Hace unos días fue noticia en la prensa norteamericana el
anuncio hecho por NOAA en relación con el desarrollo de un nuevo modelo global de predicción
meteorológica que estará totalmente
operativo en el plazo de tres años. Si bien mantendrá la denominación de su
antecesor –el actual GFS- sus objetivos son muy ambiciosos. Entre ellos
destacan el incremento de la calidad de las predicciones más allá de los 8 a 10
días, la mejora de la predicción de huracanes, o la consecución de un adelanto
en la predicción de fenómenos adversos,
tales como los temporales invernales, hasta dos o tres semanas en avance.
Los problemas en la predicción de Sandy fueron un revulsivo para la meteorología norteamericana |
La noticia ha levantado mucha expectación, ya que, como
podemos recordar, ha existido mucha frustración en Estados Unidos por el gran
fallo del GFS en la predicción de la trayectoria de la
tormenta tropical Sandy, sobre todo si se comparaba con la proporcionada por el modelo del
Centro Europeo. Era algo que constituía la constatación definitiva de que este último modelo proporciona en
general mejores predicciones que el citado GFS.
Esta situación condujo a que el gobierno norteamericano concediese más recursos
económicos a NOAA para la adquisición de
ordenadores más potentes que permitieran el desarrollo de mejores modelos. Tras un periodo de estudio, la Agencia ha tomado ya algunas decisiones importantes, tal como la elección del núcleo o "core" de ese modelo, el denominado FV-3, desarrollado por el Laboratorio de Dinámica de Fluidos de la Universidad de Princeton (GFDL), un centro de investigación de NOAA.
Esta decisión ha originado una polémica en el seno de la comunidad
meteorológica norteamericana. De este modo, y aunque no haya sido así, la nota emitida por la agencia norteamericana parece
la respuesta a las duras críticas que había formulado recientemente en su blog
Cliff Mass, un profesor de ciencias atmosféricas de la Universidad de
Washington. Mass acusaba a NOAA de permanecer un tanto al margen de
la cooperación internacional en predicción numérica y de elegir un modelo, el citado FV-3, de características muy obsoletas en cuanto a su física, en vez de otro, el MPASS desarrollado por el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR), que a su juicio, representa hoy por hoy el
estado del arte de la predicción numérica mundial. A estas críticas respondió
Louis Uccellini, el director del Servicio Meteorológico norteamericano (NWS), en este artículo del Washington Post. En él, exponía que el FV-3 había demostrado ser más eficiente que el otro modelo y que, por supuesto, el
NWS estaría dispuesto a amplias colaboraciones para su mejora.
En su crítica, Cliff Mass se refería también a la ausencia en
NOAA de un plan estratégico detallado y a varios años vista en materia de predicción numérica, tal como lo tiene
el Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo.
Y así es. En la última reunión de su Consejo, a finales de junio, el
Centro aprobó por unanimidad su Plan Estratégico para el periodo 2016-2025, tras llevar a cabo una amplia actividad
de consultas entre sus propios científicos, los distintos Servicios Meteorológicos europeos y con los operadores de satélites meteorológicos.
El nuevo Plan no ha
tenido hasta ahora, al menos que yo sepa, ninguna repercusión mediática. En
parte puede ser debido a estar exento de polémica y, quizás también, por la habitual discreción
mediática del Centro Europeo. En cualquier caso, sus objetivos fundamentales me parecen realmente importantes. Uno de ellos, al igual que en el caso norteamericano, es la predicción de fenómenos
meteorológicos de alto impacto hasta dos semanas antes de su ocurrencia, utilizando un enfoque probabilístico. Y, justamente, la potenciación del enfoque probabilístico, tanto en la producción como en la presentación de resultados, es otra de las
grandes prioridades. Del mismo modo lo es la predicción a cuatro
semanas de estructuras atmosféricas de
gran escala y de las transiciones entre distintos regímenes del flujo. Lógicamente, en este contexto, parece también muy posible la mejora de las predicciones a plazo de un mes. Y para soportar muchos de estos objetivos se pretende llegar
nada menos que a los cinco kilómetros de resolución espacial en el modelo de predicción por conjuntos. El Plan del Centro Europeo toca también otros muchos aspectos, tales como el de
la mejora de la predicción ambiental en el marco del programa Copérnicus -en el
que el Centro desempeña un papel muy relevante- o la colaboración
internacional o el de su propia financiación.
Se trata por tanto de un plan realmente importante
por muchas cuestiones pero a mi juicio, fundamentalmente por tres:
a) la prioridad fundamental de la mejora de la predicción de los fenómenos adversos,
b) la apuesta
clara y definitiva –ya era hora- por el enfoque probabilístico en fondo y forma
(se habla claramente de ofrecer a los predictores los distintos escenarios
probables)
c) la mejora de la predicción mensual, y
c) los avances en la predicción ambiental.
A un nivel más “humilde”, a
los aficionados, comunicadores y “ex profesionales” de la meteo, nos hubiera gustado ver algún avance en la liberalización de un mayor número de productos, sobre todo
probabilísticos. Creo que sería fundamental, entre otras razones, para la comprensión y utilización por la sociedad en su conjunto de la predicción probabilística.
Por tanto, sí, el Centro Europeo tiene un excelente plan y
esperemos que el de NOAA también lo sea, más allá de la crítica de algunos
sectores. La competencia entre grandes es fundamental en el marco de una sensata y amplia
colaboración.
Y a todo esto…¿Cuáles son los planes a medio plazo de
Panasonic y de IBM-Weather Channel en su apuesta por la modelización meteorológica y su explotación en múltiples o críticas aplicaciones ? Me temo que estos no los conoceremos, al menos en detalle.