Ya desde aquellos lejanos años finales de los 80, cuando se establecieron en España los primeros planes de aviso de fenómenos meteorológicos adversos -los denominados planes PREVIMET-, el mayor quebradero de cabeza para sus autores fue el establecimiento de los umbrales para los distintos niveles de aviso. En general, se determinaban a través del estudio de series climatológicas de las distintas zonas de España, teniendo en cuenta los valores de los distintos percentiles de las mismas y cruzando a veces esos datos con otros recogidos y estudiados por las autoridades de Protección Civil. Nunca fue fácil: la escasez de datos de situaciones excepcionales, la, a veces escasa, cobertura de observatorios para hacer verificaciones posteriores, y las carencias, todavía significativas, de los modelos de predicción de aquella época, complicaban terriblemente el establecimiento de esos umbrales.
Hasta, aproximadamente el año 2006 o 2007, cada país europeo tenía establecido su propio plan de avisos, sin mayor coordinación entre sus Servicios Meteorológicos salvo algunos acuerdos para zonas fronterizas. Nuestro INM también los estableció con los Servicios francés y sobre todo portugués para unificar, o al menos armonizar, umbrales en zonas geográficas limítrofes.
Fue hacia el año 2001 o 2002 cuando se puso en marcha el proyecto europeo EMMA con el fin de lograr un único sistema europeo de avisos si bien, como es lógico, dejando al criterio de cada Servicio Meteorológico el establecimiento de los valores-umbrales específicos para sus distintas regiones. Lo que sí era común para todos era la existencia de niveles naranja y rojo, así como el criterio cualitativo básico para el establecimiento de sus umbrales correspondientes. Debían estar relacionados con la"rareza" del fenómeno que se esperase para la zona en cuestión sin entrar para nada en valoraciones o estimaciones de impacto, algo que quedaba bajo la responsabilidad de las autoridades de Protección Civil. Como aproximación general se estimaba que un aviso "naranja" debía corresponder a un fenómeno que pudiera presentarse a lo sumo dos o tres veces al año en la zona mientras que un "rojo" podría presentarse, como mucho, una vez al año o incluso con menos frecuencia.
Como el umbral del "naranja" era suficientemente alto, varios participantes expresaron su preocupación sobre algunas situaciones que, sin llegar a ese nivel, podrían provocar situaciones complicadas para actividades muy dependientes del tiempo. Se estimaba que los potenciales afectados no estaban al tanto de un modo rutinario a las predicciones meteorológicas y que, si no existía algún tipo de llamada de atención por parte de los Servicios Meteorológicos, aquellos considerarían que no habría peligro alguno y podrían posiblemente verse seriamente afectados. Para obviar esa situación se propuso el aviso "amarillo". Esta propuesta suscitó bastantes controversias pero al final fue aceptada aún con el convencimiento de muchos participantes de que, como así ha ocurrido, su uso significaría una "inflación" de avisos. Y en ese punto estamos todavía, si bien tengo alguna noticia que el plan METEOALARM se está de algún modo revisando y no sé si ello afectará a los "amarillos". Lo que si es cierto en cualquier caso es que, algún Servicio europeo como el británico, está evolucionando en el concepto "amarillo", "naranja" y "rojo". Es muy interesante visitar su página de avisos y explorar el apartado denominado "more details", donde se ofrece una novedosa matriz de doble entrada "probabilidad-impacto" en la que se engloban los anteriores niveles de colores.
Mi opinion es que el aviso "amarillo" puede cumplir una misión interesante si no fuera desvirtuado por algunos medios de comunicación. El problema se origina cuando se le da la misma categoría de los otros avisos y se lanzan de este modo mensajes tales como "Cuarenta provincias en aviso..."suponiendo que no se diga ¡"cuarenta provincias en alerta"!. Debería utilizarse como refuerzo de la predicción en relación con el fenómeno de que se trate pero en absoluto al nivel de los otros avisos. Como ya he expresado en tantas ocasiones, creo que sigue siendo necesario llevar a cabo en España un esfuerzo conjunto entre meteorólogos, psicólogos sociales, geógrafos y expertos en protección civil para que, bajo la coordinación de AEMET, se logre un consenso y un acuerdo sobre la estructura de unos avisos mas útiles y eficaces para todos. Estados Unidos, ya un adelantado desde siempre en estos temas, está llevando a cabo un experimento piloto al que ya me referí en un post anterior y con el que intenta conseguir una mayor comprensión por el público de sus avisos.
No puedo acabar sin hacer una reflexión sobre las denominaciones de los planes. Parece existir un acuerdo general en que los Servicios Meteorológicos emiten "avisos", no "alertas" y desde luego no "alarmas". ¿No sería una buena medida que "Meteoalarm" cambiara un nombre que creo que se puso, si bien no estoy seguro de ello, para ganar la atención y la cercanía de la opinión pública ? Si así fuera, quizás también podría hacerse para "Meteoalerta", una denominación que se adoptó para no alejarse demasiado de la denominación europea, aunque "rebajándola" ya un poco.
Esperemos que iniciativas tales como el curso de verano que este año se celebrará sobre los riesgos naturales y los avisos de los mismos, sirvan para ir consiguiendo poco a poco esa convergencia y consenso tan necesarios en estos temas. En cualquier caso, sería deseable también que algunos medios de comunicación dirigieran su tiempo y esfuerzo a lograr una mayor formación del público en estos temas de marcada utilidad pública en vez de colaborar a la desinformación y a la "hartura" del mismo con el poco adecuado y sensacionalista tratamiento de las informaciones meteorológicas.
Gracias por "iluminarnos" con la génesis de los colores y sumarme en el ánimo de que el curso de Julio represente un antes y después de los "semáforos". Sin Acritud
ResponderEliminar@GalvezRivas
Gracias Rafael. El tema da más de sí pero creo que lo fundamental ya lo hemos ido exponiendo. Ahora falta el paso a la acción. A ver si entre el curso, ACOMET, vosotros...vamos consiguiendo un mayor movimiento de los organismos que tienen que tomar decisiones...y una mentalización de los medios de comunicación.
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