El
Servicio Meteorológico británico ha publicado estos días una nota de prensa en
la que recuerda, como hace ahora 25 años, una fuerte borrasca asoló algunas zonas
de Gran Bretaña causando un importante número de víctimas y cuantiosos daños
materiales. La predicción no fue todo lo correcta que hubiera hecho falta pero a raiz de esa constatación el Met Office reforzó su actividades de
investigación, operaciones y comunicación pública.
Curiosamente
en España ocurrió una situación y una evolución muy parecida y este sábado, 20 de octubre, se cumplirán 30 años del suceso que la inició aquí. Como todos recordarán, la noche del 19 al 20 de octubre de 1982 se
produjeron lluvias torrenciales en zonas de la mitad oriental peninsular pero
que tuvieron su máxima incidencia en la cuenca media del río Júcar provocando
una impresionante avenida que arrasó la presa de Tous e inundó varios pueblos
de las Riberas alta y baja. Si bien la situación se detectó por el Instituto Nacional de Meteorología antes de producirse y se emitió
la predicción correspondiente y algún aviso, ni los conocimientos científicos, ni los medios
técnicos ni los procedimientos de comunicación de la época eran los adecuados
para haber podido emitir unos avisos más eficaces y precisos.
La
constatación por parte del primer gobierno socialista en 1982 de que era
necesaria una acción profunda y radical en el tema de las adversidades
meteorológicas permitió la realización de un Plan de Renovación Tecnológica
que el Instituto Nacional de Meteorología tenía preparado pero a la espera de
financiación. Ello permitió que durante los años siguientes pudieran
implementarse nuevos sistemas de proceso de datos que, además de permitir
explotar a fondo las informaciones de los satélites meteorológicos, daban la
posibilidad de mejorar los modelos numéricos de predicción. Además se llevó a
cabo el despliegue de una red de radares meteorológicos y de detección de
rayos.
Indudablemente
la disponibilidad de todos estos datos
posibilitó la realización de nuevos estudios sobre distintos temas pero muy en
especial sobre las lluvias torrenciales en el Mediterráneo. Por primera vez se
podía pasar de una visión “sinóptica” propia de la Meteorología "tradicional" a la denominada meteorología
de mesoescala, con un detalle espacial y temporal mucho mayor y que hubiera resultado imposible haber llevado a cabo sin la implementación de los sistemas descritos
anteriormente. Uno de los frutos de
estos trabajos fue el descubrimiento de los sistemas convectivos mediterráneos -a
los que ya me he referido en esta entrada y en esta otra- como causantes directos de las
intensas precipitaciones y que pueden aparecer –pero no necesariamente- en un
entorno “sinóptico” de “gota fría” o DANA, tal como poco después de estos
descubrimientos pasó a denominarse este tipo de perturbación en los ambientes
mas técnicos.
Esta
mejora de datos y conocimientos hizo posible a su vez una sustancial mejora en
las predicciones de este tipo de fenómenos así como en su vigilancia. Poco
tiempo después, a mediados de los 80, el INM puso ya en marcha en estrecha colaboración
con la Dirección General de Protección Civil creada también en aquel tiempo, un
primer plan operativo de realización de avisos específicos para estas
situaciones: el denominado Plan Previmet Mediterráneo. Poco tiempo después aparecieron
otros planes específicos para distintos fenómenos adversos hasta culminar en
1996 con la implantación de un sistema “todo fenómeno-todo momento-todo lugar”:
el denominado Plan Nacional de Predicción y Vigilancia de Fenómenos Adversos.
Un relato mas detallado de esta evolución aparece en esta otra entrada del
blog.
En
cualquier caso, mas allá de los detalles concretos, lo que se puso en marcha en
materia meteorológica en España a partir de aquella situación del 19 y 20 de
octubre de 1982 fue una nueva visión de la meteorología y de la predicción que
se había iniciado ya en Estados Unidos pero no de una manera clara en Europa.
De hecho, el sistema convectivo causante de las lluvias mas intensas de este
episodio denominado mas técnicamente “complejo convectivo”, fue la primera
estructura de este tipo que se identificó en Europa a partir de estudios
realizados por personal del INM en la Universidad norteamericana de Wisconsin-
Madison en el marco de un proceso de evaluación de distintos sistemas de
proceso de datos meteorológicos. Fue un verdadero punto de inflexión en la
meteorología española tal como el suceso de octubre de 1987 lo fue para la
meteorología británica.
Gracias por el artículo y acertadísimo. Recuerdos de aquellos telediarios y de la tragedia. Memoria viva de aquellas desgracias que nos aportan conocimientos. Eres Ángel todo un referente a tener muy en cuenta. Saludos y Gracias
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