En muchas de las entradas de este blog he insistido en la conveniencia de que tras los episodios de fenómenos atmosféricos extremos que se registren en España se lleven a cabo con un cierta rapidez estudios de atribución que permiten conocer, desde una aproximación probabilista, su mayor o menor relación con el proceso de calentamiento global. Por eso, y aunque no se traten específicamente de estudios de este tipo, me alegra mucho la publicación en estos días de dos trabajos muy interesantes y con conclusiones muy claras sobre dos situaciones de este tipo que nos han afectado en los últimos meses: la intensa ola de calor de finales de junio de este año (y de principios de agosto del año pasado),
El primero es un artículo que acaba de aparecer en la revista científica Weather and Climate Extrems titulado "Las intrusiones de aire sahariano como un mecanismo relevante en las olas de calor ibéricas: los eventos récord de agosto de 2018 y junio de 2019" realizado por investigadores de distintas instituciones españolas y portuguesas y encabezados por Pedro M. Sousa de la Facultad de Ciencias de Lisboa y David Barriopedro del Instituto de Geociencias (IGEO) dependiente del CSIC y de la Universidad Complutense de Madrid. Más que comentar el contenido del artículo prefiero copiar a continuación el texto con el que se cierra (la traducción es mía y por tanto cualquier posible error):
"Nuestros resultados demuestran que las intrusiones saharianas juegan un
papel crítico en la ocurrencia de olas de calor, particularmente aquellas que
afectan a los sectores del sur de la Península Ibérica. Aunque estas intrusiones son en general menos relevantes para las olas de
calor del norte peninsular, la latitud sin precedentes alcanzada por los
eventos de principios de agosto de 2018 y finales de junio de 2019 y la
tendencia hacia los polos mostradas por las intrusiones saharianas de verano,
anticipan un papel cada vez mayor de éstas también en las áreas más
septentrionales de la Península, así como en otras regiones de otros países de
Europa occidental. En consecuencia, existe una necesidad crítica de una mayor
concienciación y prevención sobre los impactos relacionados con los problemas
de salud pública, los incendios forestales o la gestión de la sequía entre
otros peligros relacionados directa o indirectamente con la tendencia
ascendente observada (y proyectada bajo el calentamiento global) y ya
mencionada en las olas de calor extremas, particularmente en el entorno
mediterráneo".
El siguiente estudio acaba de ser publicado en el blog de AEMET por Jose Ángel Nuñez Mora, jefe de climatología de la Delegación de AEMET en la Comunidad Valenciana y lleva por título "Análisis meteorológico y climático del temporal de precipitaciones torrenciales de septiembre de 2019 en la Comunidad Valenciana". Tiene dos partes, la primera se ocupa del estudio puramente meteorológico de la situación mientras que la segunda está dedicada a la valoración climatológica y a la comparación con otros temporales del pasado en la cuenca baja del Segura (abril de 1946, octubre de 1948, noviembre de 1987 y diciembre de 2016). Las dos partes son muy interesantes y recomiendo mucho su lectura pero, como en el caso anterior, más que hacer ningún comentario prefiero transcribir algunas de sus conclusiones
"...Pero en verano, y hasta bien entrado el otoño, el ascenso en latitud del cinturón de altas presiones subtropicales hace extremadamente raro que se produzca danas tan profundas como la registrada los días 11 al 14 de septiembre de 2019. De hecho, y en base a los datos, habría que concluir que la dana que circuló por el sureste de la Península durante el temporal de septiembre, es la más profunda de las registradas en la estación de radiosondeos de Murcia entre el 6 de junio y el 10 de octubre del período 1984-2019".
"El temporal de septiembre de 2019 es el de mayor precipitación acumulada de los analizados, con un 39% más de precipitación en el promedio de la comarca que el siguiente en volumen, que fue el de noviembre de 1987.
Durante unas pocas horas de temporal, entre la mañana del día 12 y la mañana del día 13, se acumuló en el promedio de la comarca el equivalente a la lluvia de un año.
El temporal de septiembre de 2019 es el de mayor precipitación acumulada en la comarca en al menos los últimos 100 años. Aunque no se ha podido realizar cálculo del volumen de precipitación de noviembre de 1916, los datos registrados indican que el volumen de precipitación durante ese temporal debió de ser notablemente inferior al de septiembre de 2019".
Creo que poco se puede añadir a las conclusiones de ambos estudios. Como se ve estos sucesos no son hechos aislados y marcan una tendencia creciente en la frecuencia y/o en la magnitud de olas de calor, lluvias torrenciales y otros fenómenos asociados en nuestra zona geográfica. Mi felicitación más sincera a los autores de ambos trabajos tanto por su calidad intrínseca como por la rapidez, rapidez que no está necesariamente reñida con la calidad. Queda claro, como ya comentaba el otro día que, más allá de si son "galgos o podencos", el hecho es que están ya acercándose con rapidez y las "conejos" más que lamentarse y llevar a cabo solamente tácticas de corto plazo tienen que protegerse de manera más efectiva y definir estrategias claras para dejar a esos "galgos o podencos" lo más alejados que sea posible.
Hola buenas. ¿Tienes series largas que avalen los hechos (en el caso de las precipitaciones máximas diarias/precipitaciones mensual del mes de septiembre?
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