay que señalar
que por sus características no era una
borrasca “fácil” de pronosticar por los modelos numéricos en lo que se
refiere sobre todo a su intensificación real. Y sin embargo la simulación se ha
acercado mucho a la realidad.
Y
ésta es la imagen de satélite en la tarde de hoy, día 29. Es una imagen algo mas “limpia” que la de ayer porque Queenie
se ha convertido en la protagonista casi única, desarrollada ya como una
importante borrasca fría. Centrada al sur de las Islas Británicas, el
chorro subtropical la rodea parcialmente en una de sus bellas “remontadas”.
Mientras, extendiéndose desde Marruecos hasta el sureste peninsular aparece una
banda nubosa “en coma”, que es la zona mas activa de la que era borrasca principal
hasta el día de ayer. Y sobre el resto de la Península, nubes tormentosas salpicadas aquí y allá.
A
partir de ahora Queenie se desplazará hacia el noroeste de la Península Ibérica, permanecerá
ahí casi estacionaria durante unos días al tiempo que se debilita y provocará
chubascos y tormentas en el cuadrante noroeste. Después, en la segunda mitad de
la semana, es probable que desaparezca absorbida por una nueva borrasca, por otro
remolino ciclónico. Y podría ser que nos dejara un regalo: un camino abierto hacia España para las
borrascas atlánticas. Pero esa es ya otra historia posible de nuevos remolinos.