En esta situación de prolongada ausencia de lluvias en amplias zonas de España, cualquier atisbo de llegada de precipitaciones es una noticia de mayor importancia que la de otras que se suelen considerar así. De este modo, la probable afectación por una dana de parte de la Península Ibérica durante este fin de semana es contemplada con un cierto alivio por amplios colectivos sociales y sobre todo por el mundo agrícola y ganadero, al borde de la catástrofe en algunas zonas. En principio sería mucho más deseable un prolongado temporal de borrascas atlánticas, pero éstas siguen estando muy lejanas y, como apuntaba en la anterior entrada del blog, hay que fijarse cada vez más en las precipitaciones que nos puedan venir de la atmósfera subtropical.
En la situación actual, una dana que se formó en días pasados como consecuencia del paso de una débil vaguada sobre la Península, y que ha quedado semiestacionaria entre Madeira y Canarias, se va a desplazar hacia la Península “atraída” -como suele ocurrir- por el paso de otra vaguada sobre el área Cantábrica. Se situará en el área del golfo de Cádiz y, tras permanecer durante un par de días sobre el interior peninsular, se dirigirá después posiblemente hacia el norte de África.
Decir que esta dana se va a situar sobre esa zona del golfo de Cádiz resulta en principio muy esperanzador dado que es una ubicación propicia para la generación de precipitaciones significativas. Pero, aún siendo esa una condición importante, no es por sí sola determinante para que eso ocurra. Se necesita también que la circulación de vientos que rodea a la dana -a la que ésta sirve como una especie de engranaje director- sea vigorosa. Cuando ocurre así, en la zona delantera de “salida” de esa circulación se producen marcados ascensos verticales con caídas de presión en superficie. Ello genera la convergencia del aire en bajos niveles que, succionado por esas corrientes verticales, crean grandes masas nubosas de las que caen lluvias abundantes y más o menos intensas. Si además en las capas medias también esos vientos han arrastrado humedad significativa, ello contribuye a una mayor eficiencia de la precipitación
Pero desgraciadamente este fin de semana no va a ser del todo así. Aunque el mecanismo que acabo de describir va a estar presente, no parece que la circulación de niveles altos sea lo suficientemente vigorosa ni transporte la cantidad de humedad adecuada para que las precipitaciones puedan tener la abundancia que nos permitiera solucionar -al menos en parte- la situación en la que nos encontramos.
Topografía de 300 hPa prevista para las 12 UTC del viernes 25 de febrero. Si bien la dana se ubica sobre la zona del golfo de Cádiz, los vientos que la rodean -que como puede verse son un pequeño ramal de un chorro subtropical situado más al sur- no parece que tengan la intensidad suficiente como para crear grandes ascensos sobre amplias zonas del sur y centro peninsular.
Análisis de contenido total de agua precipitable a las 08 UTC de hoy 23 de febrero. No parece que la rama que se dirige hacia la Península Ibérica vaya a aportar grandes cantidades.
Si bien en algunas zonas, no muy extensas de Andalucía, o del sur de Extremadura podrían alcanzarse durante el fin de semana hasta 20 o 30 mm de precipitación, en la mayor parte de las zonas no pasarán probablemente de unos cuantos mm.
Precipitaciones previstas desde la tarde de mañana jueves hasta la medianoche del domingo al lunes. Salvo en algunas zonas de Andalucía y del sur de Extremadura no parece que, en general, puedan ser muy significativas en el resto de las zonas
En cualquier caso, si al menos sirven para reblandecer la tierra y darla un poco de humedad, bienvenidas sean y quizás permitan esperar unos días más para ver si a principios de marzo -como empiezan a apuntar los modelos- una vaguada más activa del chorro polar nos trajera precipitaciones más significativas.
A ver si llueve aunque sea poco...
ResponderEliminar