Si
bien el tiempo más frio de este fin de semana casi hace olvidar el buen número
de días muy lluviosos y con temperaturas suaves que hemos tenido durante buena
parte de octubre y primeros días de noviembre, hay que reconocer el gran alivio
que ello ha supuesto para acuíferos, embalses y agricultura aunque a veces su
persistencia ha dado lugar a algunas inundaciones.
Y es
la palabra “inundación” la que lleva a contactar con la causa directa de estos
periodos tan lluviosos: los denominados “ríos atmosféricos”. Éste es un
concepto introducido en la literatura científica meteorológica en los años 90 para referirse a grandes “lenguas” de aire húmedo que pueden extenderse desde las latitudes tropicales en cualquier dirección pero que, con frecuencia, remontan hasta las latitudes medias e incluso a
veces hasta las altas llevando a cabo un transporte y una redistribución muy
efectiva del vapor de agua desde unas zonas a otras del planeta. Suelen tener una anchura
de algunos cientos de kilómetros y una longitud de algunos miles transportando
el máximo de humedad entre 2 y 3 km de altura y pueden estar asociados a la
zona derecha de un chorro subtropical.
Indudablemente
han sido las imágenes de satélite las que han permitido conocer la existencia
de estos “ríos”. En principio fueron las correspondientes al canal de absorción
de vapor de agua de los satélites geoestacionarios las que proporcionaron las
primeras observaciones de estas intrusiones húmedas, si bien de ellas no podía
inferirse la humedad total transportada por el “rio” dado que la señal que
recogen corresponde a un estrato troposférico de no gran espesor. Han sido los
datos de los sensores de microondas de los satélites polares los que han
permitido obtener productos mas cuantitativos tales como “el total de agua precipitable” (TPW) que nos permiten ya
caracterizar un “rio atmósferico” a partir del cumplimiento de determinados
umbrales de estos índices.
Una imagen global de "rios atmosféricos" . Son los "filamentos" que emergen desde las latitudes muy bajas y que con frecuencia "ascienden" hasta las medias e incluso altas. Los colores representan el "agua total precipitable". Se trata de una animación de tres días realizada por el CIMMS de la Universidad de Wisconsin-Madison |
El
“rio atmosférico” puede causar o no precipitaciones dependiendo de otros
factores tales como la inestabilidad presente, de la convergencia en capas
bajas o la presencia de obstáculos orográficos. Como es lógico, si el “rio”
mantiene su trayectoria con pocas variaciones y existen este tipo de
circunstancias estimuladoras de la precipitación, las cantidades de lluvia
pueden ser muy grandes y dar lugar a inundaciones. De hecho hay estudios que relacionan la mayor
parte de las situaciones de inundaciones en California o Gran Bretaña con la
presencia de estos “ríos”.
Pues
bien, en lo que llevamos de otoño, algunos de estos “ríos”, arrancando casi desde
el ecuador, han alcanzado la Península Ibérica, siendo los responsables de la
mayor parte de las generosas lluvias que hemos recibido y de algunas inundaciones. Curiosamente estas no
han venido de un “rosario” de borrascas atlánticas moviéndose de oeste a este a las que me refería en mi
entrada de hace unos días titulada “Las fugaces visitas de los llovedores” y que tanto se echan de
menos desde hace ya varios años. Pero, aunque no haya sido por este mecanismo
concreto, lo cierto es que los vientos del sur y del suroeste han entrado y han
traído estas lluvias. Bienvenidos por tanto estos “ábregos” sean mas o menos “canónicos”.
Por supuesto estos mismos “ríos” sobrevolaban también las Canarias en su
trayectoria y allí el relieve de las islas los “ordeñaba” dejando también
lluvias muy importantes.
Para
finalizar señalo un tema que nos afecta y que me parece muy poco estudiado. Me
refiero al papel que podrían jugar estos “ríos” en la generación de las lluvias
mediterráneas de carácter torrencial. Con frecuencia se observa como la
circulación de una DANA centrada en el norte de Marruecos o de Argelia hace
recurvar hacia ella una gran banda nubosa de nubes medias y sobre todo altas
que desde el trópico y sobre buena parte
de África se dirige hacia la zona mediterránea ligada como suele ser normal a
la parte derecha de un chorro subtropical. ¿Puede ser considerada esta banda
como un río atmósferico”? ¿Hay transporte significativo de humedad tanto en
capas bajas como en altas? Probablemente sea escasa en capas bajas y por tanto no alcance la categoría de "río"....Pero si la hubiera, ¿aumentarían las cantidades de
precipitación al añadir mas humedad al aire mediterráneo ya de por sí húmedo?
¿O la hay nada más en capas medias y altas y solo contribuye -como mucho- a
hacer la precipitación mas eficiente? Y por otra parte, ¿como se conjuga todo ello con la interacción entre las corrientes transversales asociadas a la
interacción del ramal del chorro polar y
el subtropical que suele ocurrir en estas situaciones?
En resumen: ¿Como reacciona el Mediterráneo a la visita que viene del trópico en presencia de una DANA?
En resumen: ¿Como reacciona el Mediterráneo a la visita que viene del trópico en presencia de una DANA?
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