Tras un mes de octubre muy seco existía la preocupación de que noviembre también lo fuera y que, de este modo, la situación de escasez de agua que ya se daba en amplias zonas de España se agravara aún más y se extendiera a otras muchas. Se añoraba un duradero temporal de ponientes que suministrara lluvias a la vertiente atlántica que -además de Cataluña- era donde existían -y existen- situaciones más comprometidas.
Octubre fue un mes muy, o extremadamente, seco en la mayor parte de España (AEMET)
En noviembre llegaron esos deseados ponientes y dieron un respiro en algunas zonas, pero al no bajar mucho de latitud y no tener tampoco por su estructura un gran potencial ciclogenético, -que hubiera dado lugar a una mayor convergencia de humedad en niveles bajos y lluvias más abundantes-, sólo las regiones del cuadrante NW peninsular y zonas montañosas recibieron cantidades relativamente significativas. Han sido por tanto unas lluvias bienvenidas que han significado un alivio pero que no han sido una solución eficaz para el déficit hídrico en amplias zonas de la Península.
En noviembre llovió más que en octubre pero, aún así, las precipitaciones solo fueron significativas en Galicia, algunas áreas montañosas y puntos de la vertiente mediterránea
Sin embargo diciembre empieza con un panorama distinto. El establecimiento sobre el Atlántico de algunas profundas y muy agudas dorsales propicia el desarrollo y movimiento hacia el sur de varios vórtices de aire frío, de modo que van a dar lugar a la aparición de hasta tres o incluso cuatro borrascas en nuestro entorno geográfico; un panorama atmosférico que no se ve con frecuencia. Su evolución es un complejo problema hidrodinámico de no fácil resolución para los modelos numéricos. Ello ha dado lugar a sucesivos cambios en sus distintas salidas, algo que han complicado mucho la predicción para la semana del largo puente.
Análisis G500/T850 de hoy, 2 de diciembre, a las 00 UTC elaborado por el Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo. Aparece una circulación extremadamente ondulada y dinámicamente muy inestable sobre el Atlántico norte. Su colapso va a dar lugar a una curiosa y poco frecuente situación atmosférica 48 horas después.
Esta es la situación prevista el modelo del Centro Europeo para la madrugada del domingo, 4 de diciembre. La situación anterior ha colapsado y ha dado lugar a una curiosa estructura multivórtice de compleja predicción en la que, no menos de cuatro danas o borrascas frías, van a intervenir en la evolución meteorológica durante la próxima semana.
Esta es la situación prevista el modelo del Centro Europeo para la madrugada del domingo, 4 de diciembre. La situación anterior ha colapsado y ha dado lugar a una curiosa estructura multivórtice de compleja predicción en la que, no menos de cuatro danas o borrascas frías, van a intervenir en la evolución meteorológica durante la próxima semana.
Aunque todavía con algunas dudas parece que empieza ya a alcanzarse un consenso en que tras una primera parte de la semana en la que aparecerán algunas lluvias, -más significativas en el suroeste peninsular y probablemente en Canarias- y algunas nevadas en zonas de la mitad norte, la circulación se reorganiza y los vientos del W y SW vuelven a afectar con claridad a la Península. Ello daría lugar a que la segunda parte de la semana puediera venir marcada por el paso de al menos dos borrascas relativamente profundas que podrían, ahora sí, dar lluvias -y algunas nevadas- más abundantes y generalizadas, así como a periodos de vientos fuertes. Indudablemente es una evolución que hay que ir confirmando pero al sistema de predicción probabilista apoya, aunque con algunos matices de segundo orden, esta evolución.
Situación prevista por el modelo del Centro Europeo para el viernes 9 de octubre. Se aprecia un amplio e intenso chorro bastante bajo de latitud incidiendo de lleno sobre la Península y Baleares. Una onda del mismo se encuentra ya sobre Italia -habiendo sido responsable del paso de una borrasca sobre nuestra zona el día anterior- mientras que un marcado flujo del SW que arrastra una masa de aire cálido y húmedo se acerca por el oeste. De ser así y mantenerse, daría lugar a la llegada de nuevas borrascas con abundantes precipitaciones.
Los mapas del sistema de predicción probabilista del Centro Europeo previsto para el próximo viernes apoyan la presencia de un marcado chorro del W/SW sobre la Península y Baleares.
¿Qué es lo que ha cambiado entre la situación de noviembre a ésta para que las lluvias puedan ser mucho más importantes? Por una parte, un mayor descenso en latitud del chorro que ahora va a circular sobre aguas atlánticas más cálidas -y por tanto de mayor energía acumulada y mayor potencial ciclogenético- y una estructura del mismo más ondulada con amplios periodos en que soplarán no tanto “oestes” sino “suroestes” en niveles altos. Esos “suroestes”, sí al mismo tiempo presentan alguna difluencia, favorecen mucho el ascenso del aire de capas bajas -ese aire cargado de energía- y origina borrascas profundas que dan lugar a una gran convergencia del aire. Ese es el mecanismo más eficaz: ascenso vigoroso de aire muy energético de capas bajas y suministro continuado del mismo por la convergencia de masa que provoca la borrasca de capas bajas.
Esperemos que la solución que ahora nos ofrecen los modelos a este problema hidrodinámico tan complejo -que podríamos llamar de “los cuatro vórtices”- sea éste que he comentado y que como resultado el chorro baje tan claramente de latitud. De ser así, ello significaría un gran avance hacia la recuperación de nuestros recursos hídricos.
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