Como era de esperar, ayer fortísimas tormentas descargaron sobre gran parte de la mitad norte peninsular provocadas por el paso de una dana. Ha habido que lamentar graves inundaciones e incluso el fallecimiento de una persona. Y como en tantas otras ocasiones impresiona ver cómo esta situación podría haber sido de calor sofocante sólo con un ligero cambio de comportamiento de esa dana.
Quizás conviene recordar que una dana no está absolutamente aislada en el seno de la atmósfera. Ese "aislada" se refiere básicamente a que está separada de la corriente del chorro polar donde se generó como una vaguada que acabó cerrándose. Puede sin embargo estar afectada por otras corrientes más débiles que pueden circular alrededor de ella y hacer que se mueva en la dirección del viento más fuerte que la rodea, o incluso simplemente reorientar su eje norte-sur a otro más inclinado. A veces la dana actúa como un gran "engranaje" que puede captar alguna nueva rama del chorro polar o incluso del subtropical haciendo que éste se curve ciclónicamente y provocando en su zona delantera -si las condiciones de superficie ayudan- fuertes caídas de presión, ciclogénesis y potentes desarrollos nubosos.
En cualquier caso éstas son situaciones típicas de otoño y primavera. En verano lo más normal es que una dana se sitúe al oeste peninsular entre Portugal y Azores y que quede en situación casi estacionaria algún o algunos días, sobre todos si existe un equilibrio entre los vientos que la rodean. Si por la interacción con alguna corriente externa, o por algún proceso termodinámico interno, se genera un desequilibrio en esa circulación, y dependiendo de su intensidad y de la zona donde se produzca, esa dana puede desplazarse hacia el este, tal como ocurrió ayer, provocando fuertes tormentas en esa zona delantera, puede moverse hacia el norte e incluso reintegrarse en el chorro polar... O puede desplazarse algo más hacia el sur, quizás con una cierta reorientación de su eje en dirección sureste-noroeste, y provocar la entrada de masas de carácter tropical o subtropical que pueden llegar a originar una intensa ola de calor.
Dado que este comportamiento puede depender a veces de una diferencia muy pequeña de velocidades entre los vientos que la circundan, su predicción ha encerrado siempre muchas dificultades. Es desde luego uno de los mayores problemas de predicción en España dada la diferencia radical de tiempo que supone uno u otro comportamiento, y ha sido el origen de algunos grandes fallos en el pasado. Afortunadamente, el gran avance de las técnicas de análisis y de modelización ha supuesto un mejora radical en la predicción de su comportamiento y efectos.
Ante un chorro polar probablemente cada vez más alto de latitud y más débil, es posible que la presencia de danas en las cercanías de la Península Ibérica tienda a aumentar y que ello, unido a un océano subtropical en expansión, pueda dar lugar al desarrollo de estructuras o circulaciones atmosféricas menos conocidas. Será importante por ello profundizar cada vez más en el conocimiento de estas danas "ibéricas".
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