Ahora que nos encontramos en el inicio de esta situación de ola de frío, me parece interesante transcribir a continuación un fragmento de mi libro Meses y tiempos perteneciente al capítulo titulado Febrero: las olas de frío, y que se refiere justamente a las "olas" provocadas por vientos del norte/nordeste, como ocurre en esta situación.
c.3) Entradas del nordeste
Éste es el origen
principal de las olas de frío en España. El aire extraordinariamente frío del
extremo oriental de Europa, o incluso de Siberia, llega a la Península y a
Baleares como una verdadera ola en el seno de los vientos del nordeste. Así
como las entradas del norte pueden tener alguna dificultad para su avance
debido a que tienen que atravesar cordilleras de forma casi perpendicular, las
del nordeste tienen menos problemas, una vez superado el obstáculo pirenaico,
ya que el Sistema Ibérico ofrece un paso mas sencillo debido a su menor altura
y a sus discontinuidades orográficas. La extensión es rápida y amplia por todas
las regiones, si bien el núcleo de aire más frío no suele traspasar el centro
peninsular. A 850 hPa la temperatura sobre el nordeste puede rebasar
ampliamente los -10ºC e incluso recuerdo haber llegado a ver valores de hasta
-14ºC a este nivel. Indudablemente, esos valores nunca alcanzan al suroeste
peninsular pero la isoterma de 0ºC a 850 hPa
-o en algún caso hasta la de -2, puede llegar a situarse sobre el
interior de Marruecos. En general se trata de aire bastante seco, ya que por su
baja temperatura no puede contener mucha humedad y teniendo en cuenta además
que su trayectoria discurre en gran parte sobre tierra. La poca que pueda
contener da lugar a algunas nevadas débiles en Pirineos, zonas del País
Vasco, sierras litorales catalanas y en
algunas zonas del Sistema Ibérico. Sin embargo puede haber algunas excepciones.
Así, si la procedencia en vez de ser pura del nordeste, es mas bien del
este-nordeste, se da un cierto recorrido de la masa sobre el Mediterráneo de
forma que se calienta algo pero, sobre todo, gana en humedad. De este modo
puede dar lugar a nevadas, no excesivamente intensas pero significativas, en
zonas de Cataluña, Comunidad Valenciana y Bajo Aragón desde altitudes muy
modestas. Por otra parte, si la corriente principal del nordeste, atraviesa mas
bien por el norte y centro de Francia, tiene a continuación un cierto recorrido
sobre el Cantábrico, lo que la carga de humedad y la inestabiliza algo. En esa
situación las nevadas en la mitad oriental del área Cantábrica suelen ser
bastante copiosas ya incluso a nivel del mar pero sobre todo en la vertiente
norte de la cordillera.
Imagen WV de hoy, 4 de febrero. La borrasca mediterránea induce un flujo frío del norte/nordeste sobre la Península Ibérica |
En el caso de que la corriente fría del nordeste, o
del este-nordeste, lleve en su seno alguna circulación ciclónica unida a un
débil embolsamiento frío en niveles altos, la inestabilidad aumenta, las nubes
crecen más y la precipitación de nieve puede llegar hasta el centro peninsular,
si bien de forma no muy intensa pero creando ciertas complicaciones. Una
situación de este tipo fue la ocurrida el 9 de enero de 2009, a la que ya me he
referido en el capítulo dedicado a las visitas de la nieve. En este escenario
las nevadas pueden ser mas copiosas que en los casos anteriores en la mitad
nororiental peninsular.
Una complicación
importante de estas entradas del nordeste -y
a la que también hice referencia en el capítulo dedicado a la nieve-, se
produce cuando, además, llega o se forma una borrasca en el sur o sureste
peninsular. Su circulación asociada envía aire mas húmedo y cálido sobre el
cuadrante oriental y centro de la Península que confluye con el aire frío del
nordeste al tiempo que lo remonta. Se forma así una especie de frente casi
estacionario, muy eficiente en producción de nevadas, que puede dar lugar a
acumulaciones muy importantes en estas zonas. De hecho es ésta la situación mas
característica e importante de nevadas en este espacio geográfico y marca a
veces el final de una ola de frío. Debe recordarse que, desde el punto de vista
de intensidad de las “olas”, las nevadas son de importancia fundamental ya que
impiden o dificultan mucho el escape de la radiación infrarroja terrestre que
calienta a la masa de aire que está inmediatamente sobre él, haciendo que
experimente enfriamientos importantes.
Una vez que el viento ha
cesado o al menos ha disminuido mucho, la sensación térmica mejora algo pero es
entonces cuando se dan las condiciones ideales para alcanzar las bajas
temperaturas que caracterizan a una ola de frío. El aire de partida es ya muy
frío por su procedencia, y al calmarse se enfría con rapidez, y más si se
encuentra sobre una superficie nevada y con cielos despejados. En esta
situación el aire baja mucho de temperatura en cuanto el sol se pone alcanzando
valores de varios grados bajo cero, que pueden ser aún más en zonas de valles o
depresiones hacia las que el aire frio va escurriendo y haciéndose cada vez mas
denso. Estas son las condiciones en que se han alcanzado los récords de
temperaturas mínimas en España fuera de zonas de montaña, tales como varios de
los registrados en el denominado triángulo
del frío en la zona de confluencia de las provincias de Guadalajara, Teruel
y Zaragoza destacando la mínima absoluta de -30ºC en Calamocha el 17 de
diciembre de 1963.
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