13 de junio de 2024

Dorsales cálidas de gran amplitud y olas de calor: ahora Estados Unidos

 Desde hace varios días viene siendo noticia la importante ola de calor que se está sufriendo en el oeste de Estados Unidos con temperaturas muy altas y prolongadas en el tiempo. La causa, una vez más, es otra dorsal de gran extensión y amplitud que se ha asentado en la zona durante bastantes días y que de algún modo recuerda la famosa de finales de junio de 2021, aunque en este caso la amplitud de la dorsal sea algo menor.

El mapa siguiente muestra la topografía de 500 hPa y de temperatura a 850 hPa prevista para hoy a las 12 UTC. Destaca la gran dorsal, cúpula anticiclónica o "heat dome", -denominación que se utiliza allí cada vez más- así como las altísimas temperaturas a unos 1500 metros:

Tambien puede verse -al igual que en situaciones parecidas- la existencia al oeste de la dorsal de una pequeña dana, que se va a ir moviendo hacia el este, y que suavizará algo las temperaturas a la espera de la entrada de una circulación de ponientes.

Pero ahora la gran preocupación en Estados Unidos es el traslado de esa dorsal, de ese "domo" hacia el este ya que va a dar lugar a unas temperaturas máximas en zonas donde son muy poco conocidas y con muy poca planificación y escasos medios para abordarlas.

Si bien las temperaturas ya van a empezar a ascender durante este fin de semana, el punto álgido espera alcanzarse a mediados de la próxima con valores en algunas zonas entre 40 y 44 grados. Así, la topografía que muestro a continuación, prevista para el próximo miércoles, es muy reveladora. Muy pocas veces -personalmente no recuerdo ninguna- se ve una situación de este tipo tan acusada sobre el centro-este de Estados Unidos y con la posibilidad de que dure al menos una semana.


Naturalmente se están ya emitiendo alertas, tal como esta que muestro a continuación realizada por NOAA de acuerdo con el nuevo sistema de avisos de cuatro niveles denominado Heatrisk



Por su parte, el Washington Post de hoy, lo resume de esta manera, basándose curiosamente en un mapa del Centro Europeo: 


Como no puede ser de otra manera, esta situación me recuerda de forma preocupante a las que sufrimos en la Península Ibérica en los veranos de 2022 y 2023 y que cada vez van apareciendo más en todo el planeta. Todo parece indicar que la aparición de estas grandes dorsales  no procede de una pura variabilidad natural sino que se trata de un cambio significativo de circulación atmosférica en el contexto del cambio climático. Y a este respecto también es preocupante que los modelos climáticos en uso no parecen recoger adecuadamente estas situaciones. Ello hace pensar que podrían no estar representando adecuadamente la evolución futura de temperaturas y precipitaciones (recuerdese que frecuentemente al lado de estas grandes dorsales suelen existir danas casi estacionarias). 

Como tantas veces he insistido es verdaderamente prioritario que en España pongamos mucha mas atención a estas situaciones, tanto desde el punto de vista de la investigación como de la prevenciñon y mitigación.


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