Las imágenes de las últimas e intensas tormentas en Ágreda, Teruel y Minglanilla...y las que me temo que todavía podamos ver durante este fin de semana, me plantean algunas reflexiones y preguntas sobre sí podríamos hacer algo más en cuanto a un conocimiento más profundo de estos fenómenos en nuestro país así como para aumentar la autoprotección de la población.
Granizada de Ágreda (foto: El Mirón de Soria) |
Destrozos por la tormenta en Teruel (foto: El Heraldo) |
Inundación relámpago en Minglanilla (foto: Cadena SER) |
Cuando se ven esas tremendas inundaciones "relámpago", o las ingentes cantidades de granizo caídas en muy poco tiempo, las preguntas que uno tiende a hacerse son: ¿tenemos cada vez más tormentas? ¿son más intensas que antes?... Una primera e inmediata respuesta es que, ahora, lo que hay son muchas más posibilidades de observación y de comunicación. De este modo, muchas tormentas que antes pasaban desapercibidas ahora no lo hacen y, por tanto, la gran cantidad de información sobre ellas no quiere decir necesariamente que estén aumentando en número o en intensidad. Y puede que sea así..., pero sería interesante intentar comprobarlo.
Es muy difícil llevar a cabo una climatología de tormentas, algo que sería la única forma de estudiar su evolución, y sobre todo sus tendencias. No cabe hacerlo sino por sus fenómenos asociados. En el ámbito de la teledetección pueden serlo las descargas eléctricas o mediante su caracterización y clasificación por datos de radar y satélite. Y por lo que se refiere a datos más convencionales pueden utilizarse las medidas de las intensidades de precipitación, y, en el caso de algunas tormentas severas, la observación directa o indirecta de tornados, algo que ya se inició algunos años y que espero que continúe.
En relación a los métodos de teledetección, AEMET lleva ya bastantes años desarrollando una climatología de rayos que ha ofrecido y puede seguir ofreciendo informaciones muy importantes sobre la caracterización y tendencia de la actividad eléctrica ligada a tormentas. Creo que son informaciones que deberían difundirse más hacia los medios -adecuadamente comentadas- a través, quizás, de algunas de las ruedas de prensa periódicas que ofrece la Agencia y por supuesto de su web.
Por lo que se refiere a otro indicador indirecto, pero tambièn de gran importancia, como es el de la intensidad de las precipitaciones, es verdad que, hasta hace no mucho tiempo, la poca densidad de estaciones dotadas de este tipo de medida y lo complejo de su caracterización y normalización, hacía muy difícil trabajar con ese indicador, y aún así, algunos trabajos existen. Sin embargo, muchas estaciones automáticas ofrecen ya este dato de modo sistemático y por otra parte son también muchas las estaciones de redes de aficionados que lo miden. ¿Sería por tanto posible la preparación de un protocolo de observación y recepción de estos datos por parte de AEMET? Se construiría así una nutrida base de datos de intensidades que permitiera el desarrollo de estudios climatológicos más profundos sobre su evolución en tiempo y espacio. Sé que es complejo, pero pienso sinceramente que es importante disponer de una actualización continuada de esas informaciones para múltiples actividades y proyectos, y más en el contexto del cambio climático.
Cuestión aparte es el tema de la prevención. Está claro que, aunque existan avisos, no hay forma de salvar cosechas o evitar grandes destrozos urbanos cuando se presentan trombas de estas características. Pero sí creo que con una utilización más intensiva de las informaciones de la red de radares de AEMET y de los teléfonos móviles, podría avanzarse en la autoprotección de las personas y de bastantes bienes domésticos, algo difícil de lograr con la actual sistemática de avisos convencionales que, en cualquier caso, necesita una revisión.
Actualmente ya existen en la web de AEMET y accesibles por móvil imágenes radar. Existe también una app comercial para móviles que también las proporciona, y que incluso puede enviarnos un mensaje cuando la precipitación se encuentra a una cierta distancia de nuestra ubicación.
Pues bien, creo que se podría ir más allá. Existen algoritmos que, aún con sus fallos, nos indican el desplazamiento más probable de esas precipitaciones en los próximos quince o treinta minutos, una información que puede difundirse tanto como imagen o como datos. Por tanto, al igual que ya se hace con muchos otros temas de interés público, podría desarrollarse -creo que por parte de AEMET- una aplicación para móviles que enviara imágenes reales y previstas (informando claramente de sus limitaciones) a cualquier persona interesada añadiendo incluso algún consejo o recomendación desde el punto de vista de la autoprotección.
Naturalmente, un uso amplio, adecuado y útil de estas informaciones, exigiría una acción continuada de difusión y divulgación por televisión y redes sociales. Además, una acción de este tipo iría abriendo camino a la futura difusión de avisos probabilísticos a muy corto plazo, quizás con una sistemática muy distinta a la actual, que serán posibles una vez que AEMET tenga en operación su sistema de predicción probabilística a muy corto plazo.
Vamos a intentarlo. Merece la pena.
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