En
los últimos días ha sido noticia en los medios el récord alcanzado por la
extensión del hielo marino en la Antártida. El 26 de septiembre alcanzó los
19,44 millones de kilómetros cuadrados siendo el máximo anterior de 16,23
millones el 20 de septiembre de 2007. La noticia llama más aún la atención
cuando llega muy poco después de conocer que este año el hielo ártico había
alcanzado su mínima extensión y además con un ritmo de decrecimiento mucho mayor
del que cabía esperar. Una información muy clara sobre ambos procesos puede
encontrarse en esta interesante nota del National Snow & Ice Data Center de
Estados Unidos.
Extensión del hielo antártico el 26 de septiembre de 2012. La línea amarilla representa la extensión media del periodo 1979-2000 (NASA) |
Extensión del hielo ártico el 16 de septiembre de 2012. La línea amarilla representa la extensión media del período 1979-2000 (NASA) |
Tras
la extrañeza que produce que en el mismo año se batan casi de forma simultánea dos
récords tan antagónicos ( por supuesto el del Ártico al final de su verano y el
del Antártico al final de su invierno), la pregunta inmediata que surge es sí
el área antártica no está afectada por el calentamiento global tal como el
aumento de hielo parece sugerir. Vamos a analizar primero algunos datos estadísticos
para revisar después posibles explicaciones que permiten comprender mejor la
aparente paradoja y ver como el aumento de esa superficie helada puede ser
perfectamente compatible con el calentamiento.
Lo
primero que cabe decir es que la reducción del hielo ártico es de mucha mayor
magnitud que el crecimiento del antártico. Así, cuando se compara la extensión
del primero con la media del periodo 1979-2000, puede verse que está casi un 50
por ciento por debajo mientras que el segundo, el antártico, está sólo entre el
5 y el 10 por encima de esa media. También puede señalarse que, comparando los
meses de agosto, la disminución del ártico es de un 10 por ciento por década
mientras que el incremento del antártico es de un 0,6 por ciento también por
década y ya, globalmente, de un cuatro por ciento de disminución en el primero
frente a un uno por ciento de aumento en el segundo. Queda claro por tanto que
son fenómenos de magnitudes distintas y además muy acelerado en el caso ártico
durante los últimos años.
Pero
aunque la magnitud sea muy distinta la pregunta sigue estando ahí: ¿Por qué si
la temperatura global del aire y del océano aumenta, aumenta a su vez la
extensión del hielo? Aunque no existe aún una explicación definitiva si se han
expuesto y se continúan exponiendo varias teorías. A continuación me refiero a un par de ellas
que parecen destacar sobre otras.
La
primera está directamente unida a la existencia del agujero de ozono sobre la
Antártida. Si bien su tendencia es de lenta disminución, su presencia sobre la
zona es aún muy significativa. Al absorber menos radiación ultravioleta, la
estratosfera antártica se enfría y ello cambia la dinámica entre las capas atmosféricas
altas y bajas reforzando los ya de por sí intensos y borrascosos vientos
antárticos. Pues bien, estos vientos crean zonas de mar abierto cerca de la
costa donde se facilita la producción de hielo.
La
segunda teoría está basada en una mayor
estabilización de las capas del océano antártico por medio de las temperaturas
más cálidas. En esa estabilización juegan papeles de gran importancia tanto la
temperatura como la salinidad de las aguas. El proceso, bastante complejo, está
detalladamente descrito en este artículo pero se puede intentar resumir
recordando primero que el océano antártico tiene agua mas fría en las capas
superiores y mas cálida en las mas profundas. Si hay intercambio entre ellas
por inestabilidad convectiva, como en la atmósfera, existe un transporte de
calor de abajo arriba que tiende a que el hielo superficial no crezca; ahora
bien, si la temperatura global aumenta, la cantidad de lluvia y nieve se
incrementa sobre el área antártica de modo que las aguas superficiales se hacen
menos saladas y su densidad disminuye. Entonces también los intercambios entre
capas disminuyen y al debilitarse el transporte de calor hacia arriba, el hielo
aumenta.
Todos
los mecanismos expuestos nos dan una idea de la complejidad que tiene tanto la
circulación atmosférica como la oceánica en la región antártica y por tanto la
necesidad de continuar e incluso de incrementar las observaciones en la zona
para progresar en la comprensión y alcance de estos fenómenos. La opinión mas generalizada entre los científicos es que la Antártida tardará mas tiempo en responder a los efectos del calentamiento global pero que ya, en la segunda mitad de este siglo, el hielo antártico se comportará de un modo parecido a como lo está haciendo el ártico.
Sea o no así, volvemos a tomar conciencia una vez más sobre las profundas interconexiones de nuestro planeta y de como pequeños cambios –y los inducidos por la acción humana no son pequeños- son capaces de alterar significativamente de modo regional o global el escenario donde la vida humana puede desarrollarse.
Algunos enlaces interesantes:
National Snow and Ice Data Center
NASA'S Operation Icebridge Resumes Flights Over Antarctica
Sea o no así, volvemos a tomar conciencia una vez más sobre las profundas interconexiones de nuestro planeta y de como pequeños cambios –y los inducidos por la acción humana no son pequeños- son capaces de alterar significativamente de modo regional o global el escenario donde la vida humana puede desarrollarse.
Algunos enlaces interesantes:
National Snow and Ice Data Center
NASA'S Operation Icebridge Resumes Flights Over Antarctica
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