La
evolución del clima y su decisiva incidencia sobre las actividades humanas e
incluso en algunos casos sobre la supervivencia de determinadas poblaciones,
suscita una preocupación creciente a nivel mundial así como el requerimiento de
disponer de la mejor información posible sobre esa evolución así como de los
impactos a que puede dar lugar en distintos espacios terrestres, modos de vida
y actividades de todo tipo.
Cortesía NASA |
Consciente
de todo ello la Organización Meteorológica Mundial (OMM) puso en marcha en 2009
un proyecto de Servicios Climáticos tratando de dar respuesta a esta demanda
creciente e irrenunciable. Tras un par de años de organización interna –los
debates y acuerdos internacionales son siempre bastante lentos- en estos días
pasados se ha celebrado en la sede de la OMM en Ginebra una reunión
extraordinaria del Congreso Meteorológico Mundial en la que se aprobó la
estructura organizativa y el Plan de ejecución del Marco Mundial para los
Servicios Climáticos. Una nota informativa sobre esta reunión y sus
conclusiones puede verse aquí.
¿Qué
es lo que realmente se pretende con esta
iniciativa? El objetivo fundamental es que la sociedad en su conjunto pueda
aprovechar al máximo los conocimientos científicos sobre la situación actual
del clima, su posible evolución a distintos plazos temporales, las proyecciones
de que se disponen para plazos mas largos y los impactos que cabe esperar de
esos cambios. Si bien las prioridades fundamentales en una primera etapa se
centran en su aplicación a los fenómenos extremos, la salud, la gestión hídrica
o la agricultura, hay otros muchos sectores que pueden verse altamente beneficiados.
En
este escenario hay varios puntos importantes a destacar. El primero es la
decisión irrevocable de llevar adelante el Plan manteniendo un contacto continuo
entre los “productores” de las informaciones con los distintos tipos de usuarios.
Hay que dar respuesta a las necesidades reales que éstos demandan y no tanto a
las que los científicos puedan pensar, si bien ello exige que esos usuarios
conozcan de modo sencillo y adecuado lo que la ciencia pueda ofrecer. Para ello
el Plan contempla la celebración de foros de encuentro entre unos y otros de
modo que sea posible avanzar eficazmente en este sentido.
Otra
cuestión muy destacable es la importancia que cobran las predicciones a largo
plazo, es decir a tres o seis meses o incluso a más. Si bien es cierto que en
zonas de latitudes medias como es el caso de Europa, la calidad de estas
predicciones es todavía escasa, en muchas otras zonas del mundo pueden ser
bastante útiles sobre todo si se presentan y difunden de un modo adecuado a la
población que va dirigida. Pero incluso, en las latitudes medias, actuando de
forma cuidadosa y bien enfocada, puede suministrarse información muy
interesante.
Mas
allá de las predicciones a largo plazo están las proyecciones climáticas a
escala de decenas de años. Dentro de las incertidumbres inevitables en este
campo existen informaciones probabilistas que pueden dar indicaciones muy
útiles sobre comportamientos del clima a gran escala, de indiscutible utilidad
desde el punto de vista de la planificación a largo plazo. Es necesario sin
embargo un cierto “control” -que se llevará a cabo en el marco de este Plan que
ahora se aprueba- para garantizar que la información que llega a los usuarios
responde a resultados fiables y útiles mas allá de resultados de experimentos o
aumentos de resolución espacial de calidad aún poco probada.
Además,
el Plan tiene otra componente importante como es la de creación de capacidades para
manejar y difundir estas informaciones fundamentalmente en países poco
desarrollados y que, curiosamente, son con frecuencia de los que más pueden
beneficiarse de este tipo de informaciones.
Estos
planteamientos exigen a los Servicios Meteorológicos un esfuerzo en la línea de
realización, difusión y divulgación de datos y productos climáticos
considerados en un sentido amplio. En España, AEMET habilitó en su web una
sección denominada justamente “Servicios Climáticos” donde se albergan gran
cantidad de productos interesantes tales como seguimiento de la sequía, balance
hídrico, evolución de la radiación y ozono, escenarios climáticos y otros
varios. También en la línea de facilitar la investigación y la divulgación del
clima español estaba la apertura del servidor ftp de datos que recientemente ha
sido clausurado pero que confío en que sea abierto de nuevo y más en el marco
de este Plan de la OMM.
Junto
con todo ello -y tal como ya apunté en un artículo anterior de este blog- sería
muy interesante que en España alguna institución, fundamentalmente de carácter
académico, tomara la responsabilidad de realizar periódicamente y de difundir en
un lenguaje asequible para todos los ciudadanos la evolución del clima en la
Península y los archipiélagos, las conclusiones científicas que se vayan
alcanzando así como lo que vayan indicando las nuevas proyecciones climáticas
que progresivamente se obtienen. Es verdad que todo ello requiere un amplio
esfuerzo de investigación y de divulgación y aunque no corren buenos tiempos
hay que intentar no perder terreno en campos como éstos.
Y, por
supuesto, coordinación, divulgación, diálogo, y proyectos cooperativos liderados
en su conjunto por el organismo oficial que se estime mas adecuado. Es
necesario para que España saque el mayor partido de lo que ya ofrece la ciencia
y para que podamos, hasta donde sea posible, adelantarnos o en su caso
adecuarnos a las evoluciones climáticas que ya sentimos y que nos esperan.
Una
interesante declaración de la American Meteorological Society sobre los
“Servicios Climáticos” puede encontrarse aquí. También es interesante esta notainformativa del Met. Office británico.
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