30 de abril de 2013

Vaivenes de primavera

El retroceso hacia el invierno de este fin de semana ha hecho retornar una vez más la pregunta de, hasta qué punto es normal que, casi a punto de empezar mayo, nieve en zonas  poco elevadas y se alcancen estas temperaturas tan bajas. La respuesta es que ocurre con mucha más frecuencia de lo que nuestra débil memoria meteorológica recuerda aunque, en esta ocasión, ha tenido algunas particularidades.

Ya, en mi entrada del pasado jueves, llamaba la atención sobre las nevadas y sobre todo las bajas temperaturas a que esta situación iba a dar lugar. Así ha sido: la nieve ha alcanzado cotas muy bajas y las temperaturas, sobre todo las máximas, han sido claramente invernales. En algunos observatorios de la mitad este peninsular estas máximas han batido los records para abril por lo bajas. Así, Ciudad Real registró el domingo 5,8º de máxima siendo la anterior máxima más baja de abril, 6,4º en 1988. Ese mismo día, Cuenca con 3,8º de máxima, igualó su anterior record de 1994 (de una serie que arranca en 1955); Teruel registró 1,9º (la anterior era 2º, también en 1994) y Lleida tuvo 7,5º, siendo la máxima mas baja anterior 8,4º en el 2004. Es curioso -e importante- constatar que estas marcadas anomalías habían estado perfectamente previstas tanto en el tiempo como en el espacio, desde al menos tres días antes por el producto EFI (Extreme Forecast Index) del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo (ECMWF).

Como también apuntaba en mi entrada anterior, la causa de esta irrupción fria fue una vaguada de la circulación del chorro polar que entró en la Península Ibérica desde el noroeste, arrastrando aire muy frío tanto en niveles altos como en bajos. Como, a su vez, esa vaguada provocó la intensificación de una borrasca en superficie en el área mediterránea, los vientos del este-nordeste soplaron con fuerza sobre muchas zonas haciendo mas intensa la sensación de frío aunque, por otra parte, evitaron que también las temperaturas mínimas alcanzaran o superaran algún récord. 

En primavera son frecuentes estas marcadas ondulaciones del chorro polar. En las zonas delanteras de estas vaguadas se da una entrada muy marcada de aire cálido del sur con un fuerte ascenso de las temperaturas, tal como ocurrió hace muy pocos días, mientras que en el seno de las citadas vaguadas predomina el aire frío y el tiempo muy inestable. No son estos vaivenes sino las dos caras de una misma moneda, algo que a quien no esté familiarizado con las singularidades de la circulación atmosférica le puede costar trabajo entender. Por tanto, en mi opinión, lo que está ocurriendo durante este mes de abril en la circulación atmosférica sobre España es relativamente normal y en principio sólo cabe achacarlo a la variabilidad natural de la atmósfera.

Situación del geopotencial de 500 hPa y de la temperatura de 850hPa correspondiente a las 12 UTC del pasado domingo 28 de abril, el día -y casi la hora- en el que se registraron las temperaturas máximas más bajas, elaborado por el ECMWF. Puede verse como, sin embargo, en las zonas por delante de la vaguada que afecta a la Península Ibérica, las temperaturas son muy altas (colores naranjas y rojos): las dos "caras" de una misma configuración atmosférica

Hay sin embargo un detalle que nos podría hacer pensar en una hipotética conexión con el calentamiento global: son los récords en las temperaturas máximas mas bajas a los que antes me refería. El hecho de que éstos se hayan producido en las máximas en vez de en las mínimas, deja claro que no han influido otros factores externos a la propia temperatura del aire que entraba del norte; es decir, se trataba de una masa más fría que las "normales" de estas irrupciones primaverales, tal como de algún modo alertaba el EFI del Centro Europeo al que antes hacía referencia. Pues bien, están apareciendo en los últimos meses artículos en los que se estudia cómo la disminución veraniega del hielo ártico ha variado de tal modo la circulación en las zonas mas septentrionales del hemisferio norte, que las nevadas han aumentado en extensión en altas latitudes. El aire en contacto con las  grandes superficies nevadas se habría enfriado de forma mas acusada que en otras ocasiones y ese aire, arrastrado hacia el sur por las vaguadas del chorro polar, provocaría estas advecciones más frías. La hipótesis está ahí pero creo que sería dificil probarla para esta situación.  Por tanto, mi opinión es que, en este caso, nos encontramos simplemente ante una manifestación de la pura variabilidad atmosférica.

Aunque durante estos días la borrasca va a ir perdiendo lentamente actividad y las temperaturas subirán lentamente sigue existiendo la posibildad de nuevas formaciones de vaguadas o borrascas de este tipo durante el mes de mayo. Tengo recuerdos personales de haber visto aguanieve en Madrid durante las fiestas de San Isidro. Y si hay un refrán al que le tengo verdadero respeto es aquel que muy sabiamente aconseja "Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo". A veces hasta el cincuenta.


25 de abril de 2013

Historia de dos borrascas

Ayer comenzó una interesante evolución atmosférica que va a dar lugar a un cambio sustancial de tiempo durante el próximo fin de semana, que se extenderá seguramente también a la primera mitad de la que viene. En ese cambio van a intervenir dos borrascas, no simultaneamente, pero si desarrollando una curiosa interacción y sustitución entre ellas. Vamos a verlo con un cierto detalle.

La borrasca que el pasado fin de semana, originó una marcada entrada de aire frío sobre la Peninsula, ha estado en situación casi estacionaria durante los últimos días sobre el norte de África. Ayer se puso en lento movimiento hacia el norte, al tiempo que reorientaba su eje. De este modo, su zona delantera, la mas propensa a producir ascensos del aire con la consiguiente bajada de presión en superficie, está ubicada sobre el mar balear y el levante peninsular. 
Mapa de geopotencial de 500 hPa y temperatura de 850hPa elaborado por el Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo previsto para las 00 UTC del viernes 26 de abril.  La zona delantera de la borrasca en altura afecta a la mitad oriental peninsular. Sobre las Islas Británicas aparece una vaguada de la circulación del chorro polar, cuyo cierre va a dar lugar, 24 horas después, a  la formación de una borrasca fría sobre la Península Ibérica

Esta bajada de presión está dando lugar a que en superficie aparezca una pequeña pero marcada borrasca, que es una reintensificación de la que ya existía, también en superficie, sobre el norte de África, al intervenir ahora en el proceso la masa húmeda mediterránea, lo que supone un buen aporte energético. 

Análisis de presión en superficie elaborado por el Met. Office británico correspondiente a las 00 UTC del jueves 25 de abril.  Al sur de Baleares aparece una pequeña pero relativamente intensa borrasca que induce un marcado flujo de viento sobre la costa levantina. El frente cálido que aparece en el mapa, se ha llamado a veces "frente de retroceso". Estas situaciones acumulan cantidades muy importantes de lluvia en comarcas como La Marina y La Safor

Esta borrasca está originando una corriente de viento de levante que incide sobre la costa levantina unida a un amplio arco nuboso, a veces llamado "frente de retroceso" que produce lluvias que, por acumulación, puede dar lugar a cantidades importantes en zonas costeras levantinas siendo más amplificadas aún por un mecanismo no del todo bien explicado todavía en las comarcas del sur de Valencia y norte de Alicante.

Imagen de Meteosat en el canal visible correspondiente al mediodía del 25 de abril. Puede verse la espiral nubosa ligada a la borrasca mediterránea invadiendo poco a poco la mitad oriental peninsular. Por el noroeste se acerca la típica nubosidad frontal ligada a la vaguada de niveles altos. Tras esa banda aparece otra estructura nubosa denominada de "células abiertas", que marca la posición del aire frío que va a llega a la Península del viernes al sábado.

Por otra parte, al noroeste de la Península, aparece una vaguada profunda del chorro polar con tendencia a cerrarse y formar una borrasca fría entre el viernes y el sábado sobre la vertical peninsular. En situaciones de este tipo, lo que suele ocurrir, y va a ocurrir también ahora, es que la borrasca mediterránea se mueve por delante, como arrastrada por la perturbación atlántica, al tiempo que se debilita. En cualquier caso, en su recorrido de mañana viernes hacia el sur de Francia puede dejar lluvias importantes en puntos de Baleares y Cataluña. Después irá ya rápidamente desapareciendo sobre el interior continental.

Topografía de 500 hPa y de temperaturas de 850 hPa (ECMWF) previsto para las 00 UTC del sábado 27 de abril. La borasca mediterránea se debilita mucho y "sale" por delante de la vaguada atlántica que empieza a cerrarse. Se aprecia también como los colores mas "frios" del aire frio empiezan a afectar al noroeste peninsular.

De esta forma queda libre toda nuestra zona geográfica para la borrasca fría atlántica. Aparecerá de nuevo ese tiempo tan típico de primavera. Grandes masas nubosas alternarán con cielos muy azules de forma muy rápida, de modo que de estar con sol puede pasarse en cuestión de minutos a recibir un intenso chubasco o una granizada dentro de un ambiente frio y desapacible que se va a prolongar al menos hasta el lunes. 

Cielo típico de una situación como la que nos va a afectar. Grandes nubes, a veces tormentosas, destacan sobre un cielo azul profundo ligado al aire frío. La situación puede evolucionar en minutos pasando de un ambiente soleado a un fuerte chaparrrón de lluvia, granizo o nieve granulada.

Lo que sí es muy importante y a tener muy en cuenta en esta situación es el importante descenso térmico, bastante por debajo de los valores normales en estas fechas que llegará a provocar heladas en tierras altas del interior peninsular y que podrían afectar en gran medida a algunos cultivos. También aparecerá la nieve en algunas de esas zonas altas aunque con mas intensidad en áreas de montaña.

Mapa elaborado por AEMET donde se muestra el descenso térmico entre el viernes y el sábado y que probablemente continuará en algunas zonas durante el domingo.

Este tipo de borrascas tienen, como ya he comentado otras veces, bastantes dificultades de predicción para los modelos numéricos, sobre todo cuando permanecen en situación casi estacionaria. 
Mapa de 500 hPa previsto para las 00 UTC del lunes 29 de abril junto con la desviación estandard. Aunque su interpretación es algo complicada, lo importante es saber que las zonas marcadas en niveles crecientes de color morado, indican las zonas donde la evolución prevista es mas dudosa. Como se ve la ubicación final de la borrasca para ese dia presenta un cierto nivel de incertidumbre.

Pequeños desplazamientos de su centro pueden, junto con la orografía o la zona marítima sobre la que actuan provocar cambios muy significativos en el tiempo. 

Topografía del geopotencial de 500 hPa prevista para el martes 30 de abril a las 00 UTC. La "nueva borrasca" se encuentra previsiblemente ese día en una situación muy parecida a la actual

En cualquier caso, los modelos la ubican para el próximo martes centrada de nuevo sobre el área mediterránea en una situación muy parecida a la que tenemos cuando escribo estas líneas, tal como puede comprobarse volviendo a la primera figura de esta entrada. Dada la posibilidad de que, de nuevo, la zona mediterránea quede de nuevo bajo su radio de acción y de lugar a nuevas lluvias fuertes, convendrá seguir cuidadosamente su evolución.

Y después, lo mas probable, es que siga también una evolución y desaparición muy parecida a la borrasca a la que ahora va a desalojar. ¡Sic transit gloria mundi!


22 de abril de 2013

"Como se lo dirías a tu esposa, marido o hijos"

En varias ocasiones he hecho referencia en este blog a la necesidad de que las predicciones meteorológicas, y sobre todo los avisos de fenómenos meteorológicos adversos, sean perfectamente comprensibles y útiles para el público  a quienes van dirigidos y como, para lograrlo, creo necesario un esfuerzo conjunto de expertos en distintos campos. A este respecto, me ha llamado mucho la atención la  frase que, en un reportaje periodístico,  dice uno de los máximos responsables de predicción del National Weather Service norteamericano, donde este tema se cuida especialmente, refiriéndose a los avisos de fenómenos adversos de importancia, especialmente a los riesgos de tormentas severas: A los predictores se les anima a pensar de la forma en como "se lo dirías a tu mujer, marido o hijos".

Estados Unidos es sin duda el país más avanzado en los temas de avisos de fenómenos meteorológicos adversos. Recientemente he comentado como no han tenido dudas en cambiar los protocolos del Centro Nacional de Huracanes de modo que éstos se sigan emitiendo por el mismo Centro aunque la perturbación que origine los problemas haya perdido ya sus características tropicales. Hace algo más de tiempo me referí al experimento que habían puesto en marcha para mejorar sus avisos modificando la terminologia empleada, así como haciendo referencia explícita, a veces muy impactante, sobre los daños que algunos fenómenos atmosféricos (huracanes, tornados, tormentas severas...) puedan causar en personas o bienes. Es en el contexto de ese cambio de mentalidad en el que se pronunció la frase a que hago referencia.

¿Sería interesante y posible hacer algo de este tipo en España? Por supuesto, todo lo que suponga conseguir una mejor comprensión del mensaje es realmente importante. De los primeros resultados de la experiencia norteamericana parece deducirse que la inclusión explícita en el texto de los avisos de los daños que el fenómeno en cuestión pueda originar está dando resultados muy alentadores. Si eso se quisiera hacer aquí, supongo que habría que llegar a un acuerdo entre AEMET, o en su caso el Servicio autonómico correspondiente, con los responsables de Protección Civil para emitir avisos conjuntos. Para confeccionarlos, los predictores, además de una formación básica en impactos,  deberían tener tablas donde se relacionara la magnitud del fenómeno previsto con los daños que pueda ocasionar, así como un conjunto de frases básicas y muy sencillamente redactadas que formaran parte del propio aviso. Otra posibilidad es que los responsables de Protección Civil preparen los textos adecuados a la vista de la información proporcionada por los predictores y toda la información se emita como un aviso único aunque eso, en algunas ocasiones, podría retrasar la emisión.

Un planteamiento de este tipo cambiaría unos "modos de hacer" muy arraigados aquí. Por una parte, de cara al público, no habría distintas fuentes informativas sino una sola con un único mensaje mediante el cual  le llegaría toda la información relevante que necesitaría para hacerse cargo de la situación. Por otra, obligaría a cambiar estilos de redacción y terminologías que llevan mucho tiempo empleándose para ir hacia algo mas "directo", mas coloquial. Y ello, quizás no sólo en los avisos sino también en las predicciones rutinarias emitidas diariamente para diferentes ámbitos espaciales y temporales y que, a veces, son complicadas de entender debido a las relativamente estrictas normas con que deben ser redactadas; siempre se pensó que seguir normas de este tipo favorecerían la homogeneidad y la comprensión...Sin embargo parece que no es así.

Y en cualquier caso, ¿quien debería contar el tiempo como "se lo contaría a su mujer, marido o hijos"? ¿Los predictores de los Servicios Meteorológicos o los comunicadores meteorológicos que, además de su mayor formación o facilidad para comunicar, disponen de gran cantidad de medios audiovisuales que lo facilitan más?  ¿O sería realmente útil que lo hicieran unos y otros?

Como ya he dicho en muchas ocasiones, creo que necesitamos un debate y un trabajo multidisciplinar sobre la evolución de los avisos meteorológicos, la comunicación de las predicciones o la reorientación  de las tareas de los predictores meteorológicos ¿Que institución debería liderar ese debate?

18 de abril de 2013

Calor en abril

Tras la finalización del largo temporal de lluvias de Poniente, el calor entró bruscamente haciendo recordar en algunos momentos los comienzos de verano y preguntándonos si ésto es normal y desde cuando no había pasado. La memoria meteorológica es frágil: hace sólo dos años, en el 2011, tuvimos el abril más cálido de la serie histórica que arranca en 1951.

El cambio en la situación atmosférica estaba bien previsto, al menos en su primera parte, por los modelos numéricos. Una gran dorsal anticiclónica crecía desde el norte de África hacia la Península Ibérica extendiendo hacia nosotros una marcada "lengua" de aire cálido, que es la que estos días nos está afectando. La duda estaba en sí esta estructura se iba a reforzar más a partir de hoy jueves o, por el contrario y como al final va a ocurrir, el aire frío atlántico va a hacer que la masa cálida se retire más hacia el oeste, ubicándose en la zona entre Canarias -donde estos días va a hacer mucho calor- y Madeira. Que ocurriera una u otra evolución dependía, como en tantas otras ocasiones de duda, de cuando y donde se "cerraría" esa vaguada atlántica de aire frío. Si se cerraba y quedaba como una borrasca fría semiestacionaria al oeste de Portugal, la masa cálida se afianzaría y reforzaría sobre la Península. Si, como va a ocurrir, la vaguada pasaba sobre nosotros sin cerrarse aún (lo hará sobre el Mediterráneo), el aire frío haría retroceder, o mas bien, reorientaría al aire cálido hacia esa zona del Atlántico a la que antes me refería. 

Topografía de 500 hPa del miércoles 17 de abril de 2013 a las 12 UTC elaborada por el ECMWF. La "lengua cálida" se extiende desde el norte de África provocando un marcado aumento de temperaturas en la Península. Si la vaguada que se observa al noroeste de Portugal se hubiera "cerrado" en el Atlántico y hubiera quedado semiestacionaria, la "lengua" se habría reforzado sobre la Península y hubiera permanecido algunos días más llevando a una situación parecida a la de abril del 2011. Al final, el movimiento de la vaguada hacia el este va a dar lugar a que ese aire más cálido se ubique en la zona Canarias-Madeira


En el caso de que la evolución hubiera sido la primera,  nos hubiéramos encontrado con una situación típica de "ola de calor", aunque ahora, en abril, es difícil que se produzca una situación de este tipo, dado que las noches son aún bastante largas y las temperaturas mínimas son todavía bajas. Aunque la ola de calor no tiene aún una buena definición, y a ello me referí en otra entrada de este blog, sí hay consenso general en que, tanto las máximas como las mínimas, deben estar claramente por encima de los valores medios de ambas para el mes en cuestión.

Cuando sucede una situación de este tipo, la pregunta que nos hacemos es sí esto es normal y cuando fue la última vez que ocurrió. Pues en este caso, ocurrió hace muy poco, en abril del 2011. De acuerdo con las informaciones que AEMET facilitó en su momento, durante los días 8 al 10 tuvimos un episodio de temperaturas muy elevadas con una máxima de 37,4º en Murcia, algo realmente excepcional ya que este valor superó en 5º el anterior registro mas elevado de la serie histórica con datos desde 1984. También se superaron los 30º en muchas zonas del sur de la Península así como en puntos de Galicia, de la Vertiente Cantábrica y del oeste de Castilla y León. Así, en su conjunto, abril del 2011 resultó extremadamente cálido y el valor medio del mes superó en un grado al abril de 1997 que había sido el más cálido hasta ese momento.

Lo que resulta curioso, es que, al igual que este año, marzo de 2011 resultó también muy lluvioso.Y también fueron muy lluviosos febrero y marzo de 1947, justo el año, en que abril también tuvo episodios cálidos. Es como si el temporal de Poniente acabara cuando una de las borrascas atlánticas de ese temporal, se frena en pleno Atlántico, se convierte en borrasca fría y da lugar, delante de ella, a la extensión hacia el norte de la dorsal anticiclónica norteafricana. ¿Pasó lo mismo  en 1997, 2002 y 2005 en que, al parecer,  también hubo episodios cálidos en abril?

Y una última reflexión: si estos días, la vaguada atlántica no hubiera atravesado la Península y se hubiera convertido, antes de llegar, en una borrasca fría estacionaria, probablemente nos hubiéramos encontrado con una situación muy parecida a la del 2011 y estaríamos hablando de una igualación o superación de records -aunque alguno también se ha igualado en esta situación- con poco tiempo de diferencia con lo que ello podría suponer de hecho noticiable. Y todo ello ha podido tener su origen - es una hipótesis, pero bastante plausible- en una diferencia de 30 o 40 Km/h en la velocidad del chorro polar. Así de sutil y compleja es nuestra atmósfera.







15 de abril de 2013

¿Calentamiento en cuestión?

Estos dias ha sido noticia un artículo publicado por el semanario "The Economist", el pasado 30 de marzo, en relación con la evolución del calentamiento global de la Tierra, y del que se han hecho eco numerosos medios de comunicación. En él, se afirma que, de acuerdo con los datos publicados por algunas instituciones científicas, éste no se ha ido incrementando durante los últimos quince años mientras sí lo ha hecho, y a un buen ritmo, el dióxido de carbono. 

Esta gráfica elaborada con datos de la Universidad de East Anglia y publicada hace pocos días por "Le Figaro" muestra como, a partir de los primeros años de este siglo, el proceso de calentamiento global parece encontrarse en fase de "meseta"

De este modo, la curva que describe la marcha del calentamiento se encuentra en una fase de "meseta" y en la zona mas baja, aunque sin salirse aún de ella, del "abanico" de proyecciones que dan los modelos climáticos. 

Esta gráfica publicada en "The Economist" y elaborada por la Universidad de Reading, muestra como la evolución observada de las temperaturas está muy próxima al extremo inferior del "abanico" que dan los modelos matemáticos de evolución del clima.

El artículo, extenso e interesante, pasa revista a las posibles causas que puedan haber influido en ello, ocupándose de las opiniones de bastantes científicos, alguno de ellos de los denominados "negacionistas". Se refiere, por ejemplo, a los complejos y a veces contrapuestos efectos tanto de las nubes como de los aerosoles así como, al todavía no del todo conocido proceso del almacenamiento del calor por los océanos. Después se pregunta sobre los posibles cambios de mayor o menor calado a llevar a cabo en los modelos climáticos y afirma que, en cualquier caso, no se puede bajar la guardia, ya que el calentamiento sigue siendo real y ahí está, por ejemplo, el deshielo ártico, mucho más rápido de lo que los científicos habían previsto. Y además, porque, de una forma u otra, la incertidumbre sigue siendo muy amplia en un mundo en el que se ha avanzado todavía muy poco, casi nada, en la reducción efectiva de las emisiones de dióxido de carbono.

Naturalmente, la publicación de este artículo ha despertado una amplia polémica que queda a mi juicio bastante bien reflejada en otro artículo de Kieran Mulvaney publicado el pasado día 11 de este mes en la web de "Discovery news". En él, se hace una revisión de los planteamientos hechos por "The Economist" a través de los argumentos de distintos científicos ofreciendo sobre ellos algunas interpretaciones distintas sobre los hechos reseñados y haciendo especial enfásis en la acumulación  del calor sobre todo en las capas profundas del oceano por debajo de los 700 metros de profundidad.

Mi opinión es que, si bien es verdad que el proceso está en una fase de meseta, no creo que ello permita albergar serias dudas sobre el mismo ni sobre las tendencias generales de evolución. Muchos procesos físicos avanzan en "dientes de sierra" y así, otra posible interpretación  de estos datos podría ser que, debido a la variabilidad natural del clima procedente de muchas retroalimentaciones todavía poco conocidas, nos encontraríamos en una etapa descendente de temperaturas frenada justamente por el proceso de calentamiento antropogénico. Pero sería simplemente otra interpretación.

La interacción atmósfera-oceanos-tierra es muy compleja y vamos descubriendo piezas del puzzle poco a poco. A veces, la imagen que va saliendo nos sorprende, tal como el "prematuro" deshielo ártico; en otras ocasiones, parece haber distintas soluciones con las mismas piezas, tal como la atribución de la anómala circulación atmosférica de estos meses en el hemisferio norte a esa fusión ártica, lo cual puede ser condición suficiente pero no necesaria. Y otras veces, como ahora, las piezas que tenemos no parecen dar muchas pistas para saber si vamos bien. Pero, lo que hasta ahora hemos hecho del puzzle, va dando una imagen coherente, aunque siempre puedan ser necesarios algunos retoques; además  estamos aplicando a su construcción nuestros mejores saberes y recursos.  Sigamos adelante trabajando así para ver cada vez con mayor claridad, per0 deteniéndonos de vez en cuando para no perder la visión global.

11 de abril de 2013

¿Mas ciclones tropicales hacia Europa?

Hace muy pocos días publiqué en este blog una entrada en la que me refería a la decisión tomada por NOAA en el sentido de que, el Centro Nacional de Huracanes mantuviera los avisos por vientos huracanados y mareas de tempestad aunque la perturbación que originase ya todo ello hubiera perdido sus características tropicales y estuviera ya en un estado "post-tropical", tal como ocurrió con el famoso "Sandy". "Sandy" se convirtió en una gran borrasca híbrida tras interaccionar con una perturbación del chorro polar y mantuvo aún en esta fase vientos y temporales marítimos muy por encima de los valores que hasta ahora habían provocado estas borrascas. La decisión de NOAA tiene un fundamento claro: hay que prestar mayor atención a las perturbaciones "post-tropicales".

Pues bien, curiosamente, en un muy reciente artículo publicado en "Geophysical Research Letters", un grupo de investigadores holandeses llegan a la conclusión de que una consecuencia del calentamiento global será el aumento progresivo a lo largo de este siglo de borrascas con vientos huracanados que alcanzarán a Europa occidental. Leyendo el artículo se deduce claramente que, muchas de estas borrascas, provendrán de la evolución de ciclones tropicales, es decir, serán "post-tropicales". De nuevo pues, un aviso en el sentido de que "Sandy" puede no haber sido una excepción y que otras "Sandy" podrían ir afectando de forma creciente a Europa occidental. El artículo, que se basa en una serie de experimentos llevados a cabo con el modelo  EC-EARTH, (un modelo climático acoplado del sistema terrestre, desarrollado y explotado por un consorcio de 22 instituciones y servicios meteorológicos de 10 países, entre los que está España),  es realmente interesante y merece la pena revisar y comentar algunas de sus conclusiones.

La idea fundamental es que el calentamiento global va a provocar una extensión hacia el este de las zonas tropicales atlánticas generadoras de ciclones tropicales, al aumentar la temperatura del oceano por encima de 27 grados en áreas en las que ahora está claramente por debajo. Ello dará lugar a que, a lo largo de este siglo XXI, las trayectorias de estos ciclones -normalmente hacia el este-noroeste- vaya recurvando antes hacia el nordeste, afectando menos a Norteámerica y llegando con mas facilidad y energía hacia Europa occidental, sobre todo en la primera parte del otoño. Aunque, en general, no llegarían como tales ciclones, lo que sí ocurriría es que interaccionarían con vaguadas del chorro polar ya en latitudes medias y darían lugar a  borrascas híbridas "post-tropicales" de la misma naturaleza que "Sandy". Aunque quizás éstas no siempre tuvieran su importancia, si dispondrían de una gran eficiencia energética, dado el alto contenido en vapor de agua que aportaría la perturbación de origen tropical. Por tanto, los vientos huracanados serían mas frecuentes y los temporales marítimos mas fuertes en Europa occidental. Es curioso, y el artículo así lo señala, cómo el menor gradiente de temperaturas entre latitudes altas y medias a consecuencia del mayor calentamiento del Ártico, llevaría a una disminución de las típicas borrascas extratropicales de latitudes medias y serían sustituidas, al menos parcialmente, por estas de caracter post-tropical, de mayor energía y poder destructivo. Los autores del artículo sólo se han centrado en cuatro zonas europeas: Noruega, parte occidental de las Islas Británicas, Mar del Norte y  Golfo de Vizcaya. De los resultados se desprende que serían estas dos últimas las más afectadas por este aumento de los vientos huracanados, algo que, por tanto, debemos tomar en España muy en cuenta. 

Y hablando de España, sería interesante que, en este contexto, se investigara cual podría ser el comportamiento futuro de los ciclones tropicales o subtropicales que, a veces, ya desde su zona de nacimiento, se dirigen directamente hacia el este o nordeste, en vez de ir primero hacia el oeste-noroeste y recurvar posteriormente. Ese fue el comportamiento de perturbaciones tales como "Delta" o "Vince" que afectaron respectivamente a Canarias y a Andalucía en los últimos años. Sin las necesarias investigaciones con modelos es absurdo especular con posibles trayectorias y por tanto saber sí la frecuencia de estos acontecimientos aumentaría o no. Lo que si parece claro, en cualquier caso, es que con el aumento de la temperatura del oceano, su cantidad de vapor de agua, y por tanto su energía disponible, sería mayor.

Y también tendríamos que estar atentos al Mediterráneo. Las investigaciones que llevaron  a cabo Miguel Ángel Gaertner y Manuel de Castro, de la Universidad de Castilla La Mancha, en 2007, apuntan a la posibilidad de ver aparecer algunas perturbaciones de tipo tropical en esta zona, si bien, las propias características de la misma, impedirían un desarrollo muy importante de los mismos. 

En cualquier caso, todo apunta hacia una mayor aparición de fenómenos adversos en nuestra zona geográfica, como resultado de la mayor energía disponible para ello a causa del calentamiento global.

8 de abril de 2013

El servicio público, ante todo

El anómalo comportamiento del huracán "Sandy" que, tras su transformación en borrasca post-tropical sin haber llegado aún a extratropical, originó aún vientos huracanados y mareas de tempestad en el nordeste de Estados Unidos originando más de 70 víctimas, ha llevado a NOAA a una profunda reflexión y una toma de decisión sobre los avisos de huracán o de tormenta tropical. En todo ello ha primado cómo prestar un mejor servicio público por encima de consideraciones teóricas o de distribución de responsabilidades.

"Sandy" afectando al nordeste de Estados Unidos (NOAA)

"Sandy" fue el huracán más destructivo de la temporada de 2012 en el Atlántico. Si bien no pasó en ningún momento de categoría 3, fue el más extenso de todos los registrados hasta ahora si tenemos en cuenta su diámetro. Su interacción con una vaguada del chorro polar que provenía del interior de Estados Unidos y de Canadá, le llevó a convertirse en una gran borrasca extratropical, si bien, antes de alcanzar este estado, pero habiendo perdido ya las características tropicales -técnicamente era un ciclón post-tropical- aún llegó a originar vientos huracanados y mareas de tempestad en la costa nordeste de Estados Unidos.

Fue precisamente esta anómala circunstancia, no conocida nunca hasta ese momento, lo que dio lugar a un serio problema operativo de avisos y protección civil que es el que ahora trata de solucionarse. Tal como ha estado establecido hasta el momento, el Centro Nacional de Huracanes emitió todos los avisos relacionados con "Sandy" mientras éste tuvo características tropicales. Una vez que dejó de ser "tropical"y pasó técnicamente a "post-tropical", los avisos de viento y mar los continuó el Centro Hidrometeorológico Nacional, pero ya sin ninguna referencia a "huracán" o "vientos huracanados". Parece ser que la falta de esa referencia causó confusión y el que la población no se tomará muy seriamente avisos y alertas ante la ausencia de esos términos.

Esta situación originó muchos debates en Estados Unidos y, como consecuencia, NOAA ha decidido que los predictores del Centro Nacional de Huracanes puedan seguir dando avisos sobre vientos huracanados o mareas de tempestad aunque la perturbación que los origine haya perdido ya sus características tropicales. Si bien ésta es la idea principal que encierra esta decisión, recomiendo a cualquier persona interesada leerla aquí detenidamente para conocer sus distintos matices.

Aún sin haber analizado muy en profundidad todavía esta decisión, se me ocurren ya algunas reflexiones. La primera es la de la rapidez en la toma de decisión ante un grave problema de servicio público, tras un debate en el que han intervenido predictores, comunicadores meteorológicos y técnicos de protección civil. Pienso que es una forma de actuar  a la que que nos tendríamos que acostumbrar aquí en España cuando suceden problemas de este tipo. En cualquier caso, en esa decisión, ha primado ante todo la seguridad pública, por encima de otros planteamientos técnicos o de competencias.

La segunda es que, como ya he dicho otras veces, creo que los avisos deben estar siempre relacionados con los efectos sobre la población, más que con la causa que los produce. En el caso de "Sandy", los avisos sobre viento y mar en la fase "post-tropical", eran correctos pero la ausencia de referencia a "huracán" o "tormenta tropical" los "bajaba"  automáticamente de peligrosidad ante el público. De ahí mi poco "entusiasmo" en la popularización creciente de términos como "ciclogénesis explosivas" o "gotas frías"o incluso de poner nombres a las borrascas. Si un día la borrasca no es -o deja de ser- "explosiva", o no tiene nombre, pero lleva asociados vientos o lluvias muy fuertes....¿podría pensar el público que es menos peligrosa? En Estados Unidos, y en relación con los huracanes, puede que ya la cosa no tenga remedio, pero en Europa y en concreto en España, creo que es algo que tendría que plantearse seriamente en esas reuniones multidisciplinares de expertos a las que antes me refería.

Además de inducir a estas reflexiones, la decisión de NOAA nos afecta de forma práctica alguna manera. Como sabemos, algunas veces perturbaciones de caracter post-tropical han afectado a España. Hasta ahora el NHC ya no daba avisos para ellas al haber perdido su caracter tropical. ¿Extenderá su decisión para las "post-tropicales" a todo el Atlántico? Si fuera así, y alguna de esas perturbaciones afectara al archipiélago Canario o a la Península, supongo que ello tendría que tenerse en cuenta en nuestro Plan Nacional de Predicción y Vigilancia de Fenómenos Adversos (Meteoalerta). En el actualmente vigente, se establecen lo siguiente:


"Se dará aviso especial de tormenta tropical o huracán siempre que, en un plazo igual o inferior a 60 horas, el centro de la tormenta se encuentre a una distancia igual o inferior a 1000 km de la zona afectada. 

En el caso de emisión de un aviso de tormenta tropical, habrá que emitir además los avisos necesarios de viento, precipitación y fenómenos costeros, de acuerdo con los umbrales establecidos en este plan. Además en el apartado de comentarios del aviso de estos fenómenos, se hará constar que el origen de los mismos es debido a una tormenta tropical"

Quizás, a la vista de lo establecido por NOAA, habría que incluir aquí también en estos avisos a las borrascas post-tropicales y tener en cuenta la necesaria coordinación entre los avisos que pudiera emitir el NHC y los de nuestro Meteoalerta. Parece que, en este tipo de avisos, dado que el propio NHC mantendría la referencia "post-tropical", tendría que ser así también en el aviso especial de nuestro Plan para no incurrir en malas interpretaciones... En fin, son reflexiones a vuelapluma. Estoy seguro que AEMET ya trabaja en este tema en coordinación con NOAA y en su momento, y si procede, dará a conocer los cambios que pudiera considerar oportunos.


4 de abril de 2013

Los refranes meteorológicos y el cambio climático

Hace unos días se debatía en Twitter el interés de utilizar refranes meteorológicos en los espacios televisivos dedicados al tiempo. La conclusión era que se consideraban útiles para amenizar el contenido y que, en cualquier caso, y en la medida de lo posible, había que intentar explicar el hecho físico que encerraban. Por mi parte, expresaba mi duda sobre si, en el contexto actual del calentamiento global, algunos refranes siguen teniendo sentido.

Si bien en la historia de la Tierra ha habido gran número de episodios de enfriamiento y calentamiento y la naturaleza en general ha tenido que adaptarse a ellos, todo indica que el calentamiento global que ahora experimentamos ha sido el más significativo de los últimos seis mil años, y desde luego el más rápido. Sabemos que ese calentamiento está modificando rasgos importantes de la circulación general atmosférica que pasa a tener características cada vez mas meridianas con consecuencias tales como el calentamiento de las zonas polares, inviernos mas benignos, veranos en general más cálidos y ciertas alteraciones en la duración y, por tanto, en las fechas de comienzo o finalización de la primavera y el otoño. Todo ello se refleja en cambios en determinados ciclos de la Naturaleza: aves migratorias que modifican las fechas de sus desplazamientos o que incluso no llegan a realizarlos; especies vegetales con nuevos ciclos de evolución o desarrollo incluidos desplazamientos geográficos de su hábitat, aparición de especies animales o vegetales en ámbitos que hasta el momento no las conocían...y, por supuesto cambios de estilo de vida y migraciones en la especie humana, sobre todo en aquellas sociedades con más dificultades para adaptarse al cambio climático. 

Todo esto indica que, muy probablemente, durante los últimos treinta o cuarenta años la Naturaleza está cambiando su comportamiento de una forma mucho más rápida a como lo había hecho a lo largo de los últimos milenios. Desde mi punto de vista eso puede querer decir que el sustrato sobre el que se establecieron muchos refranes es muy posible que ya no sea el mismo y por tanto estén dejando de ser válidos o bien tendrían que ser modificados sustancialmente. 

En modo alguno este planteamiento, en caso de ser correcto, implica un descrédito o una falta de interés  por mi parte en la meteorología popular. Todo lo contrario, la respeto, he aprendido mucho de ella y los lectores de este blog saben que de vez en cuando me refiero a ella con cariño y respeto. Lo que quiero indicar es que, al igual que cualquier otra cosa de la vida, la meteorología popular también la toca evolucionar y sería interesante y hasta hermoso que los medios modernos de comunicación ayudaran a ello. Se me ocurre a este respecto si, al igual que para los espacios del tiempo se solicita al público el envío de fotografías, se podría solicitar también el envio de refranes para cada mes que comienza junto con su valoración sobre, hasta que punto, ese refrán sigue teniendo validez, visto con una perspectiva de los últimos veinte o treinta años. Quizás todo ello provocara una avalancha de observaciones que no pudieran atenderse debidamente por los equipos de estos programas, pero toda esta información podría ser derivada hacia grupos de expertos en meteorología popular que harían un muy buen uso de la misma para una posible actualización de lo que fuera necesario.

Quizás estos mismos expertos piensen que estoy diciendo alguna barbaridad y puede que sea así; como ya decía antes, no soy experto en el tema. O bien, que la meteorología popular evoluciona por sí misma y será la propia "selección natural" la que vaya dejando morir unos refranes y permitiendo la supervivencia de otros. O que puede que salgan nuevos refranes...¿sería posible en esta época?...En fin, estaría muy honrado y agradecido de recibir en este blog sus opiniones y sus críticas; me parece que serían interesantísimas.

En cualquier caso, y para que todos podamos practicar, aquí dejo este enlace a un conjunto de refranes para abril compilados por aquel gran meteorólogo y compañero que fue Lorenzo García de Pedraza y muy oportunamente publicados por la RAM. De una forma u otra, siempre es un regalo y un placer observar y aprender de la Naturaleza. Les invito a ello.

1 de abril de 2013

Un temporal de lluvias "antiguo"

Acaba la Semana Santa sin grandes sorpresas respecto a lo que anunciaban las predicciones. El tiempo lluvioso y fresco ha predominado en amplias zonas de la Península, sobre todo en la vertiente Atlántica, si bien, sobre todo en la segunda mitad, un mayor número de "claros" ha permitido disfrutar un poco más de campo y calle. En cualquier caso, esta Semana ha quedado englobada en el contexto de un extenso e interesante temporal de lluvias de Poniente.

Conviene recordar que también la Semana Santa del año pasado estuvo marcada por la inestabilidad atmosférica, sobre todo en su segunda mitad. Sin embargo, en aquel caso, el escenario no eran los vientos húmedos de Poniente con sus borrascas y frentes asociados sino la presencia de una borrasca fría al oeste de la Península que originaba una situación de chubascos tormentosos, breves pero muy frecuentes, en un ambiente más frío que el de este año.

Lo que sí es muy distinto entre estos dos años es la situación del balance hídrico en España. Si en la Semana Santa anterior existía un déficit de precipitaciones de alrededor de un cuarenta por ciento, fruto de varios meses anteriores muy secos, este año tenemos un superávit de casi el cuarenta por ciento, según las últimas informaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). 

Por lo que respecta a este mes de marzo, que ahora acabamos, su extraordinaria pluviosidad viene reflejada en la información, facilitada también por AEMET y de la que se han hecho eco numerosos medios de comunicación, en la que se apunta que, ya el día 19 se había recogido el doble del valor de la lluvia media de España para el mes de marzo (en  relación al periodo 1971-2000) con 96 litros por metro cuadrado. AEMET también apunta -apuntaba el pasado día 24- que, de seguir así, este marzo de 2013 podría incluso batir el récord del marzo mas lluvioso hasta la fecha que fue el de 1947 en el que se registraron 137 litros por metro cuadrado. Y parece que así ha sido porque hoy mismo se ha dado a conocer el valor final para la media de este mes que ha sido de 151.

El recuerdo del año 1947, me ha llevado a revisar algunos datos de aquel lluviosísimo invierno en el que febrero con una media de 178 litros por metro cuadrado y marzo con 137, marcaron seguramente el bimestre febrero-marzo mas lluvioso de la historia reciente. Fue el brusco fin de aquellos años de "pertinaz sequía" de los primeros tiempos del franquismo. La importancia de aquella situación, me ha llevado a bucear en los archivos del mítico NO-DO y he podido encontrar unas interesantísimas imágenes de las tremendas inundaciones provocadas por aquel periodo de lluvias. Es impresionante ver poblaciones como Aranjuez, Córdoba o   incluso zonas de la provincia de Madrid anegadas por las aguas, algo que ahora es impensable, al menos en aquella magnitud, debido en gran medida a las grandes obras de regulación en nuestros rios.

Lo que está claro es que hemos vuelto a un temporal de lluvias "antiguo" tal como hace mucho tiempo que no se daba, si excluimos quizás el ocurrido en el invierno 2009-10, sobre todo durante los meses de enero y febrero. Como ya he apuntado varias veces, en los años 50, 60 y, al menos principios de los 70, eran mucho más frecuentes que ahora estos periodos de vientos de Poniente con el paso sucesivo de borrascas atlánticas durante días y días. A partir de los 80 algo cambió; las borrascas atlánticas tomaron en general una trayectoria más hacia el norte y la precipitación sobre España, sin haber experimentado grandes variaciones cuantitativas, empezó a depender más de las borrascas frías, lo que sí influyó en la "forma" de llover y en el aprovechamiento de esa lluvia.

Bienvenido sea por tanto este temporal "antiguo", verdadero y eficaz "reponedor" de acuíferos y embalses y que parece que continuará al menos unos días más.