Tras los diluvios de finales de agosto, empieza septiembre con un tiempo que empieza a oler a otoño. No en vano, desde el punto de vista climatológico, es el primer mes del trimestre otoñal. Es dificil saber cómo va a ser, y más en estos últimos tiempos en lo que todo parece ir adelantado. Pero lo que sí sabemos es cómo suele ser cuando se ajusta a la "normalidad" y qué nos ha ofrecido cuando ha dejado de serlo. Lo cuento en el capítulo correspondiente de mi libro Meses y Tiempos, y al igual que en meses anteriores, transcribo a continuación un párrafo del mismo.
¡Feliz otoñada!
Visión
de septiembre
Aunque desde el punto de vista
de la climatología, septiembre es ya otoño, lo cierto es que es un mes
sorpresa. Según una creencia popular bastante extendida, si los meses de julio
y agosto no han sido muy cálidos, el verano se prolonga en este mes, si bien con
un carácter menos opresivo al ser ya las noches más largas; de hecho el tiempo
de luz en septiembre se acorta una hora y cuarto respecto al de agosto. Desde
el punto de vista científico esa creencia no tiene ningún soporte y septiembre
puede ser tanto una prolongación del verano como un serio anticipo del
otoño…y, a veces, ambas cosas. En
cualquier caso, lo que es indudable es que la temperatura media, todavía de
20,3º, es ya tres grados inferior a la de agosto y que la precipitación media,
43 mm, queda ya claramente por encima de los 24 mm del mes anterior. De una
forma u otra, antes o después, durante el mes se suele producir ya la entrada
de masas de aire más frías. Pueden originar algún temporal de lluvias
atlánticas si predomina la circulación de tipo zonal o bien de lluvias intensas
mediterráneas si la circulación tiene más bien carácter meridiano con tendencia
a la formación de depresiones aisladas de niveles altos (DANAs) o borrascas
frías. Y cualquiera de esas situaciones puede estar salpicada de tormentas ya
que septiembre suele ser uno de los meses mas tormentosos del año.
Este carácter, ora
tranquilo, ora violento, del mes queda bien reflejado en los refranes de la
meteorología popular:
Septiembre
es bueno si de primeros al final pasa sereno; si no, Septiembre se tiemble
O, mediante este otro,
mucho más pesimista:
Del mes que
entra con abad (San
Gil) y sale con fraile (San
Jerónimo), Dios nos guarde
Una prevención que remacha
éste otro:
Septiembre se tiemble, o seca las
fuentes o se lleva los puentes
Sin embargo, más allá de
estos avatares, también existe de forma bastante generalizada una percepción de
septiembre como un tiempo tranquilo y agradable que hay que aprovechar antes de
enfrentarse a otros tiempos más extremos:
Septiembre es frutero, alegre y festero
Y también un poco
bucólico:
El sol septembrino madura el membrillo
en el que se produce, y
parece que sigue siendo así, la despedida de algunos amables visitantes:
Cuando
la Virgen llega (Natividad
de la Virgen, el 8 de septiembre), la golondrina
se va
Quizás esta marcha de las
golondrinas pudiera estar relacionada con el refrescamiento producido por las
tormentas que con frecuencia suelen aparecer durante los primeros días del mes.
Después, a mediados, no es raro que
aparezcan de nuevo y las temperaturas experimenten otro descenso. Se llega así a San Mateo, y al equinoccio de
otoño, con el equilibrio entre el día y la noche:
Por San Mateo, tanto veo
como no veo
Ahora el tiempo tiene ya
un carácter bastante más otoñal, aunque, con un poco de suerte, quedará todavía
un último y tímido recuerdo del verano: el
veranillo de los arcángeles. El 29 de septiembre es la celebración de los
tres arcángeles: Miguel, Rafael y Gabriel, si bien, tradicionalmente, la
referencia ha sido San Miguel:
El verano de San Miguel faltará muy
rara vez
San Miguel ha sido siempre
en el campo un tiempo de cierre y de apertura de acuerdos y contratos. El
verano acabó y el otoño está ya encima. Acaban unas tareas y empiezan otras
pero hay ya una cierta preparación del letargo invernal. En cualquier caso,
antes hay que recoger las últimas frutas, ahora en plena sazón:
Por el veranillo de San Miguel están
los frutos como la miel
Como ocurre con casi todos
los meses, el comportamiento de septiembre tiene en la meteorología popular un
cierto carácter predictivo. He aquí unas muestras por si se quieren comprobar
sus afirmaciones:
.
Septiembre benigno,
Octubre florido
Buen tiempo en septiembre, mejor en
diciembre
El
tiempo que hace en la Natividad (de la Virgen, 8 de septiembre), cuatro semanas suele durar
Y un último, catalán, que
presagia pocas lluvias en el año si el viento sopla del norte en San Miguel:
Tramontana per Sant
Miquel, tot l´any mirarás al cel
A veces septiembre es
seco, sin temporales atlánticos ni mediterráneos, pero, como dice el refrán,
también se ha llevado muchos puentes.
Veamos a continuación, sin ánimo en absoluto de ser exhaustivos, algunos
recuerdos de grandes diluvios
septembrinos. Quizás el más triste
sea el del acaecido en 1962, la
noche del 25 al 26, cuando unas intensas lluvias de más de 200 mm en pocas
horas provocaron una avenida súbita de los ríos Besós y Llobregat que inundó
poblaciones como Terrasa, Sabadell o Rubí, registrándose la increíble cifra de
más de 800 muertos. También en 1973, y
concretamente el día 7, volvieron a
ocurrir inundaciones en estas zonas, concretamente en el Baix Llobregat y el
Maresme, con registros superiores a los 100 mm.
Si bien pudiera parecer que en septiembre las
lluvias intensas mediterráneas aparecen fundamentalmente en Cataluña, y quizás
desde un punto de vista de frecuencia de episodios sea así, lo cierto es que
todas las zonas mediterráneas resultan afectadas. Baleares tiene también importantes situaciones de este tipo, tal
como la del 18
de septiembre de 1977, cuando una tormenta en Ibiza dejó 212 mm en Santa Eulària, 195 en
Sant Joan de Labritja o 190 en Sant Carles. En la Comunidad Valenciana cabe recordar situaciones tales como la
del 11
de septiembre de 1996 con 520 mm en Tavernes de Valldigna, o la del 23 de septiembre de 2008, cuando en
Sueca (Valencia) se registraron 342 mm, de los cuales 320 fueron recogidos en
menos de 3 horas y 144 en una hora, lo que supone uno de los valores más altos de precipitación registrados en
España. Y también la del 30 de
septiembre de 1997 en Alicante, cuando se registraron 270 mm en 6 horas,
causando cinco muertos. Por su parte, en la Comunidad
Murciana, un recuerdo reciente es el de las lluvias del 27 de septiembre de 2012, que con una intensidad de 128 mm/h, cortaron la autovía A-7 y la autopista de
Cartagena con evacuaciones de vecinos en Puerto Lumbreras y Lorca. Por fin, en Andalucía oriental también se han dado
episodios muy significativos en septiembre; así, el 21 de septiembre de 2007,
fuertes precipitaciones afectaron al litoral de Málaga y Granada
mientras que en Marbella, una granizada causó destrozos en miles de vehículos y
en Nerja una gran tromba dejó 188 mm.
Muchas de estas
precipitaciones están asociadas a tormentas y, aunque la estadística de rayos
caídos en tierra es relativamente reciente, se dispone ya de algunos valores
significativos de actividad eléctrica para este mes. Destacan mucho los 11934
rayos registrados en la provincia de Badajoz el 6 de septiembre de 2006, los
11812 del 20 de septiembre de 2002 en la provincia de Zaragoza o los 9314 del
11 de septiembre del 2000 en la provincia de Zamora. También es reciente la
disponibilidad de una información relativamente sistematizada sobre tornados y
así sabemos de la ocurrencia de algunos de ellos durante este mes unidos a
tormentas ocurridas en Cataluña y Baleares.
También las zonas gallega y cantábrica pueden verse
afectadas en septiembre por precipitaciones intensas, ligadas frecuentemente a
DANAs centradas sobre el interior peninsular. Así, el 10 de septiembre de 1992,
se produjeron graves inundaciones en Asturias por los desbordamientos de los
ríos Nalón y Sella. Otras veces son los temporales atlánticos los que ya hacen
acto de presencia, tal como ocurrió el 14 de septiembre de 1993, cuando se
registraron vientos de más de 100 km/h con fuerte temporal en la mar y un
balance de tres muertos y dos desaparecidos en Galicia.
Por lo que
respecta a temperaturas elevadas, en
los primeros días de septiembre pueden registrarse aún valores bastante
significativos propios del verano. Un ejemplo es el del día 7 de septiembre de
1988 cuando se registraron 43 ºC en Badajoz-Talavera, 36,4 ºC en Soria, 36,8 ºC
en Burgos-Villafría y 35,4 ºC en Ávila, todos ellos récords absolutos para este
mes. También fue muy señalado el periodo comprendido entre el 3 y el 5 de
septiembre de 2006 cuando, tanto Ourense como Ponferrada, superaron sus valores
absolutos con 41,1ºC en el caso del primer observatorio y 37 en el segundo. Por
su parte, y como ya apuntaba, en la segunda quincena del mes pueden darse ya
algunas irrupciones de aire polar que provocan descensos térmicos significativos e incluso alguna helada débil.
Así, el 25 de septiembre de 1984, Ávila con -2ºC y Palencia con -1ºC alcanzaron
sus récords de temperaturas mínimas más bajas para septiembre y lo mismo
ocurrió en Guadalajara el 18 de septiembre de 2005 con -1ºC.
Septiembre marca
el comienzo del año agrícola y es tiempo de balances, planes y predicciones. Es
igualmente tiempo de ver cuánto ha llovido en el año que acaba y cómo están los
suelos tras el seco paréntesis del estío. Hasta hace unos cuantos años, el
balance hídrico nacional, la referencia oficial para conocer estos y otros
datos, se cerraba por parte de AEMET a 31 de agosto pero luego se decidió
hacerlo un mes después, el 30 de septiembre, haciéndolo coincidir con el final
del año hidrológico.
En estas fechas,
la gente del campo hace cábalas sobre cómo vendrá el otoño y con frecuencia
buscan algún tipo de predicción que se lo desvele o que, al menos, ofrezca
alguna pista que ayude a ir rellenando esa especie de página en blanco que se
abre. Y no sólo la gente del ámbito rural, también los habitantes de las
ciudades, aún sin perder aún el regusto del verano, desean de algún modo
conocer cuándo ocurrirá la llegada de las lluvias o, al menos, de aires más
húmedos y limpios ¿Será en septiembre? ¿Habrá que esperar a octubre? ¿Y si
octubre viene seco? Esperemos que alguna vez, las nuevas predicciones estacionales nos puedan contestar eficazmente estas preguntas.
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