19 de abril de 2012

El mundo evitado


El pasado martes tuve ocasión de asistir en la Facultad de Físicas de la Complutense en Madrid a un seminario impartido por el Dr. Rolando García del NCAR estadounidense con el sugestivo título de “El mundo evitado”.

El Dr. García es un veterano y eminente científico que es conocido sobre todo por sus investigaciones sobre el ozono estratosférico. El título de su presentación hace referencia al mundo que hemos evitado a partir de la prohibición de los gases CFC como resultado del protocolo de Montreal de 1989.

Es bien conocido el efecto destructor del ozono que poseen estos gases de modo que, como el Dr García comentaba, si no se hubieran suprimido, hacia el año 2070 la vida humana estaría ya muy comprometida debido al efecto letal del alto nivel de radiación ultravioleta que alcanzaría la superficie de la Tierra. Sin embargo es mucho menos conocido que los CFC actúan también como potentes gases de efecto invernadero. De acuerdo con sus investigaciones, también hacia el año 2070 los CFCs hubieran doblado el efecto de calentamiento del dióxido de carbono. Por tanto puede verse la importancia transcendental que para la vida sobre la Tierra tuvo la adopción del protocolo de Montreal.

En el coloquio surgieron algunos temas de interés. A la pregunta de la razón por la que parece que la recuperación del ozono estratosférico es más  lento de lo que se pensaba el Dr. García negó que fuera así y afirmó que la tasa de recuperación está dentro de los umbrales de tolerancia del ritmo que se había previsto si bien hay algunas incidencias limitadas tales como algunos inviernos con la temperatura estratosférica más baja de lo normal en la zona antártica. Ello provoca a su vez la existencia de más nubes estratosféricas que son verdaderas trampas de ozono.

Nubes estratosféricas destructoras de ozono sobre la base Mc Murdo en la Antártida (Alan Light)

Para finalizar se volvió sobre la cuestión clásica de hasta qué punto se puede estar seguro de que el actual ciclo de calentamiento es debido a la acción de los gases de efecto invernadero o a la llegada de una mayor radiación solar. Rolando García fue muy claro en su respuesta afirmando que el perfil de la evolución de las temperaturas observadas en la troposfera y en la estratosfera – la primera más caliente y la segunda más fría- es perfectamente compatible con el efecto de los gases pero en modo alguno con la llegada de mayor radiación del sol. En ese caso se produciría un calentamiento global de la atmósfera con unas características y un perfil absolutamente distinto al actual.

Lástima que no haya forma de lograr otro protocolo de Montreal para el dióxido de carbono


No hay comentarios:

Publicar un comentario