Tras los bienvenidas pero aún insuficientes lluvias ligadas a los “ríos atmosféricos” de diciembre y las elevadas temperaturas de los días navideños -preocupante su impacto sobre varias especies de flora y fauna- estamos a la espera de un temporal de invierno que pudiera suministrar más lluvias y abundante nieve en las zonas montañosas, al tiempo que llevase a las temperaturas a valores más acordes para la época … aunque me temo que ese retroceso frío, tras las altas temperaturas pasadas, también tendría probablemente un impacto significativo en algunas especies.
¿Llega ese temporal? Ya desde hace varios días el modelo del Centro Europeo ha venido apuntando a una reestructuración del flujo atmosférico de niveles medios y altos sobre la Península, producto a su vez de otra reestructuración del mismo muy corriente arriba, hacia Norteamérica. Una evolución de cierta complejidad que hace que las predicciones probabilistas muestren todavía algunas dudas sobre el resultado final. En cualquier caso, vistos modelos deterministas y probabilistas, parece claro que nos encontramos a las puertas de un marcado temporal de invierno caracterizado sobre todo por vientos muy fríos y precipitaciones de nieve en todas las áreas montañosas, que serían muy abundantes en la cordillera Cantábrica y los Pirineos.
El cambio comenzaría el próximo domingo con el paso de una vaguada sobre la Península y que sería más marcada -y activa- que otras anteriores debido al crecimiento de una dorsal sobre el Atlántico occidental.
Topografía H500/T850 prevista por ECMWF para las 12 UTC del próximo domingo 15 de enero. Es interesante fijarse en el "dipolo" formado por la profunda vaguada fría junto a la costa este de Norteamérica y la dorsal situada inmediatamente al este. La expansión hacia el norte de esa dorsal provoca a su vez una mayor profundización de la vaguada que atraviesa la Península Ibérica.
Entre el lunes y el martes, comienza a producirse una reorientación del eje de la dorsal y una cierta progresión hacia el norte. Ello va a contribuir a un aumento del gradiente que da lugar a un reforzamiento del chorro polar al noroeste de la Península.
Topografía H500/T850 prevista por ECMWF para la madrugada del martes, 17 de enero. Obsérvese el proceso de reorientación del eje de la dorsal ligado posiblemente a una inyección de aire cálido hacia el norte por la vaguada/borrasca fría.
La continuación del proceso durante el martes y el miércoles dará lugar probablemente a que el núcleo central de vientos del chorro polar fluya sobre la Península y Baleares dando lugar a también a fuertes vientos del noroeste en capas bajas arrastrando aire muy frío originando por tanto una sensación muy desapacible y de pleno invierno en las vertientes atlántica y cantábrica mientras que en el área mediterránea esa sensación será menos marcada ya que, aunque el viento también se hará notar bastante, las temperaturas serán más suaves
Topografía H500/T850 prevista para las 06 UTC del miércoles 18 de enero. Ahora la orientación de la dorsal es norte-sur y está más cerca de la Península Ibérica. El chorro polar fluye sobre España y, según este modelo, su núcleo discurre sobre el suroeste peninsular. El aire polar se extiende por todas las zonas.
Esta situación de vientos del noroeste no provoca por sí misma movimientos ascendentes marcados por lo que no daría lugar a precipitaciones. Pero esos movimientos sí se producen cuando estos vientos inciden sobre las laderas de barlovento de las cadenas montañosas formando espesas nubes con gran poder precipitante. De este modo, se van a producir nevadas importantes en las montañas cantábricas y Pirineos. En los Sistemas Central e Ibérico y sierras béticas y penibéticas serán menos cuantiosas dado que ese aire, en principio marítimo, ha ido perdiendo gran parte de su humedad tanto por las precipitaciones ya producidas como por haber sufrido efecto foehn a sotavento de las montañas. Por su parte, en las zonas llanas del interior, las precipitaciones en forma de nieve o aguanieve serán muy escasas y provendrán del arrastre por el viento de masas nubosas creadas sobre las cordilleras o, de modo puntual, por alguna turbulencia interna del flujo del noroeste.
Así ve el modelo determinista del Centro Europeo la acumulación de nieve durante la primera mitad de la próxima semana.
Parece que, a partir del jueves, el modelo determinista apuesta por un debilitamiento -que no desaparición- de la situación con un mayor acercamiento de la dorsal y en días siguientes hacia un posible "descuelgue" hacia el sur de una masa fría de procedencia ártica...pero el sistema probabilista no lo tiene tan claro todavía, así que no conviene avanzar mucho más.
Por otra parte -quizás no tanto por otra parte- existen algunos indicios de que hacia los últimos días del mes podría originarse una reversión de los vientos en la alta estratosfera con la posibilidad de un calentamiento súbito. Como se sabe un fenómeno de este tipo no implica necesariamente otra reversión importante del flujo en la troposfera pero sí es un escenario adecuado para que ello pudiera producirse. En ese caso es posible que se presentaran fenómenos de retrogresión y la llegada de aire continental muy frío desde el este o nordeste. De una forma u otra, bienvenido sea el tiempo de invierno. "Es buen tiempo cuando en cada tiempo hace su tiempo".
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