27 de septiembre de 2015

Siguiendo a los actores

Hace un par de días, comentaba en la anterior entrada de este blog, el "juego de tronos" que comenzaba a desarrollarse en la atmósfera entre ayer y hoy  y que nos puede llevar a un cambio importante en la configuración de su circulación, no sin haber dejado antes lluvias importantes -y posiblemente inundaciones- en bastantes zonas de la vertiente mediterránea y Baleares.

La focalización concreta de estas lluvias -que comienzan hoy mismo y que, probablemente alcanzarán su mayor extensión entre el martes y miércoles-, va a depender mucho de las ubicaciones relativas de la DANA de niveles medios, que parece que definitivamente comienza a formarse, y de la borrasca de niveles bajos que será la encargada de dirigir el flujo húmedo hacia unos lugares u otros. Y creo que hay que fijarse también en la posible convergencia del flujo húmedo de niveles bajos provocada por ésta última, con otro, más frío y seco procedente de Centroeuropa, arrastrado por la borrasca que llegará desde el nordeste. Es posible que pudiera dar lugar a una zona "frontera" entre ambos, que es donde las precipitaciones serían más importantes. 

En cualquier caso, hoy sólo quiero centrarme hoy en comentar esta interesante imagen que nos ofrece esta mañana el canal WV de Meteosat. En el espacio donde se desarrolla la evolución aparecen los "actores" implicados:



Vemos en primer lugar una banda curvada oscura que se extiende desde las Islas Británicas hasta Alborán. Es la zona de avance hacia el oeste del aire frío en movimiento retrógrado. Seguirá ese avance, y acabará probablemente originando una DANA entre Lisboa y San Vicente hacia la noche del lunes al martes. Por otra parte, conviene fijarse ahora en la casi perfecta circulación ciclónica un poco al este de Canarias, que no es sino una perturbación unida al chorro subtropical y que tiende a subir de latitud lentamente. Puede ser muy interesante ver su posible interacción con la zona de la DANA en formación y, además, intuyo que esa interacción -espero que bien manejada por los modelos numéricos- pueda influir bastante en su ubicación definitiva  y, por tanto, de la localización de la borrasca de superficie. Y no cabe olvidar esa otra circulación ciclónica más "vieja" que aparece en la zona de Madeira. Será interesante ver el juego "a tres".

Por otro lado, en el ángulo superior derecho de la imagen, aparece otra borrasca que es la que se irá desplazando en dirección suroeste a través de ese "pasillo-coladero" de aire frío a que está dando lugar el citado proceso de retrogresión. La llegada de esa perturbación arrastrará también aire frío en niveles bajos hacia el nordeste peninsular y Baleares, que sería el que podría llegar a interaccionar con el aire húmedo mediterráneo para formar esa zona "frontera" a la que me refería al comienzo.

Por tanto, días de gran interés para profesionales y aficionados pero, sobre todo, días en los que la difusión de informaciones y avisos por las instituciones oficiales y medios de comunicación debe ser lo más eficaz posible. 


25 de septiembre de 2015

Juegos de tronos

A partir del próximo domingo, y durante buena parte de la próxima semana, vamos  a asistir a una interesante evolución que va a cambiar los elementos claves de la circulación atmosférica en nuestro espacio geográfico. Probablemente originará lluvias abundantes en al área mediterránea que podrían extenderse también a otras zonas, y quizás, más a la larga, dar lugar a un temporal atlántico de lluvias. Este proceso, que cambia a unos "rectores" atmosféricos por otros,  es lo que los meteorólogos conocemos como retrogresión.

De la retrogresión me ocupé ya en una entrada anterior de este blog y a la primera parte de ella me remito para recordar algunos conceptos interesantes. Prefiero centrarme ahora a comentar, a grandes rasgos, las singularidades de la situación que ahora se nos presenta. Es una evolución importante porque, si se produce tal como apuntan algunos modelos deterministas, puede empezar dando lugar a un temporal de lluvias mediterráneo para, después, y como ya comentaba, ofrecer una posibilidad de entrada a las borrascas y frentes atlánticos. Cabe decir, en cualquier caso, que estas evoluciones son muy complejas tanto para modelos como predictores y que habrá que tener siempre muy en cuenta la información añadida que nos den los modelos probabilísticos. A fecha de hoy, estos modelos nos dan una probabilidad aceptable hasta el martes o miércoles siendo muy incierta la evolución posterior. Vamos a verlo.


En este mapa de 500 hPa, previsto para la madrugada del domingo, se observa una dorsal desde Portugal a las Islas Británicas. Esta dorsal se la puede ver ya hoy formándose y avanzando por el Atlántico. Más hacia el este, ocupando buena parte del área mediterránea, aparece un embolsamiento de aire relativamente frío. Aunque se vería mejor con imágenes en movimiento, la dorsal inicia una "frenada" en su desplazamiento hacia el este, como resultado de un proceso de reajuste en la circulación hemisférica del chorro polar, y empieza a inclinar su eje en dirección nordeste-suroeste. Ello conduce a una entrada -retrógrada- del aire frío centro y noreuropeo sobre la Península y Baleares, así como a un reforzamiento del anticiclón de superficie sobre las Islas Británicas y Países Bajos. Ese reforzamiento, y el afianzamiento de una zona de bajas presiones relativas en el norte de África, da lugar a la formalización de un flujo muy húmedo del este sobre el área mediterránea.



Dos días después, madrugada del martes, la evolución está ya mucho más madura. El aire frío ha llegado hasta el suroeste peninsular y, aunque el modelo no nos muestre una circulación cerrada tipo DANA, es probable que exista y que, al ser poco marcada, el intervalo de contorneo del mapa no lo detecte (las imágenes de vapor de agua si nos la mostrarían en su caso). Exista o no DANA, es probable que ya, desde antes, el flujo húmedo de levante en superficie, ayudado por el aire relativamente frío de capas medias y una cierta tendencia de la circulación a favorecer movimientos ascendentes, haya provocado lluvias abundantes en el área mediterránea.

Pero en lo que quiero fijarme ahora es en ese pequeño vórtice que se dirige hacia el suroeste sobre el norte de Italia. Nos indica -al igual que en otras situaciones de este tipo- la aparición de torbellinos en una circulación de aire frío desde los países bálticos hacia la Península. Estas circulaciones del este-nordeste suelen ser bastante inestables y provocan frecuentemente esos "enrollamientos" sobre sí mismas que dan origen a gérmenes de DANAS que pueden, o no, desarrollarse más. Pues bien, la evolución de ese vórtice, y sobre todo, del otro bastante más grande que aparece un poco al este de Escandinavia, parece que marcará nuestro tiempo durante la segunda mitad de la semana y podría incluso abrir la posibilidad de que pudieran entrar sobre la Península borrascas atlánticas al desplazarse al oeste-noroeste peninsular y facilitar una circulación del suroeste.

Sin embargo, hoy por hoy, no existe acuerdo entre los modelos deterministas más usados. Así, para el próximo viernes el modelo del Centro Europeo muestra esta configuración:



mientras que el GFS norteamericano muestra esta otra:


Como se aprecia, la diferencia es grande. El Centro Europeo muestra la borrasca fría -de procedencia centroeuropea- sobre la Península, mientras que el GFS parece colocarla mucho más al norte, al tiempo que otra baja situada sobre el Atlántico induce una circulación húmeda del suroeste sobre la Península. Evidentemente, situaciones con "tiempos" muy distintos.

¿Qué nos dice el modelo probabilístico para ese día?



Pues que la incertidumbre es bastante grande, sobre todo, y por lo que respecta a nosotros, en relación con la ubicación de la borrasca fría, que pudiera estar más al norte, tal como indica el GFS. También hay incertidumbre sobre la posición definitiva de la baja atlántica, que podría estar algo más cerca de la Península. Es decir, a fecha de hoy, la última parte de la semana es muy poco predecible, pero todas las posibilidades están abiertas.

De una forma u otra estas situaciones de retrogresión son muy interesantes. ¿Nos va a acabar llevando hacia un otoño húmedo -éste podría ser el comienzo- en la vertiente atlántica, tal como se atribuye a veces a la presencia de El Niño? De una forma u otra, el juego va a comenzar.

21 de septiembre de 2015

De "gestaciones" y "niños"

Tras los últimos aconteceres meteorológicos, nos encontramos ahora en la Península y Baleares con unos días relativamente tranquilos, de finales de verano y principios de otoño, en los que sólo aparecen como elementos destacables el paso del extremo de una vaguada por el norte y nordeste peninsular entre mañana y pasado, y la posibilidad de ocurrencia de algunos chubascos y tormentas en el interior durante el último tercio de la semana provocados por una débil DANA, cuya ubicación definitiva no está aún muy clara. Son días en que es interesante observar -directamente o por satélite- algunas configuraciones mesoescalares que sólo se manifiestan cuando las capas medias y altas de la atmósfera están más "tranquilas".

Son momentos que pueden aprovecharse también para comentar algunos temas de actualidad meteorológica. Uno de ellos es el revuelo comunicativo que originó la última "ciclogénesis explosiva", que al final no llegó a ser, y que creo que se magnificó bastante más de lo que correspondía. A ello contribuyó la singularidad de que se trataba de una borrasca que nacía junto a otra, que a su vez provenía de la evolución de los restos de una tormenta (storm) tropical. De una forma u otra, la dichosa denominación volvió a dispararse en los medios, de modo que se escucharon o leyeron bastantes incorrecciones o incluso insensateces. Sin embargo, esta vez, a raíz de algunas intervenciones afortunadas en las redes, creo que se ha aclarado bastante el concepto de que la ciclogénesis -explosiva o no- es un proceso y no una estructura atmosférica. A este respecto es muy significativo señalar la tremenda e interesante "viralidad" que tuvo este tweet de Andrés Gómez, geógrafo y hombre del tiempo de la Televisión de Castilla y León:


Del mismo modo que no llamarías "gestación" a tu hijo, no deberías llamar ciclogénesis a esta borrasca. 

Probablemente, esta sencilla frase fue mucho más útil para "aclarar" a público y medios que cualquier otra explicación más científica. La comunicación necesita siempre tomar como referencia algo muy cercano y habitual a las personas. Aunque ya me he referido a ella alguna vez, no me resisto a recordar la frase que, no hace mucho tiempo, dijo un jefe de predicción norteamericano a sus predictores en relación con la preparación de algunos avisos. Algo así como: "Contadlo como se lo contaríais a vuestra esposa o a vuestros hijos". De esta forma, Ándrés dio en el clavo. Enhorabuena.

Otra cuestión de la que se habla bastante estos días es del actual fenómeno de El Niño -que parece que va a alcanzar una magnitud similar o mayor que la del famoso episodio de 1997- y sobre su posible repercusión en España. A su presencia en los medios ha contribuido mucho una noticia publicada al respecto hace pocos días por la BBC en la que, basándose en investigaciones del Servicio Meteorológico británico, hablaba que el efecto conjunto de El Niño y del cambio de signo de la Oscilación Decadal del Pacífico, podía ocasionar a nivel mundial un 2016 tan cálido como el 2014 o el actual 2015. Añadía también que ese calentamiento podría no serlo en el verano europeo -o incluso ser un enfriamiento- al tener que contar también en esta zona con la evolución, o mayor o menor fortaleza, de la Oscilación Multidecadal del Atlántico. 

Esta consideración nos lleva de nuevo a las grandes dudas sobre cuál puede ser el impacto de El Niño en nuestra zona geográfica. En una entrada de este blog del pasado año -curiosamente, con mucho, la más leída- me ocupaba ya de este tema y presentaba distintas aportaciones que, sin gran seguridad, parecen apuntar a una tendencia a otoños más lluviosos y cálidos en la vertiente atlántica, debido a un mayor descenso de latitud de la corriente en chorro polar, algo que, de momento, no parece verse cercano.

Sin embargo, donde si parece notarse la acción de El Niño es en la escasa actividad ciclónica atlántica de esta temporada. Probablemente, la cizalladura vertical no deja evolucionar adecuadamente a los gérmenes de huracanes, de modo que, los pocos que surgen, vagan por pleno Atlántico sin llegar -de momento- a alcanzar plena madurez. 

Pero para una cosa y otra, queda todavía bastante temporada.

8 de septiembre de 2015

Vamos a bautizar borrascas

El Servicio Meteorológico británico acaba de hacer público su acuerdo con el Servicio Meteorológico irlandés para poner nombre a las profundas borrascas atlánticas que puedan originar fuertes temporales de viento en ambos países. Lo justifica diciendo que facilita la comunicación de las informaciones y avisos y establece que recibirán nombre todas aquellas perturbaciones que den lugar a avisos amarillos, naranjas o rojos. Además, para hacer la medida más popular, invita al público a que sugiera nombres tanto masculinos como femeninos para formar la lista.

En otras ocasiones ya he expuesto mi opinión contraria, no tanto a estos "bautizos", sino a que se haga sin un consenso o acuerdo internacional, o al menos europeo, que evite discrepancias o incluso graves malentendidos en la comunicación de estas informaciones por los medios. En este sentido ya se expresó el Servicio Meteorológico norteamericano cuando The Weather Channel decidió, también unilateralmente, poner nombre a las grandes borrascas invernales de Norteamérica. La NOAA mostraba su desacuerdo y abogaba también por un acuerdo internacional en este sentido.

Indudablemente este acuerdo debería alcanzarse en el seno de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). No se si ha llegado a plantearse oficialmente, pero de todos es conocido lo complicado y lento que es su proceso de toma de decisiones. Quizás por esa razón, parece que la cuestión se planteó también en la Red de Servicios Meteorológicos europeos (EUMETNET), sin que hasta el momento se conozca algún acuerdo o decisión en este sentido.

Ahora esta iniciativa del Met. Office provoca de inmediato algunas preguntas: ¿Existirán borrascas con dos nombres dado que como es de suponer la Universidad Libre de Berlín seguirá aplicando su propia lista, como viene haciendo desde muchos años? Si es así, ¿por cuál nombre se decidirán los medios de comunicación? Y, por otro lado, ¿aceptarán o usarán Météo France, AEMET u otros Servicios Meteorológicos europeos estos nombres?

Por otra parte, y sin negar -aunque tengo mis dudas- las ventajas para la comunicación...¿existen algunas otras razones para esta decisión del Met.Office? ¿Es un intento de liderar el proceso en el seno de la OMM o de EUMETNET? ¿Hay un intento de recuperar protagonismo y prestigio ante la sociedad británica y europea tras la sorprendente pérdida de su contrato de siempre con la BBC? 

El tiempo, los dos "tiempos", lo irán diciendo.

1 de septiembre de 2015

Empieza la otoñada: Visión de septiembre

Tras los diluvios de finales de agosto, empieza septiembre con un tiempo que empieza a oler a otoño. No en vano, desde el punto de vista climatológico, es el primer mes del trimestre otoñal. Es dificil saber cómo va a ser, y más en estos últimos tiempos en lo que todo parece ir adelantado. Pero lo que sí sabemos es cómo suele ser cuando se ajusta a la "normalidad" y qué nos ha ofrecido cuando ha dejado de serlo. Lo cuento en el capítulo correspondiente de mi libro Meses y Tiempos, y al igual que en meses anteriores, transcribo a continuación un párrafo del mismo.

¡Feliz otoñada!







Visión de septiembre

Aunque desde el punto de vista de la climatología, septiembre es ya otoño, lo cierto es que es un mes sorpresa. Según una creencia popular bastante extendida, si los meses de julio y agosto no han sido muy cálidos, el verano se prolonga en este mes, si bien con un carácter menos opresivo al ser ya las noches más largas; de hecho el tiempo de luz en septiembre se acorta una hora y cuarto respecto al de agosto. Desde el punto de vista científico esa creencia no tiene ningún soporte y septiembre puede ser tanto una prolongación del verano como un serio anticipo del otoño…y,  a veces, ambas cosas. En cualquier caso, lo que es indudable es que la temperatura media, todavía de 20,3º, es ya tres grados inferior a la de agosto y que la precipitación media, 43 mm, queda ya claramente por encima de los 24 mm del mes anterior. De una forma u otra, antes o después, durante el mes se suele producir ya la entrada de masas de aire más frías. Pueden originar algún temporal de lluvias atlánticas si predomina la circulación de tipo zonal o bien de lluvias intensas mediterráneas si la circulación tiene más bien carácter meridiano con tendencia a la formación de depresiones aisladas de niveles altos (DANAs) o borrascas frías. Y cualquiera de esas situaciones puede estar salpicada de tormentas ya que septiembre suele ser uno de los meses mas tormentosos del año.

Este carácter, ora tranquilo, ora violento, del mes queda bien reflejado en los refranes de la meteorología popular:

Septiembre es bueno si de primeros al final pasa sereno; si no, Septiembre se tiemble

O, mediante este otro, mucho más pesimista:

Del mes que entra con abad (San Gil) y sale con fraile (San Jerónimo), Dios nos guarde

Una prevención que remacha éste otro:

Septiembre se tiemble, o seca las fuentes o se lleva los puentes

Sin embargo, más allá de estos avatares, también existe de forma bastante generalizada una percepción de septiembre como un tiempo tranquilo y agradable que hay que aprovechar antes de enfrentarse a otros tiempos más extremos:

                                  Septiembre es frutero, alegre y festero

Y también un poco bucólico:

      El sol septembrino madura el membrillo

en el que se produce, y parece que sigue siendo así, la despedida de algunos amables visitantes:

Cuando la Virgen llega (Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre), la golondrina se va

Quizás esta marcha de las golondrinas pudiera estar relacionada con el refrescamiento producido por las tormentas que con frecuencia suelen aparecer durante los primeros días del mes. Después, a  mediados, no es raro que aparezcan de nuevo y las temperaturas experimenten otro descenso.  Se llega así a San Mateo, y al equinoccio de otoño, con el equilibrio entre el día y la noche:

Por San Mateo, tanto veo como no veo

Ahora el tiempo tiene ya un carácter bastante más otoñal, aunque, con un poco de suerte, quedará todavía un último y tímido recuerdo del verano: el veranillo de los arcángeles. El 29 de septiembre es la celebración de los tres arcángeles: Miguel, Rafael y Gabriel, si bien, tradicionalmente, la referencia ha sido San Miguel:

El verano de San Miguel faltará muy rara vez

San Miguel ha sido siempre en el campo un tiempo de cierre y de apertura de acuerdos y contratos. El verano acabó y el otoño está ya encima. Acaban unas tareas y empiezan otras pero hay ya una cierta preparación del letargo invernal. En cualquier caso, antes hay que recoger las últimas frutas, ahora en plena sazón:

Por el veranillo de San Miguel están los frutos como la miel

Como ocurre con casi todos los meses, el comportamiento de septiembre tiene en la meteorología popular un cierto carácter predictivo. He aquí unas muestras por si se quieren comprobar sus afirmaciones:
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Septiembre benigno, Octubre florido

Buen tiempo en septiembre, mejor en diciembre

El tiempo que hace en la Natividad (de la Virgen, 8 de septiembre), cuatro semanas suele durar

Y un último, catalán, que presagia pocas lluvias en el año si el viento sopla del norte en San Miguel:

Tramontana per Sant Miquel, tot l´any mirarás al cel

A veces septiembre es seco, sin temporales atlánticos ni mediterráneos, pero, como dice el refrán, también se  ha llevado muchos puentes. Veamos a continuación, sin ánimo en absoluto de ser exhaustivos, algunos recuerdos de grandes diluvios septembrinos. Quizás el más triste  sea el del acaecido en 1962, la noche del 25 al 26, cuando unas intensas lluvias de más de 200 mm en pocas horas provocaron una avenida súbita de los ríos Besós y Llobregat que inundó poblaciones como Terrasa, Sabadell o Rubí, registrándose la increíble cifra de más de 800 muertos. También en 1973, y concretamente el día 7, volvieron a ocurrir inundaciones en estas zonas, concretamente en el Baix Llobregat y el Maresme, con registros superiores a los 100 mm.
        
 Si bien pudiera parecer que en septiembre las lluvias intensas mediterráneas aparecen fundamentalmente en Cataluña, y quizás desde un punto de vista de frecuencia de episodios sea así, lo cierto es que todas las zonas mediterráneas resultan afectadas. Baleares tiene también importantes situaciones de este tipo, tal como la del 18 de septiembre de 1977, cuando una tormenta en Ibiza dejó 212 mm en Santa Eulària, 195 en Sant Joan de Labritja o 190 en Sant Carles. En la Comunidad Valenciana cabe recordar situaciones tales como la del  11 de septiembre de 1996 con 520 mm en Tavernes de Valldigna, o la del 23 de septiembre de 2008, cuando en Sueca (Valencia) se registraron 342 mm, de los cuales 320 fueron recogidos en menos de 3 horas y 144 en una hora, lo que supone uno de los valores más altos de precipitación registrados en España.  Y también la del 30 de septiembre de 1997 en Alicante, cuando se registraron 270 mm en 6 horas, causando cinco muertos. Por su parte, en la Comunidad Murciana, un recuerdo reciente es el de las lluvias del 27 de septiembre de 2012, que con una intensidad de 128 mm/h, cortaron la autovía A-7 y la autopista de Cartagena con evacuaciones de vecinos en Puerto Lumbreras y Lorca. Por fin, en Andalucía oriental también se han dado episodios muy significativos en septiembre; así, el 21 de septiembre de 2007, fuertes precipitaciones afectaron al litoral de Málaga y Granada mientras que en Marbella, una granizada causó destrozos en miles de vehículos y en Nerja una gran tromba dejó 188 mm.

Muchas de estas precipitaciones están asociadas a tormentas y, aunque la estadística de rayos caídos en tierra es relativamente reciente, se dispone ya de algunos valores significativos de actividad eléctrica para este mes. Destacan mucho los 11934 rayos registrados en la provincia de Badajoz el 6 de septiembre de 2006, los 11812 del 20 de septiembre de 2002 en la provincia de Zaragoza o los 9314 del 11 de septiembre del 2000 en la provincia de Zamora. También es reciente la disponibilidad de una información relativamente sistematizada sobre tornados y así sabemos de la ocurrencia de algunos de ellos durante este mes unidos a tormentas ocurridas en Cataluña y Baleares.

También las zonas gallega y cantábrica pueden verse afectadas en septiembre por precipitaciones intensas, ligadas frecuentemente a DANAs centradas sobre el interior peninsular. Así, el 10 de septiembre de 1992, se produjeron graves inundaciones en Asturias por los desbordamientos de los ríos Nalón y Sella. Otras veces son los temporales atlánticos los que ya hacen acto de presencia, tal como ocurrió el 14 de septiembre de 1993, cuando se registraron vientos de más de 100 km/h con fuerte temporal en la mar y un balance de tres muertos y dos desaparecidos en Galicia.

Por lo que respecta a temperaturas elevadas, en los primeros días de septiembre pueden registrarse aún valores bastante significativos propios del verano. Un ejemplo es el del día 7 de septiembre de 1988 cuando se registraron 43 ºC en Badajoz-Talavera, 36,4 ºC en Soria, 36,8 ºC en Burgos-Villafría y 35,4 ºC en Ávila, todos ellos récords absolutos para este mes. También fue muy señalado el periodo comprendido entre el 3 y el 5 de septiembre de 2006 cuando, tanto Ourense como Ponferrada, superaron sus valores absolutos con 41,1ºC en el caso del primer observatorio y 37 en el segundo. Por su parte, y como ya apuntaba, en la segunda quincena del mes pueden darse ya algunas irrupciones de aire polar que provocan descensos térmicos significativos e incluso alguna helada débil. Así, el 25 de septiembre de 1984, Ávila con -2ºC y Palencia con -1ºC alcanzaron sus récords de temperaturas mínimas más bajas para septiembre y lo mismo ocurrió en Guadalajara el 18 de septiembre de 2005 con -1ºC.

Septiembre marca el comienzo del año agrícola y es tiempo de balances, planes y predicciones. Es igualmente tiempo de ver cuánto ha llovido en el año que acaba y cómo están los suelos tras el seco paréntesis del estío. Hasta hace unos cuantos años, el balance hídrico nacional, la referencia oficial para conocer estos y otros datos, se cerraba por parte de AEMET a 31 de agosto pero luego se decidió hacerlo un mes después, el 30 de septiembre, haciéndolo coincidir con el final del año hidrológico.


En estas fechas, la gente del campo hace cábalas sobre cómo vendrá el otoño y con frecuencia buscan algún tipo de predicción que se lo desvele o que, al menos, ofrezca alguna pista que ayude a ir rellenando esa especie de página en blanco que se abre. Y no sólo la gente del ámbito rural, también los habitantes de las ciudades, aún sin perder aún el regusto del verano, desean de algún modo conocer cuándo ocurrirá la llegada de las lluvias o, al menos, de aires más húmedos y limpios ¿Será en septiembre? ¿Habrá que esperar a octubre? ¿Y si octubre viene seco? Esperemos que alguna vez, las nuevas predicciones estacionales nos puedan contestar eficazmente estas preguntas.