En la anterior entrada del blog me ocupaba del atípico invierno que estamos teniendo, ya que desde mediados-finales de diciembre se ha desarrollado en el Atlántico norte una gran actividad ciclogenética -que todavía dura- y que ha dado lugar a una continua generación de borrascas, muchas de ellas procedentes de ciclogénesis explosivas. Ello ha provocado grandes temporales marítimos en las Islas Británicas, Francia, España y Portugal y abundantes precipitaciones, sobre todo en las Islas Británicas donde se han batido récords absolutos y se han producido diversas inundaciones. En cualquier caso, lo mas llamativo de esta situación no es tanto el elevado número de borrascas, que también, sino la desusada intensidad de la mayoría de ellas, algo que no se recordaba ni por las gentes de la mar ni por los propios meteorólogos.
También en mi anterior entrada adelantaba cuales podían ser a mi juicio algunas de las causas que podían haber dado lugar a esta gran actividad atmosférica y apuntaba básicamente a tres: la presencia continuada de un enérgico y casi rectilíneo chorro polar con gran potencial ciclogenético si en las capas bajas se daban las condiciones adecuadas, la presencia de una anomalía cálida en las aguas del Atlántico, procedente al menos en parte de la energía no disipada este año por los ciclones tropicales y las descargas de aire polar hacia Canadá y Norteamérica. Apuntaba también a que habría que esperar a los diversos estudios científicos para conocer con mas seguridad y fundamento estas posibles causas.
Y mientras pensaba que estos estudios aún tardarían varios meses en aparecer, me ha sorprendido gratamente la publicación ya de un primer estudio realizado en Gran Bretaña por el Servicio Meteorólogico británico (Met Office) y el Centre for Ecology&Hidrology (CEH). Se refiere en principio a las borrascas e inundaciones que han afectado a este país pero, al estudiarlas de forma global, sirve también como una primera explicación aproximativa a la evolución desarrollada en todo el Atlántico, la misma que ha afectado a la Península Ibérica. El estudio sorprende por su amplitud y meticulosidad, sobre todo al estar realizado en tan poco tiempo, y recomiendo su lectura cuidadosa a quienes estén interesados de profundizar en el tema. Por mi parte, voy a intentar resumir algunas de sus conclusiones mas significativas.
La causa básica que el estudio identifica como origen directo de esta actividad es el marcado y rectilíneo chorro polar a que antes hacía referencia, y al que estima un treinta por ciento mas intenso de lo que sería climatológicamente normal. Hace hincapié también en la importancia de la anomalía cálida de las aguas del Atlántico subtropical y su indispensable papel para el suministro de energía para el desarrollo de las perturbaciones ciclónicas inducidas o "sembradas" por el chorro. No relaciona específicamente esta anomalía cálida con la escasez de ciclones tropicales, sino que la considera mas bien como un fenómeno de una extensión temporal bastante mas amplia. También apunta al papel que puede haber jugado el contraste entre las aguas atlánticas subtropicales y las del Atlántico nororoccidental enfriadas por las intensas descargas polares que tuvieron lugar en esas zonas.
En cualquier caso, el núcleo del estudio está dedicado a investigar las razones de este atípico chorro. El origen parece encontrarse en el océano Pacífico en donde unas condiciones, en algunos aspectos parecidos a los provocados por el fenómeno de "La Niña", provocaron ya en diciembre-enero una bifurcación del chorro sobre el Pacífico de modo que la rama norte desarrolló una gran dorsal al oeste de Estados Unidos y a su vez una profunda vaguada corriente abajo, que fue la que provocó las sucesivas invasiones de aire gélido sobre la mitad oriental de Norteamérica. Por su parte, una más débil rama sur dio lugar a un tiempo bastante inestable sobre zonas del Pacífico. Después, las dos ramas de ese chorro confluyeron al pasar sobre Norteámerica y reforzaron el chorro polar atlántico.
El estudio identifica también otras dos posibles causas para el reforzamiento de este chorro. Una, el aumento de gradiente producido por las descargas del aire ártico hacia el Atlántico y otra, la posible relación de esa intensificación con la QBO (Quasi Biennial Oscillation). Se trata de una circulación de la estratosfera tropical que suele cambiar cada dos años mas o menos, pasando a tener sus vientos dirección oeste-este a este-oeste. Parece que, como cuando ahora ocurre, estamos en una fase oeste-este, se produce a su vez un reforzamiento del ya conocido (quizás malamente conocido) vórtice polar, lo que a su vez refuerza al chorro polar atlántico.
Estas dos serían pues las tres razones que justificarían esa mayor energía de este chorro invernal y su alto poder ciclogenético. Además, el trabajo también aborda la posible relación de este fenómeno con el cambio climático. A falta de llevar a cabo estudios mas detallados mediante las técnicas de atribución -a las que ya me he referido alguna vez-, no hace ninguna afirmación concluyente, pero si apunta a que la mayor intensidad tanto de las precipitaciones como de las borrascas, así como la dirección de estas más en sentido suroeste-nordeste que oeste-este, va en la línea de lo apuntado por las proyecciones climáticas. Y no deja de señalar tampoco, sin abundar mas en ello, la subida del nivel del mar que se está produciendo en las costas británicas.
En resumen, un trabajo realmente interesante que va a ser el primero de muchos de ellos y que de nuevo nos manifiesta la complejidad de la interacción atmósfera-océano y como sus aparentemente distintas y separadas evoluciones están siempre conectadas de una u otra forma. De alguna manera responde a nuestra pregunta de por qué está pasando todo ésto...aunque me imagino que mas de un lector ya se está interrogando...¿Y por qué se bifurcó el chorro del Pacífico? Pues parece estar relacionado a su vez con la fase negativa de la Oscilación Decadal Pacífica (PDA), que provoca anomalías positivas de temperatura en amplias zonas de ese océano...algo que, a su vez, parece estar detrás de la actual pausa en la subida de las temperaturas en el proceso del calentamiento global. ¡Realmente el puzzle es complejo y retador!
N/B Es de justicia reconocer, y me complace mucho señalarlo, que la hipótesis de la posible influencia de la QBO sobre el vórtice polar y el reforzamiento del chorro Atlántico ya la había planteado como comentario a mi entrada anterior nuestra querida amiga y seguidora Empar Landete ¡Estupendo Empar!
Genial Angel!!
ResponderEliminarInteresantísimo como siempre.....
Gracias! Intenté ser rápido dado el interés!
EliminarGenial como siempre Ángel. Gracias!
ResponderEliminarGracias Mary Carmen. Tú también tan amable como siempre conmigo!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarGracias Ángel por este magnífico resumen tan bien explicado. Nos viene de perlas.
ResponderEliminarLuis B.
Me alegra que sea así. Muchas gracias Luis!
EliminarHola Ángel !
ResponderEliminargracias por la nota a pie de página de tu topic , es un honor para mí ... me dejaste sin palabras .... gracias de nuevo, ello me anima a continuar estudiando e investigando el maravilloso mundo de las teleconexiones y patrones climáticos..
Magnífico resumen del informe de Julia Slingo and company ...me leí además el original y ha sido fabuloso , ver como nos han llevado de la mano a través de los patrones climáticos y sus interrelaciones....
Para mí , les ha faltado hablar algo más de la conexión entre la baja actividad solar que estamos teniendo y el Clima Terrestre ... pero bueno ...
gracias Ángel por seguir en la brecha y enseñarnos a los que venimos detrás
un abrazo MAESTRO ,
Era totalmente lógico y merecido citarte Empar; lo hice con mucho gusto. Hilas muy fino en estos temas ;) Venga, seguimos!
ResponderEliminarUn abrazo
Exacto Empar, como comentaba en mi anterior post de la otra entrada del blog, yo creo sinceramente que la baja actividad solar puede estar detras de las interacciones estratosfera/troposfera, alterando posiblemente el Jet Stream.Gracias Angel por el aporte del estudio, esperemos que haya mas en la comunidad cientifica y puedan afinar mas con otras posibles causas.Salu2.
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